¡Doloroso! Chileno se suicida por depresión tras perder ojo durante represión de Piñera
Responsabilizan al Estado por no garantizar su rehabilitación integral luego de ser agredido por sus agentes de seguridad. Foto Internet.
VEA / Yonaski Moreno
La muerte de Patricio Pardo Muñoz, un joven de Valparaíso, Chile, ha generado consternación en el país. Con tan solo 26 años, Patricio decidió quitarse la vida producto de una depresión luego que en 2019, en el contexto del estallido social en el país suramericano, sufriera trauma ocular a causa de la represión y brutalidad policial contra los manifestantes.
El lamentable hecho fue informado este viernes, 10 de diciembre, por la Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular a través de un comunicado en el que denunciaron que la víctima no recibió rehabilitación integral, responsabilizando al Estado por lo sucedido.
«No logró salir de su depresión luego de ser mutilado por agentes del Estado y abandonado por el mismo», señala el texto. Añade que » Nuestro compañero no recibió rehabilitación integral y en esto hay responsabilidad directa del Estado que precarizó su vida y profundiza el abandono en reparación integral a todas las víctimas de violencia policial», de acuerdo a reseña de medios locales.
La asociación que reúne a la mayoría de los manifestantes que resultaron con heridas oculares durante las protestas antigubernamentales expresó que el pueblo chileno no puede sentirse ajeno «a esta desgracia que nos enluta a todos, por él y por todos los compañeros vulnerados en sus derechos, no podemos permitir que el Estado nos siga abandonando y dañando día a día».
Asimismo, llamaron a poner fin a la violación de los derechos humanos, destacando que no es posible “seguir nuestros proyectos de vida en total abandono e impunidad».
Desde el 18 de octubre de 2019 estalló en Chile una ola de protestas contra la desigualdad y el actual modelo económico que dejó una treintena de muertos y miles de heridos, además de episodios de violencia extrema, reseño por otra parte www.swissinfo.ch.
El mundo vio con consternación las imágenes de jóvenes con los ojos ensangrentados tras recibir disparos de perdigones y bombas lacrimógenas en el rostro. Durante el movimiento, que se extendió por varias semanas, fueron formuladas múltiples denuncias contra las fuerzas de seguridad por parte de la Organización de Naciones Unidas.
