Muere periodista tras irregular actuación de PNB en Cumaná Infarto fulminante

Jorge Luis López

La reciente muerte del periodista Armando Espinoza, a consecuencia de un mal procedimiento de la Policía Nacional Bolivariana en Cumana, ha dejado una herida profunda no solo en su familia y amigos, sino también en el ámbito periodístico y político del país.

Sin embargo, lo que resulta aún más doloroso es la alarmante falta de solidaridad y sensibilidad mostrada por compañeros militantes del PSUV y miembros del gremio periodístico ante esta tragedia.

Es incomprensible que, en un momento tan crítico, donde se requiere una voz colectiva que exija justicia, muchos opten por el silencio.

La ausencia de pronunciamientos públicos por parte de los compañeros del PSUV y de los periodistas de Cumana es una clara señal de desinterés que no podemos permitirnos ignorar. ¿Dónde están las voces que deberían alzar un clamor por la verdad? ¿Acaso el compromiso con la justicia se ha desvanecido ante la comodidad del silencio?

El hecho de que desde el trágico accidente no haya habido más alcabalas en el lugar donde ocurrió la muerte de Armando es señal inequívoca y verificable que en realidad hubo un mal procedimiento policial.

¿Qué mensaje envía lo sucedido a la sociedad Sucrense y en concreto a la venezolana?

Es un recordatorio escalofriante de que las vidas perdidas pueden ser olvidadas con facilidad si no hay una respuesta contundente por parte de quienes deben protegernos.

Y saben algo, Armando Espinoza era un ferviente defensor del Proceso Bolivariano, Comunicador Social, Consustanciado con los derechos y aspiraciones del pueblo llano.

Es bueno recordarles a muchos, que el lunes 29 de Julio, cuando sectores opositores convocaban a incendiar el país, Armando Espinoza y mi persona fuimos llamados a participar en un programa de televisión regional en defensa de la victoria del camarada Presidente Nicolás Maduro.

Nos tuvimos que movilizar a pie y regresarnos igual, porque ese lunes en Cumana no había Transporte Público. Mientras muchos “Dirigentes políticos de Cumana”, estaban en sus casas cómodamente almorzando a esa hora del mediodía acudimos el y yo al canal de televisión a exponer públicamente las razones del porque debíamos defender la victoria del camarada presidente. Ese era Armando Espinoza.

Recuerdo con tristeza y decepción que al otro día de haber ocurrido su inexplicable fallecimiento, en el teatro Luis Mariano Rivera de Cumana se realizo un evento del Congreso Histórico y pensé que las autoridades del partido iban hacer algún reconocimiento público a la memoria y trayectoria del camarada, así como de su labor profesional, cosa que no ocurrió, silencio total.

Lamentablemente hemos perdido el sentido de solidaridad, humanismo y hermandad esa que tanto invocaba y practicaba nuestro comandante Chávez. Imagínense mi decepción fue mayor cuando se publico la noticia del fallecimiento del camarada y se hizo la divulgación a través del Diario VEA, una militante del PSUV, Directora de una institución Municipal de Cumana, llego al extremo de poner en duda, las causas ya verificadas de como falleció Armando, hasta a ese nivel hemos llegado.

Este silencio cómplice debe ser cuestionado. La responsabilidad recae no solo en las instituciones, sino también en nosotros como ciudadanos, colegas y actores políticos.

La falta de pronunciamiento en torno a este caso sugiere que hay un problema más profundo en nuestra cultura política y periodística; un problema que debe ser enfrentado con urgencia.

Es momento de que los camaradas del PSUV y todos los periodistas alcen su voz para exigir una investigación exhaustiva sobre las circunstancias que rodearon el fallecimiento de Armando Espinoza.

No basta con lamentar su pérdida; es imperativo exigir justicia y garantizar que aquellos responsables enfrenten las consecuencias de sus actos, si las hay.

La memoria del camarada fallecido merece ser honrada con acciones concretas, no solo palabras vacías.La falta de solidaridad que hemos presenciado es inaceptable.

Los periodistas y militantes deben recordar que su voz tiene poder; un poder que puede ser utilizado para defender la verdad y buscar justicia.

No dejemos que el silencio prevalezca; hagamos eco del llamado a la acción.

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