El régimen de Colombia y sus ataques económicos y terroristas contra Venezuela (XXIV)
Venezuela siempre grande. VI Capítulo
Guardia de Honor actuó con rapidez. Foto Internet
Venezuela siempre grande. VI Capítulo
Yuleidys Hernández Toledo
Si algo sabe Venezuela, es que los ataques de la oligarquía colombiana contra la patria no son nada nuevo. Se remontan a la época de la independencia. Imposible para ella olvidar cómo ese sector intentó asesinar al Libertador Simón Bolívar con un atentado en Bogotá el 25 de septiembre de 1828. Muy poco le importó a Francisco de Paula Santander y a sus secuaces, que ese hombre que intentaron aniquilar fue el que le dio la libertad al territorio neogranadino.
Ya para esa época en la que ocurrió el intento de magnicidio contra Bolívar, Santander se había distanciado del pensamiento bolivariano. Conservador como era, sus objetivos estaban centrados en defender los intereses de la oligarquía y de los terratenientes colombianos.
El prócer colombiano, de hecho, ya se había subordinado al gobierno estadounidense al manifestar su apoyo a la proclama hecha por el presidente estadounidense James Monroe a finales de 1823, y que pasó a ser conocida como la Doctrina Monroe, cuyo principio reza: “América para los americanos”. Sobre ella dijo Santander en un mensaje al Congreso Colombiano a comienzo de 1824: “es un alivio para la humanidad, y que Colombia ganaría mucho acercándose a un socio tan poderoso”, recordó en marzo de 2018 el portal http://www.albatv.org.
Ese odio que terminó mostrando Santander contra el proyecto bolivariano y el Libertador, ha estado presente en la oligarquía colombiana desde hace más de cien años; por eso a la patria no le extraña que la llegada de su gran hijo Hugo Chávez Frías al poder en 1999, desatara los demonios de ese sector, pues el Gigante de Barinas no solo retomó los ideales bolivarianos en Venezuela, sino que los impulsó en América Latina y el Caribe. Inspirado en el proyecto del Padre de la Patria nacieron mecanismos como la Alianza Bolivariana de los Pueblos (ALBA), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac).
Mientras Chávez impulsaba la integración regional y promovía la paz en Colombia y en el mundo, la oligarquía neogranadina fomentaba campañas mediáticas en donde aseguraban que el Comandante Eterno protegía a miembros de la hoy extinta Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN), unas acusaciones que nunca han podido demostrar.
Lo que sí quedará para la historia, es que en 2007 Chávez colaboró activamente en la liberación de la excandidata presidencial Clara Rojas, su hijo Emmanuel -nacido en cautiverio-, de Consuelo González de Perdomo; del exparlamentario Luis Eladio Pérez, de Gloria Polanco y Orlando Beltrán, todos retenidos por las FARC-EP, recordó en 2016 Telesur en su página web.
El 23 de junio de 2016, el mundo presenció cómo el gobierno colombiano -liderado en ese entonces por Juan Manuel Santos- y las FARC firmaron en La Habana, Cuba, un acuerdo histórico que ponía fin al conflicto armado que vive esa nación desde hace más de 50 años. El Comandante Eterno Hugo Chávez, y luego el jefe de Estado Nicolás Maduro, jugaron un papel fundamental para que este gran evento se hiciera realidad.
En 2010, Chávez seguía resaltando la necesidad de lograr la paz en Colombia. Ese año llegó a la presidencia neogranadina, Juan Manuel Santos, quien pidió la colaboración del líder revolucionario para dar paso a este proceso, como era de esperarse el Comandante Eterno manifestó «estar dispuesto y a la orden» para la tarea, por lo que inició una serie de contactos estratégicos que permitieron que en 2012 se dieran los diálogos de paz en La Habana, Cuba, recordó en 2016 Telesur en su página web.
A la oligarquía colombiana siempre le tuvo sin cuidado el aporte de Chávez para lograr la paz en la nación neogranadina; por eso a Venezuela no le extrañó cuando en agosto de 2012, el guerrerista y expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez -un hombre que ha sido señalado por tener vínculos con el narcotráfico y narcoparamilitares colombianos-, aseguró que le «faltó tiempo» para emprender una intervención militar de su país en Venezuela, contra presuntos campamentos guerrilleros, citó en aquel año Russia Today.
