Motín de Aranjuez provocó drásticos cambios en España y América
El autor es historiador, docente y abogado.
Néstor Rivero Pérez
El 19 de marzo de 1808, con el apresamiento de Manuel Godoy, Ministro Universal del depuesto Carlos IV, se impuso por breve tiempo el primer reinado de Fernando VII, quien hasta el día anterior se había desempeñado como Príncipe de Asturias, título que por tradición borbónica corresponde al heredero del trono español.
Motín y complot
El escritor Benito Pérez Galdós presenta en uno de los volúmenes de sus Episodios Nacionales, preciosos detalles del modo en que se fraguaron los hechos de Aranjuez en 1808.
La nobleza española deseaba la sustitución de Carlos IV y de su odiado Ministro Universal, Manuel Godoy. Y al tanto de las ambiciones sucesorales del Príncipe de Asturias, dio inicio a un acercamiento que concluyó con la orquestación del levantamiento popular de Aranjuez. Figura central de la conspiración de acuerdo a Pérez Galdós fue el Duque de Alba, así como altos prelados de la Iglesia, que temían las medidas de desamortización que se temía pudiesen tomar los afrancesados que gobernaban con Godoy.
A Bayona
En todo caso, el primer mandato de Fernando duró cerca de dos meses, puesto que el 8 de mayo, tanto él como su padre, el desconocido Carlos IV, se trasladaron a la ciudad francesa de Bayona a reunirse con el emperador Napoleón Bonaparte, a objeto de “aclarar la situación española”.
Allí el emperador, quien aspira guardar las formas administrativas para hacerse de la corona, impone a Carlos su primer criterio de que abdique a favor de su hijo mayor, Fernando.
Una vez dado este paso, Napoleón, quien había recibido del joven Fernando VII la solicitud de protección para sostenerse en el trono, hace que este le traspase la corona conseguida poco antes de mano de su padre por la abdicación, resolviendo finalmente Napoleón proclamar como rey de España a su hermano José Bonaparte, quien gobernará bajo el nombre de José I.
La circunstancia de haber quedado la familia real retenida en Bayona por órdenes del emperador, determinó que a poco de conocerse la noticia en España, se iniciase una cruenta guerra que se extendió hasta 1814, cuando las tropas galas debieron evacuar derrotadas la Península.
Impacto en colonias
Y no solo en la Península Ibérica, cuyo suelo se vio penetrado por varios centenares de miles de efectivos del ejército napoleónico, sino también en la América hispana se sintió el impacto de los sucesos de Bayona y la masiva revuelta de Aranjuez.
Así, al tanto que en España el pueblo deponía al afrancesado Manuel Godoy, en las colonias americanas comenzaron a fraguarse complots que tendían a la ruptura del nexo de dependencia con la metrópoli y la declaratoria de emancipación nacional, bajo el liderato de sectores mantuanos y letrados.
Será en dicho lapso inicial que va desde 1808 a 1810, cuando se constituya la generación de la independencia suramericana, algunas de cuyas figuras más conspicuas se habían labrado una primera experiencia militar como oficiales del ejército español que desde 1808 había combatido la invasión francesa a la Península.
Ministro odiado
En los sucesos de Bayona destaca como contrafigura Manuel Godoy, como Primer Ministro en 1792, por los cinco años siguientes. Luego le reencargaría en 1802 hasta 1808, cuando los sucesos de Aranjuez hacen caer al favorito y casi le cuestan la vida. Godoy, además del título de Ministro Universal, recibió el de Príncipe de la Paz, con una política liberal en distintos aspectos de su gestión, lo que le acarreó la enemistad de los ultraconservadores. Contra Godoy se orquestó una campaña de feroz desprestigio, que le acusaba de entregar a España a los franceses e incluso de penetrar en el tálamo real, lo que le hizo muy impopular en el pueblo llano.
“He determinado abdicar mi corona”
“…he determinado… abdicar mi corona en mi heredero y mi muy caro hijo el príncipe de Asturias. Por tanto es mi real voluntad que sea reconocido y obedecido como rey… de todos mis reinos y dominios. Y… lo comunico al consejo y… a quien corresponda. Yo el Rey / CARLOS IV [Fuente: Colección Blanco y Azpurúa, Tomo 2, pp. 108-109.
Sinóptico
1799
Este día fue debelado el movimiento precursor organizado en Maracaibo (Zulia) por el teniente de milicias Francisco Javier Pirela, el cual debía proclamar la independencia de Venezuela.
Hacia el año 1799, Francisco Javier Pirela, hijo del capitán de tropas pardas José Vicente Pirela, vivía de su modesta profesión de sastre, y era a su vez subteniente de la milicia de pardos de Maracaibo. Imbuido de inquietudes revolucionarias, se une con sectores ilustrados de dicha ciudad para preparar un levantamiento que diese al traste con el poder español. Según anota el investigador José Guzmán Silva “un sector de la Provincia de Maracaibo, aparentemente orientado por ideas revolucionarias” tramó la conspiración de que fue parte Pirela y que debía estallar el 19 de marzo de 1799.
El complot contó con el apoyo de Joseph Francisco Suárez, empleado del vicariato y los corsarios haitianos Juan Gaspar y Agustín Bocé.