Lic. Ylenia Estrada

Entenderemos por determinación una fuerza interior poderosísima, propia del ser humano, que le permite tomar decisiones con alto grado de confianza, seguridad y libertad, para perseverar en el logro de la meta.

Contiene en sí misma gran autonomía, no incluye a otros ni depende de opinión alguna; tampoco pide permiso ni espera aprobación de nadie, es absolutamente personal; requiere de valentía, pues se pueden confrontar riesgos que pongan en juego incluso la vida misma, y también de responsabilidad para enfrentar las tareas con eficacia y calidad, de fe, pues.

Hay que creer firmemente en la decisión tomada y esperanza de que la meta será lograda.

Cuando hablamos de autodeterminación de los pueblos nos referimos al derecho de escoger su propio gobierno y su propio destino, así como de estructurarse libremente sin injerencia extranjera, solo con el concurso interno de sus ciudadanos; y aquí, en la Venezuela Bolivariana, vamos rumbo al Estado Comunal, donde el pueblo tiene participación libre y protagónica en todos los eventos que conciernen a su vida social y comunitaria, donde construye en colectivo las leyes que regulan su quehacer, donde por primera ver irán a cargos de elección popular aquellos líderes que en su comunidad han demostrado tal idoneidad, que los hace confiables como para asignarles tales responsabilidades.

Citaremos algunos ejemplos clarificantes:

Aristóbulo Istúriz, caminado por los pasillos internos del Palacio de Miraflores durante el intento de golpe de Estado en abril del año 2002. Identifiquemos su expresión corporal, más que elocuente, habla por sí misma, frente en alto, mirada al frente, paso firme y vigoroso, brazos que penden a lo largo del cuerpo rítmica y enérgicamente, seguro de alcanzar cada objetivo: Rescatar al Comandante Chávez, restablecer la democracia y la paz de la nación, y garantizar la soberanía de la Patria. Solo eso. ¿Alguna duda?, Busquemos las imágenes,   sobradamente claras. El objetivo y la meta fueron logrados con absoluta determinación y nuevamente los golpistas fueron derrotados con la paz.

Nuestras FANB en Apure: Con el Gloria al Bravo Pueblo y el himno del Batallón Bravos de Apure resonando en el pecho, con una equis probabilidad de regresar a casa o quedarse en el campo de batalla, no  hay dudas  que …   “Cuando el clarín de la patria llama, hasta el llanto de la madre calla”…   Si no hay patria no hay nada, la vida  desaparece, se diluye, y quedaríamos bajo el mando de la sevicia imperial, como Colombia o Palestina y tantos otros ejemplos históricos, aunque no podemos obviar la resistencia de sus pueblos, pero su sufrimiento ha sido infinito.

Hagamos un ejercicio de empatía, cuando nos acostamos cada noche, y ya hemos cenado, descansado, cumplidas las tareas del día, compartido con la familia, etc. En otras circunstancias  y en otro escenario comienzan las horas más duras, en la frontera; llegan la soledad, la oscuridad, el humano miedo, la nostalgia por la familia y por el comando, quizás hay hambre e incertidumbre acerca de los posibles eventos que pudieran ocurrir, desde la presencia de algún animal peligroso o del enemigo, de quien conocemos como actúan y que es más peligroso aún; solo se cuenta con los compañeros que comparten la experiencia y la fe en Dios, la meta es triunfar, y triunfaremos. Nuestros soldados vuelven a abrazar a sus familias, orgullosos de haber honrado a la Patria, la memoria de nuestros próceres y de nuestros mártires históricos, luego de una intervención firme y decidida de proteger la integridad física de nuestro pueblo, resguardar la integridad de nuestro territorio, la soberanía de la nación y demostrar nuestra capacidad militar. Continuamos siendo inusuales, extraordinarios, maravillosos y adorables. Se funden en un abrazo nuestro general Padrino López y los soldados de la patria, un acto de verdadera fraternidad… Cómo sería esa explosión de amor, de alegría, gratitud y ternura, que retumbaba entre esos pechos, en ese reencuentro. Honor y gloria a nuestros patriotas de las FANB, de hoy y de siempre. ¡Que viva la Patria!

En otra de esas madrugadas de pensadera, llegan como un fogonazo las imágenes del día de la fallida toma de posesión de “Pedro El Breve”, como lo llamara nuestro Comandante; llega a la sede de la Banda de Honor del Palacio, un señor, un equis, un subordinado al brevísimo Pedro, a ordenarles que fuesen a rendirle honores al presidente. Inenarrable el ataque de risas que nos dio. Más de una hora de carcajadas estruendosas, en plena madrugada, de solo imaginarnos la cara de ponchado del señor cuando ordenó ir a rendirle honores “al presidente”, y la respuesta seca fue: -“No vamos a tocar nada”, -“Tienen que ir a rendirle los honores al presidente”, -“No vamos a tocar nada, aquí el único Presidente es Chávez”… Y para sus adentros: -“No vamos a tocar nada, un coño” …  ¡Imagínense que papelón, camaradas..!  Todavía se me desparraman las carcajadas. Palo ’e pueblo, este nuestro.

Ubiquémonos ya seriamente, en ese gesto hermoso de determinada rebeldía, sublime, de firmeza absoluta, de que a cualquier costo y bajo cualquier riesgo no rendirían honores a un usurpador desvergonzado, resguardaron la Presidencia, la soberanía, la dignidad del Presidente, de la FANB y del pueblo que hace más de cuatrocientos años decidió ser libre, autodeterminado y feliz. Muchos años de luchas, de vidas entregadas, sangre y lágrimas nos ha costado, pero aquí seguimos firmes y determinados a ser libres, y mientras los soldados aguardaban expectantes si tendrían que cambiar las cornetas por fusiles, solo lograron ver la estela de humo y polvo que dejó la carrera con que fueron a parar a Miami. Ahí está el detalle, ahí está la diferencia entre nosotros, amantes de esta Patria, y ellos, los carentes de determinación, porque también carecen de fervor patrio y dignidad. Cuánto orgullo nos despierta nuestro pueblo en cualquier escenario.

Nuevamente los derrotamos con la paz … Se nos va haciendo costumbre.

“Ana Karina rote aunicon paparoto mantoro itoto manto”,

que significa: “Solo nosotros somos gente, aquí no hay cobardes ni nadie se rinde y esta tierra es nuestra” … y se respeta.

Después no vengan a llorar; verdugo no pide clemencia.

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