A estas acusaciones les salió al paso el propio Comandante Eterno, quien en agosto de 2012 expresó: «No es que le faltó tiempo (…) le faltaron cojones al caballero (…) Estaba detrás de él la mano de la extrema derecha imperial tratando de generar una guerra, pero no se atrevió; bastante tiempo tuvo», citó el 15 de agosto de ese año Russia Today en su página web.
Tras la muerte de Chávez en marzo de 2013, las agresiones del régimen colombiano contra Venezuela se han incrementado. Los ataques han ido desde colaborar con la guerra económica contra la tierra venezolana, exportación del paramilitarismo, atentados, intentos de golpe de Estado, falsos positivos, hasta llegar a promover el asesinato del presidente constitucional Nicolás Maduro.
Robo de gasolina, comida y billetes
Entre 2014 y 2017 dirigentes de la Revolución Bolivariana y diversos medios de comunicación publicaron reportajes donde denunciaban cómo desde Colombia se robaban la gasolina y la moneda venezolana, así como productos de primera necesidad.
El 1° de febrero de 2015, el portal http://albaciudad.org reseñó un trabajo publicado originalmente por el semanario Cuatro F, en el que el medio precisaba que diariamente eran bachaqueados a Colombia 45 mil barriles de gasolina, lo que constituía el 55% del consumo de combustible de ese país. Esto significaba que no solo se usaba para el contrabando en la frontera, sino que se había creado un sistema de distribución nacional, permitiendo a las transnacionales asentadas en Colombia hasta exportar la gasolina venezolana como si fuese un producto colombiano.
Explicaba el medio que el contrabando era distribuido por tres empresas vinculadas al golpismo venezolano y al uribismo (Vetra, Pacific Rubiales y Petromagdalena).
El reportaje elaborado por el semanario Cuatro F, medio impreso del Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, explicaba que en 2004 el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez emitió los decretos 2337, 2338, 2339 y 2340, claves para legalizar el ilícito fiscal y apropiarse sin pagar de cuantiosos volúmenes de gasolina y diesel venezolanos. Con esa medida se colombianizaban los combustibles contrabandeados desde Venezuela, sin requisitos de importación. También se crearon los denominados centros de acopio de combustibles a lo largo de la frontera con Venezuela, autorizando a “empresarios fronterizos” a manejar esos centros de acopio, con capacidad para suministrar gasolinas y diesel al mercado interno y exportarlo a través de Ecopetrol, refería Alba Ciudad.
Pero Venezuela sabe que el robo del combustible venezolano no es lo único que hicieron las mafias colombianas para afectar a la economía. En septiembre de 2015, el gobierno de Venezuela dio a conocer al pueblo estadounidense, a través de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores publicado en el diario The New York Times, que al menos el 30% de las importaciones de alimentos de Venezuela terminaban de contrabando fuera del país; alrededor del 40% de los bienes de Venezuela en general, salían del país en forma de contrabando; 80% de los productos vendidos en Cúcuta se introducían de contrabando desde Venezuela, reseñó en esa oportunidad la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
A ese ataque había que sumar el golpe contra la moneda venezolana, una agresión que iba desde el robo de billetes de 100 bolívares, como se dio entre los años 2015-2017, o especular con el precio del dólar paralelo a través de páginas como DolarToday, una estrategia que aún está vigente.
En diciembre de 2016, el presidente Nicolás Maduro estimaba en 300 mil millones de bolívares la cantidad de dinero que habían extraído a través de las mafias de frontera, reseñó en esa oportunidad http://www.panorama.com.ve.
Colombia, chulea recursos a costa de migración inducida
No conforme con estos ataques, los dos últimos regímenes de Colombia, es decir, el de Juan Manuel Santos e Iván Duque, han obtenido recursos magnificando la migración venezolana. En los últimos años, la patria bolivariana ha visto con dolor a sus hijos e hijas buscar nuevos rumbos debido a la fuerte crisis económica que han generado las medidas coercitivas unilaterales que mantiene desde 2015 EEUU contra Venezuela.
