Néstor Rivero Pérez

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El 8 de septiembre de 2016 la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA) lanzó al espacio la sonda Osiris, con el propósito de rastrear y obtener muestras del asteroide Bennu, que circunda al planeta Júpiter, y cuyo conocimiento permitirá descifrar misterios acerca del origen del sistema solar y la utilidad de sus componentes químicos.

Júpiter y asteroides

El supergigante gaseoso del sistema solar ocupa el quinto lugar en distancia respecto al astro-rey. Hasta el presente la astronomía ha logrado identificar unas 79 lunas de Júpiter, lo cual lo convierte en el planeta de mayor séquito del sistema solar” (https://concepto.de/lunas-de-jupiter).

Una sonda espacial

Se trata de un “dispositivo artificial controlado desde un centro de telecomunicaciones espaciales y en cuyo diseño se programa el cumplimiento de actividades como medición de temperatura, composición química de las distintas áreas que hacen su tránsito, recolecta de muestras, y toma de fotografías para ser transmitidas a la Tierra, entre otras. Construida sobre un soporte mecánico y/o electrónico, la sonda, siendo un artilugio “se diferencia de un satélite artificial en que no establece órbita alrededor de un objeto (ya sea la Tierra o el Sol), sino que se lanza hacia un objeto concreto, o bien termina con una ruta de escape hacia el exterior del sistema solar” (Wikipedia), poseyendo para su operatividad un instrumental energético, otro de observación y analizadores de espectro, y en tercer lugar un instrumental de comunicaciones por vía de antenas que transmiten al centro de operaciones la información obtenida.

¿Por qué Bennu?

De acuerdo al divulgador científico Daniel Marín, dentro de un itinerario que este 8 de septiembre cumple cinco años, ya en 2018 Osiris cumplió con la tarea encomendada de recoger las muestras de Bennu que a partir de 2023, cuando dicha sonda retorne a la Tierra, serán sometidas a exámenes químicos y físicos con el objeto de descifrar el mayor cúmulo de interrogantes de un cuerpo que destaca por encima del resto de los que integran el cinturón que orbita entre Júpiter y Marte. Cada 4 horas y veinte minutos Bennu da un giro sobre sí mismo, con el que tarda 1,2 años en cubrir su traslación alrededor del Sol. Con una edad que oscila entre los cien millones y el millón de años, posee la mayor antigüedad conocida entre asteroides, por lo cual toda investigación sobre su naturaleza podría arrojar pistas respecto al cinturón de cuerpos menores que se desplazan dentro del cinturón de asteroides y cuyos principales representantes son: Ceres, Palas, Vesta, Higia y Juno. El tamaño de Bennu es comparable al edificio Empire State, ubicado en el centro de Nueva York. En su superficie reposan unas doscientas rocas de aproximadamente diez metros cuadrados, lo que le concede interés científico, por cuanto si, como se presume, su composición es de “materiales hidratados y ricos en carbono (…) todo apunta a que se trata de un tipo de meteorito que se conoce como condritas carbonáceas. Este tipo de condritas son meteoritos primitivos y contienen sustancias primigenias de los inicios del sistema solar” (https://hipertextual.com). Y de acuerdo a diversos estudios, de este tipo de cuerpos primitivos constituyeron la fuente del agua de que hoy dispone la Tierra, lo cual asigna a Osiris Rex alto significado científico en su cometido.

Cuerpos riesgosos

Numerosos expertos sostienen que la Tierra confronta un margen de posibilidades de que algún asteroide o meteoro de los que recorren el espacio puedan en algún momento interferir la órbita del planeta azul y eventualmente rozar o colisionar con este. Si bien se atribuye la desaparición de los dinosaurios, en la era cenozoica, a la violenta caída de un meteorito en el Golfo de México hace 60 millones de años, el instrumental de la moderna astronomía está conduciendo al rastreo de cuerpos que circunnavegan el sistema solar y otras galaxias con el objeto de minimizar todo peligro en este campo. Así, tanto la NASA como centros de astronomía y observatorios de Rusia, China, Irán, Francia, y otros países, colocan dentro de sus agendas el tema de la detección de “posibles acercamientos de asteroides a la Tierra, a fin de planificar una posible respuesta y evitar que los cuerpos celestes colisionen con nuestro planeta” (https://www.dw.com/es).

Sinóptico

 1777

Capitanía General de Venezuela

Este día, por real decreto de Carlos III fue creada la Capitanía General de Venezuela, la cual dio unidad administrativa a las provincias que en 1810 iniciarán el proceso político que habría de convertir en República a Venezuela.

Al establecerse esta figura comenzó a centralizarse las atribuciones de gobierno militar, político y administrativo sobre el territorio. El acto administrativo de Carlos III, en 1777, constituye la base del actual Estado venezolano. Luego vendría el largo y complejo ciclo de conformación de la conciencia de nacionalidad.

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