María Machado presenció martirio de Orlando Figuera y no lo ayudó, denuncia madre del joven

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Mientras corría, luego de ser encendido en llamas en una guarimba de Altamira, pudo divisar a la extremista de derecha y también a otros representantes de ese sector, afirma Inés Esparragoza. Fotos Franklin Domínguez, cortesía IE e Internet

VEA / Ildegar Gil

La historia alrededor del mártir venezolano Orlando Figuera no parece estar cerca de culminar sino que -por el contrario- ensancha su transitar en búsqueda de justicia. En medio de tan rudo andar devela episodios que no solo a partir de ahora dejarán de ser desconocidos sino que impactan desde el asombro y ¿por qué no decirlo? alimentan lo que podría ser una justificada ira.

Inés Esparragoza, visitó la sede de Diario Vea. La aparente fragilidad de su contextura física contradice la reciedumbre de sus convicciones, puestas a prueba desde el mismo 20 de mayo de 2017 fecha en que su hijo fue «…brutalmente golpeado, apuñalado y quemado en vida por un grupo de manifestantes…» como lo reseña el documento titulado Víctimas fatales de la violencia política abril – septiembre 2017, investigación periodística desarrollada aquella vez por el despacho del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información a cargo de Ernesto Villegas Poljak.

Por momentos, lágrimas y la exigencia de que la tan anhelada justicia deje de demorar, se transparentan en un solo bloque que amalgama -con el pasar de los minutos- coraje y la decisión de no parar.

Entre datos, pausas y relatos emerge uno que, no obstante ¡siete (7) años después!, inocula asombro. «Mientras huía de la gente que quería matarlo mi hijo Orlando vio a María Corina Machado. Estaba con (Henrique) Capriles, con (Julio) Borges y (Delsa) Solórzano», expresa con la sonoridad capaz de soportar el peso de la verdad.

«Me vieron corriendo», fueron palabras de Orlando, citadas por ella, quien inmediatamente comparte dos (2) interrogantes: «¿Por qué no hicieron nada para ayudarlo? ¿por qué no se acercaron al hospital?». Las respuestas parecen encontrar resonancia en algo que parece ser su conclusión: «Son unos desgraciados. No son humanos. ¿Dónde está el corazón de esa gente?».

Los recuerdos, siempre leales, abren espacio a favor de una quinta persona que alarmada por la dantesca escena que presenciaba lanzó una súplica que pareció llegar únicamente a los oídos del joven presa de los martirios aplicados por sus agresores: «Solo una señora dijo ‘dejen a ese muchacho en paz'», precisa esta mujer, nacida en Cumanacoa, estado Sucre, un 23 de febrero.

¿Complicidad en el hospital?

Como es del conocimiento público, el joven -de apenas 22 años-, dejó de respirar el 4 de junio luego de una intensa batalla protagonizada sobre una cama del Hospital Domingo Luciani, HDL, centro de salud ubicado en el municipio Sucre, estado Miranda.

Dicho combate, encarnizado por demás, se caracterizó por una manifiesta desigualdad entre los «contrincantes», de acuerdo al duro testimonio de esta ejemplar progenitora.

-No dejaban que nadie lo viera, pero sí dejaban que entraran otros. ¿Por qué los dejaban pasar?- manifiesta.

-¿Cuáles otros- preguntamos.

-A los fiscales- responde, y añade que el paciente fue víctima de otra tortura: «Querían obligarlo a que dijera que él estaba en esa guarimba».

-¿Se lo dijo Orlando?

-Sí. No sabemos para qué querían que dijera eso. El médico también le decía que lo dijera. Tanto fue así que hasta le dijeron que iban a convocar a los medios (de comunicación) para dijera que todo lo que se decía sobre el ataque era falso.

La exjefa del Ministerio Público, Luisa Ortega Díaz, también ocupa un lugar en su triste remembranza. Señala que quien ahora es prófuga de la justicia venezolana coordinó la actuación de los fiscales que entrevistaron a su descendiente «…y a mí misma…», sentencia, «…un día me dijo ‘te tengo a los periodistas allá afuera para que digas que todo eso es mentira'».

