Néstor Rivero Pérez

[email protected]

Este 3 de marzo, con motivo de celebrarse el Día Mundial de la Vida Silvestre, la Organización de Naciones Unidas ha formulado su llamado a la comunidad internacional a objeto de asegurar la recuperación de “las especies clave para la restauración de ecosistemas». Dicha efemérides fue establecida en 2013 por la Asamblea General de Naciones Unidas. Al “Día Mundial de la Vida Silvestre” también se le conoce como Día Mundial de la Naturaleza, propuesta que engloba una visión más integral de las especies, hábitats y procesos civilizatorios del planeta.

Peligros

En 1973 fue aprobada la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas, entre cuyos principios se reconoce que “todas las especies que, si bien en la actualidad no se encuentran necesariamente en peligro de extinción, podrían llegar a esa situación a menos que el comercio de dichas especies esté sujeto a una reglamentación estricta a fin de evitar utilización incompatible con su supervivencia” [http://www.sice.oas.org]. En los años recientes la ONU ha pautado como tema central de la efemérides la preservación de la vida submarina en 2019 y en 2020 el sostenimiento de “toda la vida en la Tierra” [Ibídem]. Hoy se admite el creciente peligro de un brusco impacto del calentamiento global sobre toda especie viviente.

Noción de Biodiversidad

La propia ONU en sus declaraciones insiste en el mutuo encadenamiento de las especies como fundamento de la perpetuación de la vida dentro del planeta “Nuestras sociedades están íntimamente conectadas con la biodiversidad y dependen de esta. La diversidad de vida en el planeta es esencial para las personas y se refleja a través de servicios vitales como alimentos nutritivos, agua limpia, medicamentos y protección contra eventos extremos. Urge un liderazgo audaz y acciones urgentes para detener la acelerada pérdida de especies” [https://www.un.org].

Misión de las especies

Cada una de las especies cumple su función en el concierto de la dinámica universal. Y dentro del planeta azul, desde la perspectiva de la vida inteligente representada por el Homo sapiens, en tanto centro de la creación “cada especie es importante dentro del entorno natural donde hace vida, bien sea como alimento para otros animales o como control de plagas, es decir, evitando la proliferación masiva de algún organismo, bien sea animal o vegetal, que pueda causar estragos en el entorno” [Ibídem].

Especies extintas

La caza y el cambio climático en los hábitats originarios han sido los principales modos de acabamiento de especies animales. Como se sabe el mamut desapareció hace varios miles de años. Algunos atribuyen su extinción a la caza de los tiempos del neolítico; otras investigaciones aducen que la causa radicó en “la progresiva desaparición de las praderas que los alimentaban” [https://www.bbc.com]. En todo caso el planeta ha conocido cinco grandes extinciones y al menos la quinta se asocia a la última glaciación ocurrida en el pleistoceno, hace unos diez mil años.

La jirafa

Una especie que hoy confronta grave vulnerabilidad es la jiraja, cuya preciosa elevación se ve interpelada  por “la deforestación, cambios de uso de los suelos, expansión del agro y ganadería, y el crecimiento de la población humana” [https://www.google.com]. Y de las especies submarinas, la pesca indiscriminada se constituye hoy en factor de extinción, cuando se carece de políticas que garanticen un margen de reproducción anual que supere la extracción y consumo dominada por empresas del mar. Venezuela por su parte está catalogada como país megadiverso, con sus nueve regiones naturales.

Sinóptico

1816

Juana Azurduy

Este día Juana Azurduy condujo los grupos patriotas que habrían de derrotar a fuerzas realistas en El Villar, región de Chuquisaca, en el Alto Perú (actual Bolivia). Auténtica amazona de la Gesta Emancipadora suramericana, Juana vio perecer a su esposo, el también prócer boliviano Manuel Ascensio Padilla y cuatro de sus hijos, en la guerra contra España.

Ambos cónyuges se habían pronunciado por la Independencia desde 1809. En 1816 “en el marco de la brutal represalia que imponían los realistas a los vencidos en la guerra sin cuartel del Alto Perú”, el esposo sería decapitado luego de la derrota patriota en la batalla de La Laguna. Con cuatro hijos capturados por los realistas, Juana Azurduy mantuvo su postura independentista. Tras la captura y decapitación de José Asencio, Juana se mantuvo al frente de las fuerzas patriotas. Así, el 3 de marzo de 1816, la heroína, embarazada de su quinta y última hija, estuvo al frente de partidas patriotas que dieron combate en El Villar, cerca de Chuquisaca. El historiador José Macedonio Urquidi sostiene que Juana “usaba una chaqueta roja distintiva”. La única hija de Juana Azurduy, y que pudo sobrevivir a la Guerra Emancipadora, le acompañó hasta sus últimos días, en 1862.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!