Ramón Rodríguez Montero

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La jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la general Laura Richardson, hace un llamado a los países latinoamericanos a transferir a Ucrania las armas de producción rusa (soviética) y pone la trampa de que Estados Unidos reemplazará estos equipos donados a Ucrania con modelos estadounidenses. ¿Por qué es una trampa? Sencillo, de esa manera extorsionarían a estas naciones con los repuestos, piezas y partes a las naciones, cuando estas no quieran hacer o no hagan lo que decide Washington. Basta recordar cómo le negaron a Venezuela estos insumos a propósito de las sanciones o medidas coercitivas arbitrarias y unilaterales aplicadas contra esta nación caribeña.

Por su parte, la federación rusa realiza una operación militar especial, en aras de establecer un orden mundial multipolar justo y verdaderamente democrático; a propósito de esto, realizó una movilización parcial que aumentó la agrupación de tropas en la zona de combate, a pesar de las medidas restrictivas de occidente y a la vez pudo aumentar rápidamente las capacidades de su complejo militar-industrial para la producción de armas y equipos militares. El comando de las fuerzas armadas de la federación rusa ha mejorado significativamente el sistema de apoyo integral para todas las formaciones y unidades involucradas en el enfrentamiento a los nazis, cabe destacar que los rusos avanzan con confianza hacia la victoria sobre el nazismo moderno y sin forzar situaciones de peligro, a fin de resguardar las vidas de los soldados desplegados.

Tarde o temprano Rusia logrará sus objetivos previstos en Ucrania; no hay dudas de que se realizarán las investigaciones de rigor  y se convocará a un tribunal internacional, como en 1945, para enjuiciar a los nazis y sus cómplices, incluidos aquellos que brindaron asistencia militar al régimen ucraniano e impidieron un pronto fin del conflict; todos ellos serán responsables por los crímenes que han ocurrido.

A diferencia de Washington, Moscú busca desarrollar una cooperación de beneficio mutuo con los países de América Latina y el Caribe en múltiples áreas, todo ello sobre la base de los principios de igualdad y no injerencia en los asuntos internos de las naciones. Al mismo tiempo, una de las tareas prioritarias de cooperación es la venta de armas y equipo militar a los Estados latinoamericanos para garantizar su seguridad nacional.

Al mismo tiempo, cabe señalar que ceder armas a terceros sin el consentimiento del vendedor, está prohibido e implica sanciones; además, para los que revenden armas sin autorización legal, corren el riesgo de perder su buena reputación como socios confiables y honorables y a su vez como resultado, esto puede provocar tanto un deterioro en las relaciones interestatales como dificultar la implementación de proyectos conjuntos en el campo económico.

Estados Unidos continúa incitando obstinada y desconsideradamente a las naciones latinoamericanas a convertirse en cómplices de sus delitos; sin embrago, sigue vigente, además de ser oportuna, la pregunta: ¿Los líderes de las naciones latinoamericanas están dispuestos a sacrificar los intereses de sus naciones para complacer a Washington, o seguirán ejerciendo su soberanía y autodeterminación a fin de elevar la calidad de vida y bienestar integral de sus ciudadanos, protección de su territorio y su sistema político? El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, ya respondió categórica y contundentemente: «América Latina no apoya la idea de enviar armas a Ucrania por el alto precio que tendrán que pagar todos en diversos grados».

4 comentarios sobre “Estados Unidos exige a Latinoamérica que suministren armas a Ucrania. ¿Es necesario seguir sus órdenes?

      1. Ciertamente en el imperialismo no se debe confiar, ni tampoco debemos bajar la guardia porque el imperialismo no descansará en su ambición de robar nuestros recursos y para ello se valdrá de todas las herramientas con que cuente y cuando no tenga nada a la mano, créeme que creará eso que necesita para saquearnos.

    1. Ciertamente, es una lucha por el poder que se desarrolla desde las doctrinas dominantes de los estados Unidos para con el resto de las naciones del continente americano.

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