Néstor Rivero Pérez

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El 4 de octubre de 1895 nació Richard Sorge, un ruso-alemán de vocación socialista, quien estuvo dotado de condiciones excepcionales para la labor del espionaje. Empleó su talento a favor de la Unión de República Socialistas Soviéticas (URSS). En numerosas ocasiones Sorge puso en riesgo su integridad, hasta ser descubierto en 1942 por los japoneses, a poco de haber informado a sus superiores en la URSS de la inminente invasión alemana a la patria del socialismo, dato que obtuvo gracias a su singular talento para las actividades de Inteligencia y el arte del disimulo.

Captación

Durante la I Guerra Mundial, Sorge sin mayor conciencia política se alista en el ejército alemán, obteniendo la Cruz de Hierro por su valeroso desempeño en el frente. Sin embargo, trasladado en 1916 a retaguardia por una herida, comienza a preguntarse sobre la justeza del conflicto. Las heridas le ocasionaron un defecto de por vida en la forma de caminar. Tras concluir la contienda se matriculó en Filosofía, graduándose Summa Cum Laude en la Universidad de Hamburgo en 1919. Ese mismo año ingresó al Partido Comunista de Alemania. Su afición a estudiar la temática mundial e Inteligencia militar atrajo la atención de los directivos de la Internacional Comunista (Komintern), de la cual se hará miembro en 1924.

Agente en Tokio

A partir de entonces se le encomienda rastrear información en Alemania, su patria adoptiva, Inglaterra, Escandinavia y China. Su gran habilidad le llevó a confundir a la dirigencia del partido nazi, quienes en 1933 le enviaron como corresponsal de un periódico alemán al Japón. Un periodista japonés que le trató por aquellos años dijo que Sorge se comportaba como un “típico nazi, espadachín, arrogante…de temperamento rápido, que bebía mucho”. Ciertamente hizo su papel de modo magistral, logrando que se le reputase como el mejor corresponsal germano en el Imperio del Sol Naciente, donde Sorge organizó una red de informantes confidenciales para contribuir a la defensa de la URSS, en un tiempo en que tanto las potencias vencedoras, como las derrotadas de la I Guerra Mundial, y las emergentes, se aprestaban a una nueva contienda, la que habría de estallar como se sabe en septiembre de 1939. Sorge transmitía a Berlín informaciones sobre la China invadida por el militarismo japonés.

Orquesta Roja

En un tiempo en que la URSS se veía amenazada por la hostilidad en sus diversas fronteras, fue creada una organización de Inteligencia conocida como la Orquesta Roja, bajo la coordinación de Leopold Trepper. A Sorge se le asocia con dicha estructura, de la cual forman parte las redes “Fantómas” de Francia, el Trío Rojo de Suiza y el llamado Frente Interior que actuaba en el seno del III Reich y cuyos miembros en Berlín se verían detenidos en 1942 por la Gestapo.

Ramsay

Empleando su nombre en clave “Ramsay”, Sorge hizo llegar desde el Pacífico a las autoridades soviéticas, las primeras noticias acerca de los planes del Führer de invadir la URSS. Sorge, aprovechando la fiabilidad que él inspiraba al personal de la embajada alemana en Tokio logró copiar telegrama del canciller nazi J von Ribentropp, donde este comunica el pronto inicio de la Operación Barbarroja. Sorge envía el texto microfilmado a Moscú. Sin embargo, el premier J Stalin no dio crédito a la información. Así, le tomará por sorpresa la madrugada del 22 de enero de 1941, cuando tropas alemanas a través de Polonia, crucen la frontera de la URSS.

Delatado en Tokio por un miembro de su red, Richard Sorge murió ahorcado en 1942. Su vida ha inspirado filmes y libros.

Sinóptico

1892

JA Pérez Bonalde

Este día falleció en La Guaira Juan Antonio Pérez Bonalde, máximo exponente del romanticismo venezolano del siglo XIX y quien poseía un dominio excepcional de diversas lenguas. Su extenso poema Vuelta a la patria, así como Flor -homenaje a su hija que murió de tres años-, e igualmente su Poema al Niágara, integran el repertorio de la más exquisita poética universal. En 1846 viajaría al exterior. En 1876, luego de un segundo exilio por su inconformidad con el régimen guzmancista, el vate se percata que sus seres más queridos ya no están y retorna a Venezuela; solo le queda llevar flores a la tumba de su madre. A la llegada, en su poema Vuelta a la Patria entremezcla recuerdos de la montaña, ramajes y silbidos de las aves que el poeta grabó de niño. Y así, al contemplar en la distancia las elevaciones que distinguen la costa de su patria, se conmueve: “¡Tierra! grita en la prora el navegante/y confusa y distante,/una línea indecisa/entre brumas y ondas se divisa”. En este canto cimero al valle caraqueño y montañas circundantes,quebradas y vegetación del camino que desciende hacia la capital, el autor exclama versos imperecederos “¡Caracas, allí está!”, dice el auriga,/¡Caracas allí está; sus techos rojos, su blanca torre, sus azules lomas,/y sus bandas de tímidas palomas/hacen nublar de lágrimas mis ojos!…/ Odalisca rendida/a los pies del Sultán enamorado”.

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