Isaac Asimov y las tres leyes de la robótica
El autor es historiador, docente y abogado.
Néstor Rivero Pérez
El 6 de abril de 1992 murió en Nueva York (EEUU) el escritor ruso-estadounidense Isaac Asimov, cuya obra de ciencia ficción, además de divulgación científica y en el campo de la historia, le colocan entre los autores más prolíficos y leídos de todos los tiempos. Asimov había nacido en 1920.
Autor prolífico
Si se descarta el género del folletín romántico de trama sencilla, donde destacaron Bárbara Cartland y Corín Tellado, Asimov con más de quinientos libros se colocó entre los escritores más prolíficos de la historia, al nivel de Lope de Vega, Rolf Kalmuczak y Nicolae Yorga.
Su obra responde a una línea de investigación y deducción con rigor, que procura ajustarse a patrones del desenvolvimiento de la realidad. Sus hipótesis obedecen a un patrón eventualmente verificable.
He allí una clave de su éxito en la ciencia-ficción, manteniendo una línea histórica en su discurso, aunque algunos críticos advierten que se alejó en exceso hacia el futuro, al margen del hecho político.
Historia del futuro
Entre 1942 y 1992 Asimov escribió un conjunto de 16 libros para su “Serie de la Fundación”, donde ofrece su aproximación a la “historia del futuro”. Se trata del modo en que discurrirá la civilización humana una vez iniciada la colonización de la galaxia. Y ello estará acompañado de una intensa actividad robótica.
En la saga intervienen descendientes de la humanidad terrícola, nacidos en planetas colonizados y robots humanoides. Todo comenzará hacia el siglo 47 de la actual era, dentro de veintiséis centurias.
Destaca en la saga la tendencia del ser humano a expandir su modo de vida e imponerse en el espacio.
Solaria
Asimov narra la colonización de planetas extrasolares a partir de los cuales se llega a otros cuerpos celestes de la galaxia. Solaria es un planeta-nación de 20 mil habitantes, que posee 47 millones de kms2 de terrenos cultivables y cuya conquista, desde un primer planeta extrasolar llamado Nexus, ocurre en el año 3200 DC.
En el discurso de Asimov la organización de dichas comunidades no escapa a las contradicciones existentes en la Tierra, puesto que en la obra, las clases pudientes toman Solaria, planeta confortable, como sitio de descanso, hasta que este último se emancipa. Solaria se especializa en la fábrica y exportación de robots de altísima calidad.
Yo robot
Según el Oxford Dictionarity Asimov fue el primero en emplear la palabra “robótica”, prefigurando un mundo donde las “máquinas automáticas programables” con inteligencia, penetran en distintas áreas de la actividad cotidiana. Asimov da vida en sus libros a dichas creaciones mecánicas, siempre con acatamiento a tres leyes: “Un robot no puede hacer daño a un ser humano ni, por inacción, permitir que lo sufra; debe obedecer las órdenes que recibe, excepto cuando estas colidan con la primera ley; y debe proteger su propia integridad, siempre y cuando esto no contraríe la primera y segunda ley”.
Estas tres leyes inspiraron el filme Yo robot, que confronta al experto en robótica con dilemas tecnológicos ante los que se debe ponderar como respuesta moral el enunciado de dicha leyes.
Historia de EEUU
Mientras que el historiador William Willer explica el primer impulso del desarrollo agrícola del Oeste norteamericano como resultado de “la demanda cada vez más creciente de alimentos y animales de trabajo” (Historia de EEUU, Edit Novaro, 1963, pp. 254/255), especializándose sus habitantes en “cereales, carne y mula”, Asimov ofrece una lectura con ingredientes de historia crítica y social al exponer, en su obra Los EEUU desde 1816 hasta la Guerra Civil, como motivo de la expansión de EEUU hacia el Oeste el interés que animaba a los plantadores algodoneros del Sur, en cuanto a “crear Estados esclavistas adicionales”.
Se trata de una visión que si bien no es revolucionaria, al menos contempla el trasfondo social que se manifiesta en la Guerra contra México de 1847 y luego en la Guerra de Secesión de 1860-65.
Sinóptico
1794
Nació José Ignacio Abreu e Lima
Este día nació en Recife, estado de Pernambuco (Brasil) José Ignacio de Abreu e Lima, prócer de la Independencia de Venezuela y Nueva Granada, insigne defensor de Bolívar en los años postreros de este, a quien acompañará en 1830 en San Pedro Alejandrino.
Abreu e Lima fue el primer difusor en el continente de las ideas socialistas inspiradas en el utopista Charles Fourier y el cristianismo primitivo. El prócer había llegado en 1818 a Angostura, procedente de Estados Unidos, adonde había ido después de ser expulsado de la patria, señalado de intervenir en el movimiento conocido como Revolución Pernambucana, integrándose en el plantel del Correo del Orinoco.
El Libertador, enterado de su grado de capitán de artillería, y vista la importancia de esta arma para el Ejército Patriota, lo incorpora con su rango a uno de sus batallones, interviniendo en la jornada de Carabobo del 24 de junio de 1821 y en 1829, bajo el mando de Antonio José de Sucre, en la batalla del Portete de Tarqui.