-¿Usted supo de cuáles periodistas se trataba?- preguntamos.
-No. No sali a verlos. Si ella fue capaz de traicionar a Nicolás Maduro ¿no me va a traicionar a mí?

La certeza en las palabras de la sufrida madre obligan a revisar la historia y recordar la posición adoptada públicamente por la entonces alta funcionaria de desligar el asesinato, de motivaciones políticas. En efecto, en balance acerca de las revueltas entre abril y junio de aquel año, fue capaz de emitir el siguiente juicio:  «…la causa que motivó la agresión es diferente a ‘ser chavista‘».

La atención clínica recibe -de parte de Inés- un manto de serios cuestionamientos. Puntualiza que a pesar del tiempo internado en el HDL, al joven nacido en el Hospital Jesús Yerena, parroquia La Pastora, Caracas, solo le fue aplicada una cura. Sin dudar ni un instante lanza una temeraria afirmación: «A mi hijo me lo mataron».

-¿Cree que hubo mala praxis?– ingadamos.

-Sí. Eso fue intencional.

-¿Por qué? ¿para qué?

-Para que no contara todo lo que vio.

Las tribulaciones, aunque en grado y escala diferentes a las aplicadas al muchacho salvajemente violentado también la agujerearon de forma directa. La memoria guarda, con leal celo, los momentos que debió soportar para estar cerca de su hijo: «Duré cuatro (4) días sin verlo. Además me tuvieron 15 días en la Sala de Espera, siempre al lado de un pozo de miao».

Al rey, si lo tuviera de frente

Del encuentro en la sede de este portal no podía (ni debía) quedar fuera un nombre que desde hace cierto tiempo ocupa la atención de autoridades y ciudadanía en general: Enzo Franchini, visualizado por los primeros de ser el autor material del crimen contra Figuera.

Cuando la ocasión lo amerita, el descendiente de italianos es mencionado -entre otros- por el fiscal general de la República, Tarek William Saab, durante algunos de sus encuentros con la prensa. Reiteradamente el titular del despacho exige al gobierno de España responder a la solicitud venezolana en torno a activar los mecanismos necesarios para que Franchini sea devuelto a Caracas a objeto de que responda por el señalamiento que sobre él recae. De hecho el 5 de junio fue librada orden de aprehensión.

“España no ha respondido; la justicia española, el rey de España, guardan silencio cómplice frente a los asesinos de Orlando Figuera allá en España; un silencio cómplice guarda el rey, el presidente de España y el Poder judicial de España”, denunció por su parte este lunes 10 de junio, el jefe de Estado, Nicolás Maduro.

-¿Tiene idea del porqué España no lo entrega?

-Porque está en unión con Estados Unidos; porque forma parte del bloqueo. Él dice que está en España por problemas políticos aquí en Venezuela, pero es mentira. Lo encubren para hacerle oposición a la Revolución Bolivariana.

-¿Qué le diría al rey Felipe o al jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, si tuviera la ocasión de hablar con ellos?

-Que entreguen a ese asesino. Orlando Figuera dejó a una madre. Debe someterse a la justicia. Que se pongan en mis lugar, en mis zapatos, en mi corazón.

-¿Fue él?

-Sí. No tengo dudas. Orlando me lo dijo. Después que le metieron varias puñaladas, vio a uno que se bajó de una moto grande. Le preguntó si era chavista y él contestó: ‘y si soy chavista ¿qué?’ Él vio cuando le echó candela.

La larga conversación fue testigo de un importante elemento: su temple se mantiene intacto. Está dispuesta a intervenir en todos los eventos lícitos que se articulen en pro de alcanzar el paso final en memoria de Orlando José Figuera Esparragoza.

En tal sentido no coloca camuflaje alguno a su deseo de participar en el trabajo que concreta la Comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional, aprobado el 21 de mayo, en aras de lograr de Madrid le gestión canalizada.

Ese día el diputado Diosdado Cabello solicitó que esta comisión encabece la investigación y se reúna con todas las instituciones competentes para hacer justicia.

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