VEA / Yonaski Moreno

Fue acordada orden de aprehensión contra Rebeca García y su hermano Francisco García, acusados por los delitos de promoción o incitación al odio, exhibición de pornografía de niños, niñas y adolescentes, y agavillamiento. Así lo informó el titular del Ministerio Público Tarek William Saab la noche de este martes 7 de mayo.

A través de un mensaje en la red digital X, Saab señaló que los hermanos García acosaban a mujeres y niños «hostigándolas, tomándole fotos intimas y amenazándolas de muerte, generando zozobra a la población».

Horas antes, el Fiscal General de la República informó sobre la designación de las Fiscalías 59 y 66 Nacionales para investigar y sancionar los hechos ocurridos en El Hatillo, estado Miranda. En declaraciones a medios de comunicación, Saab indicó que Rebeca y su hermano llevan «bastante tiempo acosando a familias enteras en El Hatillo, particularmente sus víctimas son mujeres y niños. No solamente los acosan asustándolos; hay algo más grave, los amenazan de muerte si no permiten que los mismos sean abusados sexualmente, es decir, los amenazan para intentar abusar sexualmente de sus víctimas».

Diversas denuncias contra Rebeca García fueron compartidas en redes digitales. Entre quienes se pronunciaron se encuentra una mujer identificada como Anny de Trindade, quien relató que «desde el 2020 aproximadamente esta mujer me ha llamado de diferentes números de teléfono, escrito por Instagram; insiste en mandarme regalos a mi trabajo e incluso me dejó un graffiti en Bello Monte». Su denuncia estuvo acompañada de capturas de mensajes que le habría enviado Rebeca García con comentarios sexuales explícitos.

Otra mujer, identificada en la red digital X como @cocoaguirre, denunció que lleva siete (7) años siendo víctima de acoso por Rebeca García. «Yo JAMÁS he tenido una relación ni amistosa y mucho menos amorosa con ella. Rebeca es cinco años mayor que yo y estudiamos en el mismo colegio y jamás en lo poco que pudimos coincidir hablé con ella. El acoso de Rebeca hacia mí se inició a la par con una amiga, quien tuvo que irse del país por la situación. Empezó averiguando donde vivíamos, nuestros números de teléfono, nuestros correos», relató en mensajes compartidos en la plataforma.

Describió que el acoso escaló en 2020, año de la pandemia. «Vino casi diariamente a mi edificio, llenó de graffitis toda mi calle con mi nombre, mi apellido, mi usuario. Mandaba motorizados a entregarme cosas. Cientos de mensajes diarios. Se creó cuentas con mi nombre».

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