¿Por qué se diputan el Asia Central los Estados Unidos, Rusia, y China?

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La autora es periodista y analista política. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022.

Yoselina Guevara

@lopez_yoselina

Con la caída de la Unión Soviética y la aparición de las cinco repúblicas independientes de Asia Central (Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán y Kirguistán) en la escena internacional, delinearon un nuevo tipo de escenario geopolítico, destinado a atraer los intereses de las potencias regionales (China y Rusia) y por supuesto de los Estados Unidos.

La zona geográfica en la que se encuentran estas repúblicas musulmanas exsoviéticas, reviste una importancia estratégica considerable por una combinación de factores. En primer lugar, la relevancia de la región se deriva principalmente de su posición geográfica central en el corazón del continente  euroasiático, puente geográfico y estratégico entre Asia,  Medio Oriente y Europa, lugar de encuentro histórico  y simbiosis durante siglos, entre distintas civilizaciones. Pero además con una considerable importancia en términos del comercio; por ejemplo, la Ruta de la Seda, e intercambios religiosos y culturales.

Asia Central: Estrategia rusa para saltar las sanciones

Desde el inicio de la Guerra en Ucrania, las potencias occidentales han impuesto sanciones económicas para frenar la capacidad de Moscú desde el punto de vista económico y logístico, una acción que llevan a cabo en otras naciones con fines netamente políticos, para generar crisis internas y cambios  de gobiernos que sean favorables a los intereses hegemónicos.

Los gobiernos de Asia Central, dado su grado de interdependencia e integración con los mercados rusos y unido a su creciente deseo y ambición de diversificar sus relaciones económicas y convertirse en una región de tránsito, han caminado por una cuerda muy floja para garantizar el cumplimiento de las sanciones occidentales a la Federación Rusa, sin dañar las relaciones con el Kremlin.

Para Moscú, los cinco países del Asia Central se han convertido en un puente para saltar las sanciones occidentales, sirviendo de intermediarios para la compra y venta de productos.  Según un documento publicado por el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, las exportaciones de la Unión Europea y el Reino Unido a Rusia, se han reducido más de la mitad tras la imposición de sanciones a Rusia en marzo de 2022. Pero al mismo tiempo, las exportaciones de la UE/Reino Unido a Kazajistán y Kirguistán, han aumentado entre un 15 % y un 90 %.De acuerdo a estas y otras cifras similares, hay altas probabilidades de que un porcentaje  de los productos que llegan a  Kazajistán y Kirguistán, sean exportados a la Federación Rusa.

No hay duda que existe el temor en Asia Central a las repercusiones económicas por no cumplir con las sanciones a la Federación, por lo cual siguen siendo cautelosos, sin romper las relaciones con Rusia. Pero lo que probablemente será imposible para las potencias occidentales, es bloquear en las regiones fronterizas el comercio, que está prosperando a pasos agigantados, sobre todo en la zona limítrofe entre Rusia y Kazajistán, de unos 6.846 kilómetros de longitud, la segunda frontera más larga del mundo, donde los intercambios transfronterizos son casi incontrolables.

China: Energía y  Acuerdo de Shangai

Pekín es claramente el actor internacional que, después de Rusia, tiene más posibilidades de influir a largo plazo en el posicionamiento internacional de la región; esto lleva a la China a mirar el Asia Central desde una doble perspectiva: energética y de seguridad.

Por una parte, el dragón asiático hizo una importante inversión con la construcción del primer oleoducto de la región que une Kazajistán con China, que además tiene una capacidad de 20 millones de toneladas de petróleo anuales y actualmente se encuentra en fase de ampliación. Pekín también ha entrado en el sector del gas, aprovechando los acuerdos que ya existían con Turkmenistán. En 2007, los dos gobiernos acordaron la exploración y explotación conjunta de yacimientos de gas. Aparte de los hidrocarburos, los chinos han entrado en la explotación de casi todos los recursos de Asia Central: Hidroeléctricos en Tayikistán y Kirguizistán, metalíferos (aluminio, mineral de hierro en Kazajistán, metales raros en Tayikistán).

En lo que respecta a la seguridad, el Acuerdo de Shanghai proporciona un marco para la cooperación entre Pekín y los países del Asia Central, en cuanto a  los servicios de inteligencia para la represión de grupos extremistas clandestinos, así como en la organización de maniobras militares conjuntas a gran escala. Esta cooperación en materia de seguridad subraya  el significado político del Acuerdo de Shanghai: Rechazo del unilateralismo en la diplomacia internacional y primacía de los mecanismos multilaterales, la Organización de las Naciones Unidas en primer lugar, con el objetivo de señalar a Estados Unidos y a la OTAN, que la seguridad de Asia Central no necesita protectores externos.

Estados Unidos: Diferentes administraciones, una sola estrategia

La estrategia estadounidense en Asia Central se ha ampliado a campos de acción diferentes y más profundos, con especial referencia a los aspectos geopolíticos y de seguridad; económicos, comerciales y financieros; energéticos y medioambientales. Aunque Asia Central sigue siendo hasta la fecha un área de inversión y atención menor en comparación con otras regiones en las que se han centrado las distintas administraciones estadounidenses, es posible destacar y afirmar un interés creciente sobre todo a partir de la Guerra en Ucrania y la conformación de nuevos bloques de poder.

Los Estados Unidos, durante la Administración Trump, publicaron la Estrategia para Asia Central 2019-2025, cuyo objetivo principal supuestamente era el avance de la soberanía independiente de Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Kirguistán y Tayikistán y su desarrollo económico mediante el apoyo de Washington. Pero evidentemente el objetivo de dicha estrategia es tratar de limitar la influencia rusa en la región en la fase posterior a la caída de la Unión Soviética, con el añadido de impedir la creciente expansión de China. La Administración Biden le ha dado continuidad a la estrategia norteamericana, lanzando la iniciativa de Resiliencia Económica en Asia Central (ERICEN) en septiembre de 2022. Además de las continuas visitas de representantes de la Casa Blanca, que buscan mantener una presencia norteamericana en esta región del planeta, esto evidencia una preocupación por el control de la región.

Como decía Mackinder; “quien gobierne el Heartland dominará la Isla-mundial; quien gobierne la Isla-mundial controlará el mundo”; el Heartland es el territorio entre Europa del Este, el Cáucaso y Asia Central, que nos parecía lejano y que ahora, con la nueva reconfiguración mundial a partir de los conflictos bélicos en curso, ha tomado una importancia estratégica en el choque geopolítico de potencias.

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