VEA / Yuleidys Hernández Toledo

A veces las malas historias suelen repetirse. Esto fue lo que pasó el domingo 30 de enero, cuando el fascismo volvió a mostrar su rostro al norte, en Iquique, Chile, la misma región donde en septiembre del pasado año incendiaron sus pertenencias a migrantes venezolanos.

Los hechos de agresión se registraron luego de una marcha que emprendieron al menos 4 mil iquiqueños contra el supuesto aumento de la delincuencia, que ellos atribuyen a los migrantes venezolanos.

Luego de la movilización, un grupo de decenas de personas se trasladó a la avenida Aeropuerto, el mismo lugar donde manifestantes quemaron las pertenencias de migrantes en septiembre de 2021, y al igual que en aquella oportunidad, destruyeron sus carpas y enseres a los criollos apostados de manera irregular en espacios públicos, reportó la televisora chilena T13.

La Juventud Comunista de Chile repudió la agresión contra los migrantes, y denunció a los carabineros por no impedirla.

«Condenamos la violencia ejercida por un grupo de manifestantes a inmigrantes, quemando y rompiendo sus pertenencias. Todo esto a vista y paciencia de Carabineros de Chile que ni siquiera intentaron apaciguar los ataques», denunció la organización en su cuenta en la red social Twitter.

El mensaje estuvo acompañado de un video, en donde se observan cómo arrastran hasta el centro del espacio carriolas, cunas, carpas y otras pertenencias; mientras al fondo se lee una pancarta que dice: «Fuera lacras. Iquique seguro. No más delincuentes».

En otro mensaje, la Juventud Comunista de Chile dice que lo sucedido contra los migrantes, «es una clara muestra de xenofobia y aporofobia contra quienes no podían defenderse. Esto es efecto de una mala política del presidente Sebastián Piñera, quien ha abandonado a quienes invitó a nuestro país».

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