Inglaterra y Guyana nunca probaron sus derechos sobre el Esequibo, asevera historiador

Alberto Vargas @AlbertoA.Vargas2

(Especial para Vea)

A juicio del abogado penalista e historiador Nelson Ramírez Torres, como afirmación apodíctica, se debe establecer el hecho, y probarlo ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que Gran Bretaña nunca desvirtuó los títulos de propiedad que Venezuela invocó sobre el Esequibo, toda vez que siempre evadió hablar de esos títulos y del derecho.

Cuando se planteó la reclamación, los británicos echaron a mano argumentos sin fundamento, dijo Ramírez.

Al tiempo que argumentó que Antonio Leocadio Guzmán Águeda, quien fungía como asesor de la Cancillería, basado en estudios del Consejo de Estado en 1844, afirmó que los títulos de Venezuela hasta el Esequibo “no han podido ser contestados hasta ahora en manera alguna por el Gobierno británico, que siempre ha eludido todo examen de nuestros títulos, limitándose a diferimientos de las negociaciones”.

La verdad -dice- es que los derechos de Gran Bretaña no iban más allá de la margen izquierda del río Esequibo, que fue lo comprado a los holandeses.

«En septiembre de 1881, Lord Granville propuso unos límites groseros desde la margen derecha del río Barima, y de allí será llevada al sur por encima de la montaña llamada en el mapa original de Shomburgk colina de Yarikita; luego al río Acarabisi y por éste hasta su unión con el Cuyuní, y de allí en dirección suroeste a la línea que propuso Schomburgk hasta el Esequibo”.

Por lo que el presidente Guzmán Blanco retiró la posibilidad de transacción, para entrar de lleno en el campo del derecho, conforme al cual el límite es el río Esequibo, tesis esta que Guzmán sostuvo en su mensaje al Congreso en 1877, precisó Ramírez Torres.

«Mediante acción declarativa, Venezuela debe demandar a Guyana en la Corte Internacional de Justicia para que establezca en la sentencia el hecho de que Guzmán Blanco, siendo Plenipotenciario en Londres, en su carta para Lord Granville del 30 de diciembre de 1884, reiteró que la República entendía que los límites de la antigua Capitanía General de Venezuela llegaban al Esequibo, mientras la Gran Bretaña contradice esta inteligencia”.

Guzmán enfatizó que “el asunto sea sometido al fallo de un tribunal de derecho que examine los títulos de las dos naciones”, precisó el penalista.

«Como era de esperarse, Granville se fue por la tangente, al decir que esa propuesta presenta dificultades constitucionales que impiden a Gran Bretaña acceder a ella. Granville fue sustituido por Rosebery en 1885, quien expresó, sin fundamento, que daba especial importancia a la posesión del río Guainía».

Ramírez Torres insiste en que mediante acción declarativa, la CIJ debe establecer en la sentencia que Venezuela rechazó enérgicamente la propuesta de Rosebery, y que Guzmán Blanco expresó que la Constitución articula que sus límites son los mismos que correspondían a la Capitanía General de Venezuela en 1810; y por tanto prohíbe la enajenación del territorio venezolano.

«Venezuela tiene interés en proponer las acciones declarativas en las demandas, recomiendo varias, contra Guyana, en un doble aspecto, tanto por existir los derechos de propiedad y posesión de Venezuela sobre el territorio en disputa, como por no existir nunca dichos derechos a favor de Gran Bretaña ni de su heredera Guyana. Es necesario ver las cosas desde esta perspectiva porque, como hecho negativo demandado por Venezuela, Guyana tendrá la carga de la prueba y estará obligada a exhibir sus títulos de sus derechos legales, los cuales no existen, como tampoco jamás los tuvieron los británicos».

Es imperativo precisar los hechos que se deben llevar a la CIJ para que queden plasmados como base de una o varias demandas y formen parte obligatoriamente de la sentencia, esto es, hechos como base de distintas demandas y no incorporarlos solo como prueba de una pretensión amplia como lo es la acción reivindicatoria que, a no dudar, Venezuela debe interponer, concluyó el también historiador Ramírez Torres.