La magnificación de la migración venezolana ha estado acompañada de una campaña de xenofobia contra los venezolanos y venezolanas. Ya para noviembre de 2018, el régimen neogranadino había recibido al menos 32,4 millones de dólares por parte de organismos internacionales, tras su llamado de auxilio económico para atender a los migrantes venezolanos, refirió en esa oportunidad la Agencia Venezolana de Noticias.
En agosto de 2019, el entonces canciller Carlos Holmes Trujillo, admitió que ese año habían recibido 96 millones de dólares de los 315 millones de dólares que habían solicitado a la comunidad internacional por la migración venezolana, citó en esa oportunidad la propia Cancillería neogranadina. El funcionario neogranadino falleció en enero de 2020 víctima del Covid-19.
La Patria ha visto crecer y echar raíces a más de 6 millones de colombianos y colombianas en el país, y en ningún momento la Revolución Bolivariana ha pedido recursos a otras naciones para atenderlos. De lo que sí ha sido testigo Venezuela es como el Estado los ha incluido en programas sociales, como por ejemplo: las Misiones Barrio Adentro, Gran Misión Vivienda Venezuela y los Comité Locales de Abastecimiento y Producción, Clap.
Colombia y su implicación en el magnicidio en grado de frustración
En 2018 la agresión de Colombia contra Venezuela escaló. De los falsos positivos promovidos por el régimen de Juan Manuel Santos que no cesaron ese año, el intento de boicot a las elecciones presidenciales celebradas el 20 de mayo y el no reconocimiento al triunfo en los comicios de Nicolás Maduro, la administración neogranadina, pasó a apoyar un intento de magnicidio.
El 4 de agosto de 2018 dos artefactos aéreos tipo dron con cargas explosivas, detonaron durante un acto por la conmemoración de los 81 años de la creación de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). El hecho ocurrido en la avenida Bolívar, en Caracas, tuvo lugar mientras el jefe de Estado venezolano daba un discurso y tocaba puntualmente el tema de la recuperación económica del país y los esfuerzos de su gestión en ese sentido. Sus palabras estaban siendo transmitidas en cadena nacional de radio y televisión.
Al menos siete cadetes de la GNB fueron heridos. Con el ataque terrorista, además de asesinar al jefe de Estado, los involucrados en el plan pretendían asesinar al ministro del Poder Popular para la Defensa, general en Jefe Vladimir Padrino López; al presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno; al fiscal general de la República, Tarek William Saab, a altos funcionarios presentes en el acto, así como al Alto Mando Militar.
De no haber inhibido la inteligencia militar venezolana la señal, lo que permitió que los drones perdieran el control, entre las potenciales víctimas del atentado también hubiesen podido encontrarse el cuerpo diplomático acreditado en el país, presente en el acto.
Ese mismo 4 de agosto de 2018, pasadas las 8:30 de la noche, desde el Palacio de Miraflores el presidente Maduro se dirigió a la nación. Allí expuso: “Han intentado asesinarme el día de hoy (…) tengo que informar que han sido capturados parte de los autores materiales del atentado contra mi vida el día de hoy y se encuentran ya procesados (…) ya las primeras investigaciones nos indican que varios de los responsables intelectuales financistas de este atentado contra mi vida viven en Estados Unidos de Norteamérica, en el estado de Florida, y no tengo duda que todo apunta a la ultraderecha venezolana en alianza con la ultraderecha colombiana, y que el nombre de Juan Manuel Santos está detrás de este atentado”, citaron ese 4 de agosto diversos medios nacionales.
De acuerdo con las pruebas presentadas por el Gobierno nacional en agosto de ese año, entre los involucrados en el magnicidio en grado de frustración estuvo como líder el prófugo de la justicia Julio Borges y el opositor Juan Requesens. Este último se encuentra privado de libertad, tras su captura delató al otrora líder de Primero Justicia.
Asimismo fue detenido Henryberth Emmanuel Rivas Vivas, alias “Morfeo”, por su presunta responsabilidad en el atentado. Este sujeto admitió que había sido entrenado por más de seis meses en una finca en Chinácota (Norte de Santander), en Colombia. En las tabletas de los drones se hallaron las trazas hechas por el aparato en ese lugar un mes antes, y la proyección de vuelo en la avenida Bolívar, recordó en agosto de 2019 Russia Today.
