¡Para variar! Deporte ruso es víctima de la «neutralidad» del COI y las empresas lo sostienen

VEA / Juan Cermeño

El viernes 25 de febrero el Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Internacional (COI), en un comunicado, ratificó a las Federaciones Internacionales la exigencia de no realizar en Rusia o Bielorrusia los eventos de sus deportes que estaban programados para tener lugar en esas naciones, por lo que deben trasladarlos a otras sedes, así como impedir que se exhiban sus banderas y no se toquen los himnos de ambas, debido a que consideran que con la intervención en Ucrania violaron la Tregua Olímpica, que en los Juegos de la Antigüedad era el “periodo en el cual las guerras se suspendían temporalmente, con el objeto de que los deportistas pudieran desplazarse a Olimpia para participar”.

En el comunicado señalan que, según resolución de la Organización de Naciones Unidas (ONU) del 2 de diciembre de 2021, la Tregua inició siete días antes de los Juegos Olímpicos de Invierno y concluirá siete días después de finalizados los Paralímpicos de Invierno, ambos en Beijing, China, los primeros efectuados del 4 al 20 de febrero y los siguientes señalados del 4 al 13 de marzo, pero, ¿qué ocurre con lo que sucede fuera de la Tregua Olímpica? ¿Tiene alguna importancia para el COI que se define como una institución de principios y valores?

Por ejemplo, tras la muerte del afroamericano George Floyd en 2020, asfixiado por un policía blanco, lo que generó múltiples y prolongadas protestas en Estados Unidos, lo único que dedicó Thomas Bach, presidente del ente, fue la siguiente expresión: “El Comité Olímpico Internacional condena el racismo en todas sus formas, este es uno de los pilares del movimiento olímpico y está en el principio seis de la carta olímpica”. Todo pareció indicar que no es recomendable meterse con el país de la Coca-Cola, uno de los principales patrocinantes del COI, igual que otras marcas estadounidenses.

El COI es una entidad que se financia con lo que recauda de sus patrocinantes, de la venta de entradas en Juegos Olímpicos y ahora los Paralímpicos, la comercialización y las transmisiones de los mismos por medios audiovisuales, de allí que sus decisiones tendrán mucho que ver con las consecuencias que le puedan generar en ese ámbito: el económico.

Entre sus patrocinadores Top aparecen Intel, Omega, Panasonic, Samsung, P&G, Toyota, Visa, Airbnd, Atos, Bridgestone, Coca-Cola, Allianz y Alibaba, las principales marcas del COI, las que como todos los patrocinantes no dejan de influenciar las decisiones.

Hay un caso que evidencia la manera de actuar de la entidad olímpica y tiene que ver con los Juegos de 1996, realizados en Atlanta (Estados Unidos), pero que todos pensaban iban a tener escenario en Atenas, Grecia, donde cien años antes habían efectuado los primeros de la época moderna, por lo que esa edición se traba de los Juegos del Centenario. La dirigencia olímpica justificó la decisión señalando que desconfiaban que la capital griega pudiera tener las instalaciones a tiempo, claro, como tardaron 15 años construyendo el Partenón (447 al 432 A.C).

Otro fundamento fue el de la rotación de la cita, que en 1992 había organizado Barcelona, España, y por tanto no podía repetir Europa, pero ese argumento también se cae ya que apenas doce años antes una ciudad estadounidense, Los Ángeles-1984, había servido de escenario y que los tuviera nuevamente ese país tras ese corto periodo no tiene en cuenta ninguna rotación.

Lo que no se dijo es que en 1996 se cumplían 110 años del invento de un jarabe ideado por el farmaceuta John Stith Pemberton, inicialmente pensado para problemas de digestión y que representara un aporte de energía, que todo eso había ocurrido en Atlanta y que la bebida terminó siendo Coca-Cola: “El que paga manda”, expresa un dicho.

Precisamente el jueves, un día antes de su comunicado, el COI anunció el proceso de licitación para la venta de derechos de transmisión en Europa de los Juegos Olímpicos de Invierno en Milán-Cortina d’Ampezzo-2026, Italia, y los de verano que regresan a Los Ángeles-2028. Se imaginan con toda esta situación lo complicado que puede resultar la comercialización de esos derechos, a lo que se agrega la situación generada por la pandemia por Covid-19, otro elemento más para acelerar la condena.

El COI a la par de EEUU y la UE

Regresemos a lo actual, las sanciones, porque de eso también se trata el impedimento a Rusia y Bielorrusia para realizar competencias, utilizar sus banderas e himnos en torneos internacionales. Así que el COI se puso a la par de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) en eso de andar aplicando castigo, que en algunos casos más bien es extorsión.

Para Rusia no representan algo nuevo las mencionadas sanciones, a los Juegos Olímpicos de Tokio-2020.

Sus atletas acudieron bajo la denominación de ROC (Comité Olímpico Ruso), con la bandera del comité olímpico de su país, un uniforme neutral y en vez del himno de Rusia el Concierto para piano N° 1 de Chaikovski, ello como consecuencia de la persecución de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que decidió suspender al Comité Olímpico Ruso y recomendó su exclusión de los Juegos, acusando a esa nación de un sistema planificado de dopaje, pero el COI le permitió participar con las mencionadas condiciones, y con las misma  asistieron a los Juegos de Invierno en Beijing que concluyeron hace una semana.

