Néstor Rivero Pérez

El 14 de abril de 2002 a las 3:00 am -luego de ser rescatado por militares bolivarianos que lo trasladaron en helicóptero desde la Base Naval de La Orchila, donde estuvo prisionero desde el día 11-, el Comandante Hugo Chávez arribó al Palacio de Miraflores.

Allí retomaría sus funciones como primer mandatario, haciendo -crucifijo en mano- un dramático llamado a la paz y a la reflexión de los venezolanos, especialmente a quienes se habían involucrado en la aventura desestabilizadora de aquellos días.

Llamado a la paz El regreso de Hugo Chávez a Miraflores ese 14 de abril –como consecuencia de la movilización popular y el pronunciamiento del grueso de los comandantes de tropa constitucionalistas y núcleos de la alta oficialidad–, abrirá un nuevo ciclo en el pugilato entre los dos modelos de país: El neoliberal y privatizador que impulsó el Golpe, y el del Estado Social y de Justicia consagrado en la Constitución de
1999. Y este nuevo ciclo se manifiesta en dos líneas: De una parte la búsqueda de diálogo, para asegurar la convivencia pacífica de los venezolanos a que llamó el Presidente Hugo Chávez, tendiendo puentes hacia los factores de la oposición involucrados en la trama
desestabilizadora; y, de la otra, procurando la pacificación de ánimos en quienes no admitían su derrota en el golpe de Estado del 11-A.

Nuevo ciclo

Meses después, esos mismos factores tomarán la Plaza Francia, de Altamira, organizarán el Paro Petrolero y, de otra parte, asistirán a la “Mesa de Diálogo” mediada por la OEA para incumplir, casi de inmediato, sus compromisos de respeto a la Constitución.

El nuevo ciclo no se cerró totalmente, pues los mismos factores del 11-A que controlaban la Asamblea Nacional -en desacato-, cumplen una agenda externa que patrocina el boicot económico contra Venezuela, en el marco de la hostilidad geopolítica del Departamento de Estado de EEUU contra la patria de Bolívar.

Símil de Santos Luzardo

Queda pues la lectura simbólica respecto al comportamiento de los antihéroes, académicos, fuerzas vivas, comunicadores, rectores universitarios y sindicalistas, quienes en nombre del “orden”, la “decencia” y el progreso de la nación, suscribieron un golpe de Estado y aplaudieron, delante de las cámaras de TV, la deposición de la Constitución y encarcelamiento de un Presidente electo.

Se trata de la dislocación de principios jurídicos por quienes actúan hablando “en nombre de la civilización”, al modo de un envejecido Santos Luzardo que atenta contra los derechos de quien, como la Mariselita galleguiana, proviene de la Venezuela rural, plebeya y profunda, recoge la voz de los excluidos de la educación, seguridad social y derecho a la felicidad; y, expresa hondo reclamo de justicia en nombre de las mayorías.

Y este segundo Santos Luzardo, desconociendo las promesas y querellas de su juventud, ahora presta su ingenio a Mr. Danger y los émulos de la también envejecida Doña Bárbara. Que como tal actuaron los días 11, 12 y 13 de abril de 2002 magistrados, rectores, dirigentes de partidos y sindicalistas afiliados al golpismo.


“No soy domable”

El balance para la historia de Venezuela, de las jornadas del 11, 12, 13 y 14 de abril, queda recogido en un discurso que ofreció el propio Comandante Hugo Chávez en 2005: “…para que llegue el día en que ningún niño… pase hambre, para que llegue el día en que ningún hombre o mujer… pase hambre o… esté viviendo bajo los puentes… peleando con los zamuros en los basureros, buscando algo de comer, para que llegue aquel día… en que vivamos todos en condiciones de igualdad, todos… con la mayor suma de felicidad posible’, todos debemos saberlo: El único camino es la Revolución (…) decía uno de ellos -un oligarca- ‘Chávez parece un potro salvaje, pero vamos a domarlo’. Ellos tratan de hacer eso, pero… no soy domable… aquí me tienen… hermosamente sometido… a la causa del pueblo” (Hugo Chávez, Discursos-2003, Vol 5, Cs, 2005, págs 282-283).

Sinópticos

1976

Creado Parque Nacional Terepaima

Este parque, ubicado entre Lara y Portuguesa, protege a la flora y fauna autóctona, así como a los importantes afluentes de agua que nacen en sus sierras, de los que se surten la ciudad de Barquisimeto y poblaciones circunvecinas. En la zona aún existen restos de selva montañosa húmeda. Posee un relieve accidentado, con altitudes que van desde los 300 MSNM, en el río Sarare, hasta los 1.775 MSNM, en la Fila Terepaima. El clima de la zona es lluvioso cálido, con temperaturas que varían entre 19 °C y 26 °C.

1896
Maceo contra la intervención yanqui

El Titán de Bronce desconfió siempre de las llamadas «buenas intenciones» que ingenuamente algunos patriotas cubanos atribuían a Estados Unidos. Al resaltar el carácter intervencionista de las acciones de EEUU, en carta del 14 de abril de 1896 a Tomás Estrada
Palma, Maceo le manifiesta: «A mi modo de ver, no necesitamos de tal intervención (la de Estados Unidos) para triunfar en un plazo mayor o menor».

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