Eugenia Russian

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 Al conmemorar los 159 años del nacimiento del Médico de los Pobres, José Gregorio Hernández, y los 81 años de nuestro Padre Cantor, Alí Primera, ambos conectados con la lucha de construir un mundo más justo, las vidas de ambos conjugan la profesión con la misión de cuidar de la fragilidad humana como servicio solidario, en especial frente a los más necesitados. Y la denuncia a través del canto liberador, testimonio que enfrenta a las tendencias egoístas, de aprovecharse de la debilidad del prójimo, como en el neoliberalismo, sistema que ambos líderes con su obrar denunciaban.

José Gregorio Hernández, un profesional de la Medicina que combinó su saber con la solidaridad abnegada, más allá de cualquier reconocimiento de la Academia, pues nunca su objetivo fue ganar más con su atención médica, sino ofrecerla, desde su espiritualidad, como servicio a los más necesitados, incluso no solo atendiendo a sus dolencias, sino ofreciendo medicinas a los más pobres, sembrándose con su desprendimiento en el corazón del pueblo.

Por otra parte, el canto de Alí Primera sigue animando a las comunidades populares en su esfuerzo continuo por la transformación social, asumiendo el punto de vista del Evangelio, el de los más débiles. Y más allá de las diferentes religiones, su impulso espiritual contribuye a una unidad en la diversidad, invitando a superar fanatismos sectarios Alí impulsó los esfuerzos populares integradores y liberadores. En sus cantos combina el esfuerzo en la construcción de la paz, interpretando la vitalidad expresiva de las comunidades, en sintonía con su espiritualidad mestiza.

 

 

 

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