Distinto ocurrió en 2003 cuando la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) realizó una investigación contra el laboratorio BALCO (Bay Area Laboratory Co-Operative) que desarrollo un esteroide sintético identificado THG (tetrahidrogestrinona) que suministraban a deportistas de ese país, siendo implicada la atleta Marión Jones que como consecuencia tuvo que devolver las cinco medallas de oro que ganó en los Juegos Olímpicos de Sydney-2000, así como Tim Montgomery, exrécord mundial de los 100 metros, y el pelotero de los Gigantes de San Francisco, Barry Bonds.

En agosto de 2009, una nota de la agencia Reuters señalaba que “funcionarios de Estados Unidos que investigaban el presunto uso de esteroides de jugadores de beisbol fueron demasiado lejos al incautar resultados de pruebas de cientos de personas de un laboratorio y usarlo para ampliar la pesquisa”, agregaba la información que según la corte del caso “El Gobierno recogió los archivos junto con los de los 10 jugadores que sospechaba que hicieran uso ilegal de esteroides. Luego argumentó que deberían recibir permiso para seguir casos que involucraban archivos que no estaban cubiertos por su orden de registro original”, es decir no podían seguir investigando sino a los diez beisbolistas. No hubo sanciones, ni para las federaciones a las que pertenecían los atletas, ni para el comité olímpico y mucho menos para el país.

En lo militar

¿Tendrá el COI la lista de invasiones e intervenciones militares realizadas por Estados Unidos? Seguro que no, nunca le han aplicado ninguna sanción, ni impedido que sus atletas usen el uniforme correspondiente, la bandera y el himno de su país, o a lo mejor es que allí están atentos al calendario olímpico y siempre actúa fuera de la Tregua, y de ser así, entonces ¿Es la Tregua lo que asigna valor ético y moral a esas acciones?

Estados Unidos invadió Vietnam de 1955 a 1975, con crímenes atroces y miles de muertos, y en ese lapso sus deportistas no recibieron sanción ni les impidieron intervenir en competencias deportivas de ningún tipo. A Vietnam le siguió el intento de invasión a Cuba (Playa Girón, 1961), donde fue derrotado EEUU, luego sucedió la de Granada, el 25 de octubre de 1983, bajo los pretextos de la protección de los ciudadanos estadounidenses que estaban en ese país, así como restaurar el orden y la democracia, pero la realidad era impedir que continuara el proceso progresista que encabezada el líder Maurice Bishop, murieron 70 granadino y 358 resultaron heridos, aunque el país agresor no contó con el apoyo de las Naciones Unidas y recibió el repudio de la comunidad internacional nunca se planteó retirarle la asignación para organizar los Olímpicos de 1984, en Los Ángeles.

Luego el invadido fue Panamá, el 20 de febrero de 1989, nuevamente con las excusas de proteger a los estadounidenses que residían en el istmo, defender la democracia, los derechos humanos y detener al general Manuel Antonio Noriega, un aliado del gobierno estadounidense que había decidido no continuar siguiendo sus líneas y empezó a incomodarlos, hasta hoy no se conoce la cantidad de muertos y heridos. Un año después el COI, reunido en Japón, le asignó a Estados Unidos la organización de los Juegos de 1996 en Atlanta.

En marzo de 2003 Estados Unidos invadió Irak, bajo el argumento de poseer armas químicas y biológicas de destrucción masiva, destrozaron al país y nunca encontraron las mencionadas armas, dejaron entre 150 mil y 500 mil muertos según algunos, otros señalan que fueron 650 mil, siguió Libia en marzo de 2011 e intervienen actualmente en Siria, todos estos son los casos más recientes.

Un allegado de Estados Unidos, Israel, comete barbaridades a diario contra los palestinos, sin que el COI haya afectado su situación de participación internacional, la más reciente agresión de magnitud ocurrió en mayo de 2021, cuando varios días de bombardeos dejaron al menos 243 muertos del lado palestino, una gran cantidad de ellos civiles y miles de heridos, no obstante dos meses después Israel acudió a los Juegos de Tokio y ganó dos medallas de oro y dos de bronce.

El 23 de febrero de 2019 se pretendió una invasión de Venezuela desde Colombia con la fachada del ingreso de ayuda humanitaria y otra en mayo de 2020 por Macuto, estado La Guaira, denominada Operación Gedeón con mercenarios y algunos venezolanos, ambas apoyadas por Estados Unidos y resultaron derrotadas.

Pero la intervención e invasión militar no son las únicas formas de agresión, también el bloqueo lo es y Cuba lleva 60 años enfrentando esa situación generada por los gobiernos estadounidenses, rechazada frecuentemente por la casi totalidad de países de las Naciones Unidas, que en ese sentido también emite resoluciones como la del establecimiento de la Tregua Olímpica.

Más recientemente Venezuela también es víctima de bloqueo y medidas de extorsión que no le permiten realizar transacciones financieras internacionales, por ello tuvo problemas para cancelar los derechos para la transmisión de los Juegos de Tokio-2020, lo que se solucionó gracia a la intervención del COI, pero eso no generó ninguna sanción contra el agresor EEUU. Sin embargo, Thomas Bach asegura que “si el COI no fuera neutral los Juegos Olímpicos se acabarían”.