¡Otra vez! La Vega entre ansias de paz y una permanente y latente «tensa calma» (+Fotos y video)
Muy temprano se escucharon fuertes detonaciones este lunes 14 de junio.
VEA / Ildegar Gil
Hay quien dice que las primeras descargas empezaron a las 5:30 de la madrugada. Hay quien dice que no fue a esa hora, sino antes. Y hasta hay quien asevera que las agujas del reloj se habían adelantado mucho más que en cualquiera de las dos apuestas previas. Lo cierto es que, sea como sea y para despecho de mujeres y hombres honradas, las balas se asomaron antes que el sol este lunes 14 de junio en algunos sectores populares de la parroquia La Vega, en Caracas.
De nuevo, la zona capitalina es tendencia es la red digital Twiter. La tienen en ese reducto de verdades y mentiras desde hace 48 horas, cuando más de 1400 seres de la seguridad pública tomaron por asalto calles y callejones, en lo que fue uno de los mayores despliegues policiales en la historia policial del país ¡sin que el silencio de la vecindad fuese amedrentado por disparo alguno! El arribo, la permanencia y la salida de quienes protagonizaron el operativo, se hizo en santa paz.
El paroxismo colectivo llegó a la cima de la emoción, cuando los gendarmes tomaron control de las trincheras construidas por los delincuentes en la parte alta de El Carmen. Cual escenario de guerra, en ese momento los visitantes de uniforme se toparon con semi túneles de los usados por una de las partes en confrontación, para escapar sin ser alcanzados por el fuego «enemigo», y también con bolsas de polietileno alimentadas por tierra. Colocadas una sobre otra y una al lado de otra, formaban una especie de media luna desde la cual los integrantes de algunas bandas no solo apreciaban una ancha y bella plataforma de Caracas, sino que divisaban -sin ser vistos-, fácilmente los movimientos de quienes pudieran estar cerca de dicho punto de observación.
Diario Vea conversó con algunos y algunas residentes. Reinan en ellos y ellas, alegría, expectativa y ¿por qué negarlo?, hasta decepción en torno a la faena del sábado. Sus nombres están en reserva, por elementales asuntos de su obligada y necesaria seguridad.
A Esperanza nada ni nadie le saca de la cabeza que «el operativo fue delatado». No es mezquina al evaluar que «acertadamente los aguantadores» fueron capturados pero, lamenta, que «no agarraron a ninguno de los de la banda». Sin dejar de reconocer que «en la policía la mayoría son honestos», no duda en concluir que «una minoría se vende al mejor postor». Consecuencia de ello, además de la indicada, es que «las armas incautadas fueron pocas con relación a las que tienen».
Ángel también aplaudió el trabajo sabatino. No oculta que permanece «a la expectativa» porque «de esos malandros uno no se debe confiar». Sueña con el desmantelamiento integral de lo que llama «la banda» y advierte: «No se puede cantar victoria». Va más allá y expresa que «cuando yo pasé por la Cota 905 y vea a un funcionario policial, caminando o pasando en moto, y deje de ver paramilitares con fusiles, en la entrada de los abastos y entrada de callejones, te digo, compa, victoria popular».
De nuestros y nuestras contactadas, Paula fue la más entusiasta. Ya con luna bajo el cielo, esa noche refirió que apenas escuchaba «como tres detonaciones». Sin embargo, quiso resaltar que lo más importante es que «todo está tranquilo, los vecinos felices y yo también». Celebró que muy cerca de su casa, se apreciara todavía la presencia de policías.
Reinaldo tampoco ocultó su sentir. «Sí hay calma», declaró pero le coloca un adjetivo: tensa. «Todavía no creo que este tipo de operativo resuelva el problema que se les ha escapado de las manos con las famosas zonas de paz; todo pareciera más declarativo que efectivo. Falta todavía mucho que hacer», nos comentó el domingo 13 de junio luego de ver que «hoy aparecieron unos cuantos bichitos con sus armas largas y las trincheras la mayoría, siguen allí».
La Vega, sus rincones ataviados de sudor, paciencia y quehacer cotidiano apegado a la legalidad, no se rinde. No se muda. No se aisla. Aunque despechada por momentos, confía en que la victoria será suya más temprano que tarde.