El Ministerio Público venezolano informó que había 43 personas implicadas en el atentado fallido.
Entre los detenidos estuvieron Argenis Valera Ruiz, alias ‘Ingeniero’, experto en manejo de drones; Brayan de Jesús Oropeza Ruiz, piloto de uno de los drones; Juan Carlos Monasterios, alias “Bons”, exintegrante de la Guardia Nacional Bolivariana; Oswaldo Valentín García Palomo, coronel retirado de la GNB y contacto en Colombia del grupo que entrenaron en Chinácota; Ángela Lisbeth Expósito Carrillo, perteneciente a una ONG animalista, y encargada de logística y financiamiento del atentado; Mayra Isabel Rodríguez Briceño, alias “Maye”, española financista internacional de la red, y Ramón Santiago Velazco García, coronel retirado, financista, reflejó el citado medio.
También fueron detenidos Yanín Fabiana Pernía Coronel, alias “María”, conductora de uno de los vehículos usados para el atentado; José Eloy Rivas Díaz, financista; Alberto José Bracho Rozquez, encargado del funcionamiento del dron; Oswaldo Gabriel García Lunar, quien participó en las protestas violentas entre 2014 y 2017; Wilder Anderson Vásquez Velásquez, vinculado a hechos de violencia durante las protestas entre 2014 y 2017 y reclutado para entrenarse en Chinácota; Rafael Ernesto Díaz Cuello, teniente coronel que enviaba información confidencial de Colombia a Venezuela; Emirlendris Benítez Rosales, Antonio José Labichela Barrios y José Rommel Acevedo Montañez, quienes habrían sido parte de un plan conspirativo develado el 31 de enero.
Otras 18 personas figuraron como solicitados, recordó Russia Today; ellos fueron Yilbert Alberto Escalona Torrealba, explosivista, ubicado en Colombia; Gregorio José Yaguas Monje, explosivista; Alcira Marina Carrizo de Colmenárez, financista; Josser López Barrero, en EEUU y señalado de haber pagado los vehículos alquilados que se utilizaron durante el intento de magnicidio; Virginia Da Silva Pío Porta, alias “Génesis”, financista ubicada en EEUU, y Elvis Arnaldo Rivas Barrios, residenciado en Colombia.
En la lista también se encontraban Osman Alexis Delgado Tabosky, quien vive en Miami, sindicado de ser autor intelectual; David Alexander Beaumont Álvarez, responsable del alquiler de la oficina desde donde se lanzaron los drones; Rayder Alexander Russo Márquez, protegido en Colombia, planificador y supuesto financista vinculado al robo de armas del fuerte militar Paramacay, ocurrido el 6 de agosto de 2017; Darwin Mina Banguera; José Miguel Estrada González y Thais del Carmen Valeria Viloria, agregó la citada fuente.
Si bien es cierto que ese 4 de agosto de 2018 ocurrió en Venezuela el primer intento en el mundo de un magnicidio a través de drones cargados con explosivos, la patria sabía que no era el primer intento de asesinato contra Maduro. Desde 2013 el Gobierno nacional ha venido denunciando estas acciones; en los planes ha salido a relucir la participación de grupos colombianos. A continuación varias de ellas.
El 9 de junio de 2013 fueron capturados por los cuerpos de seguridad del Estado, nueve paramilitares en las entidades de Táchira y Portuguesa. Los irregulares tenían como objetivo asesinar a soldados del Plan Patria Segura, incrementar los homicidios en las ciudades principales y asesinar al Presidente de la República, denunció Maduro un día después de la captura, reseñó Ciudad CCS en esa oportunidad.
Apenas dos meses después, exactamente el 26 de agosto de 2013, el Gobierno nacional informó sobre la captura de dos colombianos con experiencia en sicariato que fueron contratados para asesinar a Maduro, reseñó en ese entonces el mencionado rotativo.
