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Néstor Rivero Pérez

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El 1º de septiembre de 1828 nació en Caracas José María de Rojas Espaillat, diplomático y hombre de letras y quien integraba una de las familias que mayor contribución dio a la difusión de la cultura y las ciencias en la Venezuela del siglo XIX.

Rojas Hermanos

Provenientes de Santo Domingo, y en tiempos en que los resplandores de la figura continental del Libertador proyectaba su influjo en sectores de la sociedad dominicana, llegaron a Venezuela José María de Rojas (padre) y su esposa Dolores Espaillat; escogieron a Caracas como asiento de su hogar. Así en 1826 nacía en Caracas Arístides, cuya obra como explorador y espeleógrafo, médico y escritor, le ha convertido en ícono de la investigación y el humanismo venezolanos. Además, en dicha parentela destacaron  Marco Aurelio Rojas Espaillat y Carlos Eduardo, todos al igual que su hermano José María, notables divulgadores de la actividad científica y, los dos primeros al igual que su hermano José María, autores de una interesante obra literaria.

Almanaque de Rojas

Los Rojas Espaillat heredaron de su padre la tradición editorial, alcanzando una notoriedad que ha trascendido siglos. Todavía se observa en las paredes de algunos negocios caraqueños, el extenso papelógrafo contentivo del “Almanaque Rojas Hermanos”, que circulaba bajo edición del “Almacén Rojas” y que hasta años recientes generaciones de caraqueños obtenían para seguir el orden del calendario y escoger del santoral el nombre para bautizar a un recién nacido.

El Marqués de Rojas

Rojas Espaillat se había iniciado en labores diplomáticas. Así, en nombre de Venezuela sostuvo ante Gran Bretaña el reclamo nacional por la defensa de los verdaderos límites que en la frontera este venezolana, el río Esequibo, cuya  usurpación había sido iniciada por dicha potencia a partir de 1836 a propósito de las llamadas “Líneas Schomburg” que desconocían el Utti Possidetis Iuri, base del derecho fronterizo americano desde 1810. Igualmente Rojas Espaillat cumplió misiones diplomáticas en España y Francia; y tras varias décadas como representante del país en el exterior, José María Rojas Espaillat obtuvo del papa León XIII el título pontífico de Marqués.

Ruptura con Guzmán

Habiendo sostenido desde sus años de estudiante amistad con Antonio Guzmán Blanco, este último aprovechó las dotes de negociador de Rojas Espaillat durante el Septenio y el Quinquenio. De otra parte, de consuno con su hermano Arístides Rojas y encontrándose en 1875 en París, José María patrocinó la edición de la Biblioteca de Escritores Venezolanos Contemporáneos, una de las primeras muestras de la evolución de las letras nacionales desde la Colonia hasta mediados del siglo XIX. En 1883 el ya reconocido “Marqués de Rojas” fue incorporado como Individuo de Número fundador a la Academia Venezolana de la Lengua. Sus críticas al discurso inaugural pronunciado por el presidente Antonio Guzmán Blanco, así como su solicitud para que Antonio Leocadio Guzmán, padre del Ilustre Americano, aclarase “la misión cumplida en 1826 en Perú ante el Libertador” (Diccionario Historia de Venezuela, Vol. III), le distanciarán de forma definitiva del megalómano gobernante, renunciando Rojas a toda representación diplomática.

 

Libros

No obstante que la Constitución de la Primera República abolió en 1811 los títulos nobiliarios, Rojas Espaillat recibía con satisfacción toda salutación alusiva al escalafón que a su favor emitiese el Vaticano, nombrándole “Marqués de Rojas”. En su obra escrita destacan Las fronteras de Venezuela, Simón Bolívar, Tiempo perdido y Bosquejo histórico de Venezuela.

 

Sinóptico

1823

Simón Bolívar llegó a Perú

Este día, a las 3:00 de la tarde, hace su entrada a Lima (Perú) el Libertador Simón Bolívar, quien proveniente del puerto de Guayaquil había desembarcado poco antes en el Callao, atendiendo los insistentes llamados que desde 1822 le venían formulando los líderes de la nación inca. Si bien la élite patriota de Perú contaba con militares valientes como José de Lamar, Andrés de Santa Cruz y Agustín Gamarra, ninguno poseía el vuelo estratégico comprobado de un José de San Martín, un Antonio José de Sucre o un Simón Bolívar. De allí que al abandonar el Protector la tierra de los incas en septiembre del año anterior para regresarse a Argentina, los peruanos vieron la necesidad de llamar al Libertador para que comandase a las fuerzas republicanas y concluyese la guerra contra los españoles. Consciente de las duras dificultades que tenía por delante, Bolívar de constancia insobornable, entró a Lima, y el 2 de septiembre, elevando su copa dijo “Por el buen genio de América que trajo al general San Martín, (por) el general O’Higgins, que lo envió desde Chile (…) Porque los americanos no consientan jamás un trono en su territorio..!”. Entre su llegada al Callao y la victoria final de Ayacucho del 9 de diciembre de 1824 frente a los realistas, transcurrió un año y dos meses.

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