VEA / Yonaski Moreno

El recorrido de Diario VEA inició en la Ciudad Universitaria. Ahí, frente a la estación del Metro de Caracas, un autobús del Sistema Integral de Transporte Superficial (Sitssa) espera a quienes tienen el deseo de visitar la 19ª edición de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2023), que tiene como sede El Laguito, en el Círculo Militar de Caracas. El traslado tiene un costo de cinco (5) bolívares.

Tras una breve espera, el vehículo inicia movimiento. La primera parada es la estación Los Símbolos, en donde abordan otros pasajeros. Una vez han tomado asiento, el vehículo arranca, hasta llegar a su destino. La naturaleza abraza a los asistentes, envolviéndolos en una fresca sombra y frente a ellos, un portal se alza invitándolos a adentrarse al mundo de las letras, las artes, la cultura.

Al cruzar el umbral ya se siente el ambiente festivo. En varias carpas, el estado invitado especial: Amazonas; muestra gran variedad de productos autóctonos y acapara las miradas. Entre los expositores se encuentra Ana Ozuna, en representación de Jakany Sebfamir, un emprendimiento familiar que ofrece al público diversos productos derivados de la yuca, como la Catara (picante), mañoco blanco, casabe, entre otros. A pocas horas de haber iniciado la feria, Ozuna expresó su emoción ante el interés mostrado por el público.

Glenys Camacho, de la etnia piaroa, asentada en Puerto Ayacucho, muestra el trabajo artesanal de su familia, a través de su emprendimiento Delicias Camacho. Ofrecen tostaditas artesanales sin aditivos, así como merengadas, y otros postres. Además, ofrecen variedades de cestas y sombreros.

Picante en polvo, bachacos deshidratados, cacao, collares, zarcillos y pulseras de mostacillas, franelas con estampados de petroglifos, zarcillos de plumas, elaborados por mujeres y jóvenes indígenas de la comunidad Caño Grulla, también pueden encontrarse en los stands del estado invitado especial, resaltó.

En ese mismo espacio se alza imponente el primer pabellón. Ahí están presentes las diversas editoriales que se han sumado al encuentro de las letras. Más adelante, un barco recibe a los niños en el Pabellón Infantil, donde además hay variedad de libros, y hasta una carpa donde una pintacaritas le llena de color sus alegres rostros. Y si de colores se trata, nada más coloridos que los mapas de Venezuela, resaltando el territorio Esequibo, que pintan los más pequeños en ese espacio.

Conversatorios, presentaciones de libros y otras tertulias se realizan en las diversas carpas dispuestas por el lugar.

Una reconfortante caminata lleva a los pabellones de Venezuela y Colombia. La sombra, la brisa y la hermosa vista hace que la distancia se haga corta. El suave canto de las aves acompaña este recorrido. Cada tanto, las guacamayas se convierten en las voces principales del mágico concierto.

Colombia: Elogio de la hospitalidad

Con su lema, “Elogio de la hospitalidad”, el Pabellón de Colombia busca expresar “una de las características culturales de los colombianos y colombianas y también una forma de agradecer la hospitalidad que Venezuela nos ha brindado a todos nosotros”, señaló Maikel Domínguez, uno de los representantes colombianos presentes en el espacio.

Varios autores y autoras pueden ser encontrados en el espacio, la mayoría de ellos, independientes. “Tenemos literatura de Gabriel García Márquez, Pablo Montoya, y muchos escritores independientes”, señaló.

La exposición colombiana sirve de antesala a la celebración de los 100 años de “La Vorágine”, texto de José Eustasio Rivera. “Es uno de los más importantes libros escritos en la segunda década del siglo XX. Versa sobre el amor entre Arturo Cova y Alicia, pero más allá de eso tiene un contenido sociológico y político que busca reflejar y aflorar las situaciones de conflicto y esclavitud de los aborígenes de las zonas de Colombia en los llanos”, explicó.

Otros internacionales presentes

En otro paseo quedan revelados los invitados internacionales. Los stands de Cuba, Argentina, Bolivia, México, España, Irán, entre otros, esperan a los lectores con entusiasmo.

“¡Cuba siempre ha estado presente en la Filven!”, celebra José Alberto Negrín, gerente de exportaciones de la Agencia Exportadora de Cuba. “Estamos representando a todas las editoriales cubanas. Hay una muestra comercial muy variada, desde libros educativos, científicos, técnicos, religiosos, libros del «Che» Guevara, de Fidel, novelas, poesía, una gran, gran variedad”, señaló.

Aseguró que para Cuba y para el mundo editorial, la Filven es muy importante. “Tenemos las más altas expectativas. El espacio es hermoso, cómodo. Venezuela es como la segunda patria”, expresó.

Más de 200 títulos venezolanos

Los colores patrios vibran en el Pabellón venezolano. Las editoriales de la Plataforma del Libro y la Lectura están presentes con más de 200 títulos. Poesía, novelas, libros de historia, ensayos, infantiles y más, se encuentran entre las opciones.

El catálogo, con ediciones de El Perro y la Rana, Monte Ávila Editores, Latinoamericana y Biblioteca Ayacucho, incluyen textos sobre la Batalla Naval del Lago, y títulos como La Narrativa de Gabriel García Márquez, de Ángel Ramas; Una historia de muñecas; Embusterias, que recoge cuentos de caminos del llano venezolano; La sombra de la edad dorada; Marxismo y antimarxismo en América Latina, entre otros.

La Feria Internacional del Libro de Venezuela mantendrá sus puertas abiertas hasta el domingo 19 de noviembre, desde las 10:00 de la mañana hasta las 8:00 de la noche. Además, se habilitó una ruta de transporte especial, con apoyo de la compañía Metro de Caracas y Sitssa, desde las estaciones Ciudad Universitaria y Los Símbolos, en el mismo horario.

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