El 28 de mayo de 2014, el alto mando político de la Revolución denunció otro intento de magnicidio. En esta oportunidad los involucrados en el plan fueron los dirigentes de la ultraderecha María Corina Machado, el exdiputado Gustavo Tarre Briceño, el banquero prófugo Eligio Cedeño, el exgobernador de Carabobo, Henrique Salas Römer, el exdirector de Pdvsa Pedro Mario Burelli, el exembajador Diego Arria y el funcionario estadounidense y para ese entonces embajador de esa nación en Colombia, Kevin Whitaker.
Los intentos de magnicidio contra Maduro y las agresiones desde Colombia contra Venezuela no han cesado. Por el contrario, la patria ha vivido en carne propia cómo desde 2018 los ataques han sido cada vez más fuertes.
El régimen que lídera Iván Duque en Colombia desde agosto de 2018 ha permitido que se instalen campamentos de mercenarios y narcoparamilitares en suelo neogranadino para planificar acciones e intentos de golpe de Estado y magnicidio contra el presidente constitucional Nicolás Maduro, como ha denunciado y demostrado en reiteradas oportunidades la Revolución Bolivariana.
Duque también ha permitido que se planifiquen incursiones mercenarias contra Venezuela. La noble tierra de Bolívar espera que algún día estos ataques cesen, pues ella no ha hecho ningún daño al régimen colombiano, por el contrario siempre ha deseado la paz para su hermana república.
Aquí puedes leer las veintitrés entregas anteriores del sexto capítulo de Venezuela siempre grande.
En 2013 EEUU y derecha arremetieron contra las presidenciales (I). https://bit.ly/38Yc53D
Maduro lideró una campaña electoral de amor y de alerta de los planes opositores (II). https://bit.ly/3oYWPJ4
Atacar al CNE y vandalizar la GMVV caracterizaron campaña de Capriles en 2013 (III). https://bit.ly/3661P7E
14 de abril de 2013: El día que el pueblo le cumplió a Chávez (IV). https://bit.ly/2LOhvW9
Capriles promovió la violencia al desconocer los resultados (V). https://bit.ly/39QgDbe
Once fallecidos, 78 lesionados y CDI quemados dejó desconocimiento de los resultados por parte de Capriles (VI). https://bit.ly/366prsC
Con la llegada al poder de Maduro, EEUU y la derecha incrementó la guerra no convencional (VII). https://bit.ly/2KFPkbc
Gobierno de calle y lanzamiento de Misiones entre los logros de Maduro en 2013 (VIII). https://bit.ly/3c60guc
Leopoldo López causa muerte y terror con su Plan La Salida (IX). https://bit.ly/3c5GI92
Leopoldo López, promotor de la violencia en Venezuela (X). https://bit.ly/365SzAk
La derecha, el paramilitarismo y los asesinatos selectivos (XI). https://bit.ly/3pe7Ypw
Escasez, inflación inducida y comienzo de las sanciones marcaron 2013 y 2014 (XII). https://bit.ly/3o9nbXB
Protección a la familia en medio de la arremetida de la derecha contra el país (XIII). https://bit.ly/3odZXjf
En 2015 la derecha sumó a la guerra económica un intento de golpe de Estado (XIV). https://bit.ly/3pz9xyy
El decreto de Obama: Unas medidas criminales que violan los derechos humanos de todo un pueblo (XV). https://bit.ly/3pzK3Bb
En 2015 la derecha conquistó la AN con propaganda engañosa (XVI). https://bit.ly/3owr4Gk
Maduro, el Presidente del diálogo (XVII). https://bit.ly/3oz8Hkf
Guarimbas y quemar personas vivas, parte de los crímenes de la derecha en 2017 (XVIII). https://bit.ly/3pED36k
La Asamblea Nacional Constituyente que devolvió la paz al país (XIX). https://bit.ly/3aEum5A
Los CLAP y el Carnet de la Patria, programas para proteger al pueblo (XX). https://bit.ly/3aEgqbR
Bloqueo: Un crimen de lesa humanidad de EEUU contra Venezuela (XXI). https://bit.ly/2OfeCyn
El Petro es el primer criptoactivo de Venezuela (XXII). https://bit.ly/2N2tXS6
Maduro es reelecto Presidente y la derecha nacional e internacional se torna más agresiva (XXIII). https://bit.ly/376cPCh
