India: allanamiento a cadena británica de comunicaciones devela posiciones geopolíticas

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La autora es periodista y analista política. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022.

Yoselina Guevara L.

@lopez_yoselina

El 14 de febrero las autoridades indias llevaron a cabo el allanamiento de la sede de la cadena británica BBC en Nueva Delhi. La operación forma parte de una auditoría fiscal, sin embargo se produjo tras la publicación de un documental en el que la BBC trató de manera tendenciosa los enfrentamientos religiosos de 2002 en Gujarat, al oeste de la India.

A nivel geopolítico este y otros hechos revelan la forma en que los diferentes gobiernos mueven sus piezas en el ajedrez mundial, en lo que pudieran ser extrañas jugadas a dos manos.

Hechos en Gujarat

El 27 de febrero de 2002 murieron 59 peregrinos hindúes tras incendiarse el tren en el que viajaban en el pueblo de Godhra, Gujarat. Se difundió la noticia culpando a un grupo de musulmanes del trágico incidente lo que hizo que se desencadenara de manera inmediata una matanza indiscriminada contra ellos.

Para el momento la región de Gujarat era gobernada por el ahora primer ministro Narendra Modi. En los disturbios murió más de un millar de personas, sobre todo musulmanes; turbas de hindúes radicales atacaron barrios de fe coránica dejando a su paso cientos de fallecidos y heridos, mujeres violadas, mezquitas y hogares destruidos.

El documental de la BBC cumple una función no solo de relatar los hechos sino que se convierte en juez y acusador al señalar directamente al premier Modi de estar entre los responsables de los enfrentamientos de Gujarat.

En el año 2002 se llegaron a formular denuncias ante los tribunales contra Modi por la supuesta inacción premeditada de las autoridades para evitar la violencia, pero estas acusaciones no se comprobaron nunca. Por otra parte las denuncias lejos de repercutir negativamente en la carrera política de Modi lo impulsó a lograr, cosechar victorias sucesivas tanto en Gujarat como a nivel nacional; gobierna tras dos rotundas mayorías electorales absolutas en 2014 y 2019.

Soros: magnate y peón

En cuanto a la operación en la sede de la BBC los gobiernos occidentales no se pronunciaron frontalmente sino utilizaron al multimillonario George Soros para marcar posiciones.

Durante la Conferencia de Seguridad celebrada en Múnich, Alemania, el magnate declaró: “India es un caso interesante; es una democracia, pero su líder Narendra Modi no es un demócrata. Incitar a la violencia contra los musulmanes fue un factor importante en su meteórico ascenso. Modi mantiene estrechas relaciones tanto con sociedades abiertas como cerradas. India es miembro de la cuádruple alianza que incluye a Australia, Estados Unidos y Japón, pero compra mucho petróleo ruso con grandes descuentos y gana mucho dinero con ello”.

La respuesta desde la India no se hizo esperar: el sábado 18 de febrero el ministro de Asuntos Exteriores, Subramaniam Jaishankar, en un acto en Sídney, Australia, denunció al multimillonario Soros, describiéndolo como un “viejo rico, testarudo y peligroso”, señalando además que es alguien que todavía “cree que sus opiniones deben determinar cómo funciona el mundo entero”.

Así mismo el canciller Jaishankar rechazó que el allanamiento a las oficinas de la BBC en la India muestre una tendencia al autoritarismo por parte del gobierno del primer ministro Modi. Por el contrario forman parte del legítimo derecho que posee un Estado soberano para hacer cumplir las leyes dentro de su espacio territorial, de lo cual no está exenta ninguna cadena comunicacional por poderosa que sea.

Jaishankar defendió la posición del Estado de la India calificando a los detractores del gobierno de la India de ser “sembradores de terror” y de adoptar una “visión europeo-atlántica” de la democracia y no respetar la elección democrática del pueblo indio.

Posición desde Occidente

El primer ministro británico Rishi Sunak, pocas horas después de la operación en la sede de la BBC Nueva Delhi, no mencionó el procedimiento sino expresó su satisfacción por el acuerdo “hito” entre la compañía francesa Airbus y la inglesa Rolls-Royce sobre el suministro de 250 aviones a Air India, añadiendo que esperaba que pronto se cierre la tratativa del Acuerdo de Libre Comercio con la India.

A estas declaraciones de Sunak, de origen indio, se sumaron con satisfacción el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y, sobre todo, el mandatario estadounidense Joe Biden; pasando totalmente por alto el asunto Modi-BBC. La interpretación de estas reacciones es la señal inequívoca que las relaciones entre India y Occidente están aparentemente fortalecidas en el plano económico, no están siendo cuestionadas, siendo las mismas de alta utilidad para Nueva Delhi en una perspectiva económico-tecnológica y lógicamente en la posición anti China desde los gobiernos occidentales.

Guerra cognitiva contra India

Desde inicios del año 2023 la India está afrontando el recrudecimiento de una guerra cognitiva o de percepción. El 17 de enero de este año la BBC emitió el cuestionado documental en el que se ataca al primer ministro Narendra Modi. Una semana después, el 24 de enero, la firma estadounidense, Hindenburg Research, publicó un informe “malintencionado” contra el conglomerado indio Adani Group el cual logró su objetivo de acabar con más de 10 millones de rupias pertenecientes a inversores.

Es necesario destacar que Hindenburg Research se dedica a realizar investigaciones sobre supuestas irregularidades en empresas, siendo parte de un mecanismo perverso para afectar y manipular las acciones en las bolsas de valores. Mientras los mercados indios empezaban a recuperarse de la repentina sacudida sufrida por Hindenburg, el multimillonario George Soros insinuó sobre una posible relación entre el Gobierno de Modi y el grupo Adani.

Soros contra Modi

Adentrándonos en el enfrentamiento de Soros-Modi se observa que el mismo es de largo aliento. En enero de 2020 el multimillonario estadounidense se comprometió a destinar 1.000 millones de dólares a la creación de una universidad mundial para “luchar contra los nacionalistas y el cambio climático”, calificándolos de “retos gemelos que amenazan la supervivencia de nuestra civilización”.

Cuando Soros se refiere al “nacionalismo” es un ataque directo contra Modi, inclusive llegó a acusarlo en el Foro Económico Mundial de Davos de “crear un Estado nacionalista hindú”.

Pero el objetivo principal del magnate Soros es generar una “revolución de colores” en la India, para lo cual cuenta con un complejo ecosistema de organizaciones no gubernamentales (ONGs) a pleno funcionamiento en el país, sumándose a ello activistas, periodistas, e intelectuales tarifados que han tratado de desprestigiar al primer ministro Modi generando la matriz de opinión que es un “autócrata” que debe ser derrocado por el “bien” del país.

Sabemos que la “defensa de la democracia”, los “derechos humanos”, “la autocracia”, “la corrupción”, “las elecciones libres y democráticas”, son los mantras que preparan el terreno para las revueltas “populares”, dirigidas desde los centros imperiales.

Evidentemente lo que sucede en la India no es una coincidencia y más bien forma parte de un guión bien conocido. Lo particular del caso es la develación del juego a dos manos, demostrando que en la geopolítica occidental no hay amigos, solo aliados circunstanciales.

 

 

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