Carol Tancredi

@carolatancredi

Martes 7 de junio, 10:00 pm y arrecia el aguacero. Hay que bajarse igual del carro, la insuficiencia respiratoria del niño se agudiza. Esto es una emergencia.
«¿Qué tiene el paciente?», pregunta el vigilante del hospital pediátrico infantil, Elías Toro, de Catia. A la respuesta, sin dudar, responde: «Pase, regístrese en admisión y no espere; entre a la sala. Los niños con afecciones respiratorias no pueden esperar».
En el espacio de registro no hay nadie. Transcurren más de 20 minutos, y el personal de limpieza escucha la incesante tos del infante. «Pase, y diga que aquí no hay quién lo registre, vaya adelantando. La respiración no puede esperar».
Al entrar al área de emergencia, el colapso general: niños y madres esperan, mientras los tres cubículos de médicos están ocupados por galenos que conversan entre ellos y, chatean, como si nada ocurriera a su alrededor.
«¡Buenas noches, doctor!, con permiso, traigo un niño con insuficiencia respiratoria», escucha el médico, que ni se inmuta, porque la conversación que tiene vía celular parece ser más importante. Al dejar de mover sus dedos, sube la mirada. Muy quedo, indicó: «Mi reina tienes que esperar». A esto agregó: «Tengo un caso que acaba de llegar», a lo que respondió la madre, «discúlpeme doctor, pero el niño, tiene mucha tos».
Haciendo caso omiso, vuelve a bajar la mirada, y en el mismo espacio su compañera galena, que no hace nada ni siquiera voltea, sigue escribiendo. Enseguida irrumpe el silencio en la consulta vacía.
Acto seguido, llega la espera, con esta la impaciencia y la desesperación. En el ínterin, padres salen maldiciendo la falta de atención: «Tengo 5 horas esperando» grita un hombre que se retira del recinto, mientras arriba una niña afectada con dolor vesicular. Sendas lágrimas cubren sus mejillas y una marcada ictericia hace brillar su carita. «Señora, haga su cola», responden desde la admisión: «le toca esperar normal»
Cuatro horas y contando, pasaron entre el primer contacto con los especialistas. Angustiadas, las madres, porque los niños no aguantan más, vuelven a la emergencia a intentar que las vuelvan a escuchar. 
Los médicos en lo suyo, sentados tras el escritorio, cándidamente conversando.
Concurre a la sala el personal de seguridad. «Joven, disculpe», expresó una de las madres, para preguntarle «será que debo esperar que al niño le dé un paro respiratorio para que los doctores puedan actuar».
El hombre sorprendido, porque ya no quedaban niños salvo él de la dificultad pulmonar, la infante del dolor biliar, y otra niña que recién llegaba al nosocomio, avanzó. Sin decir palabra entró a la emergencia, y enseguida salió, en voz baja, tras el tapaboca, indicó: «Mamá, vaya de una vez, entre en el cubículo dos, y se instala ahí, esos doctores no están haciendo nada».
De manera educada, para abordar al facultativo, se da cuenta de que en esta recurrencia hay que esperar de nuevo que el clínico termine de conversar con la servidora de admisión, que ahora se encuentra pidiendo que le llenen récipes de medicinas para algo personal.
La duda invade a la ciudadana al oír un «¿Aja?, y bajo qué patología vamos a solicitar a farmacia esto», fue el comentario de la pediatra, a lo que respondió la servidora de admisión, en tono de burla: «Pon, presunto caso de Covid, o ponle, viruela del mono». Al pronunciar el absurdo, se escuchan las risas en todo el espacio, sin cesar.
Finalmente, ya pasó la aguja del reloj de las 2:00 de la mañana, cuando el doctor indicó a la madre «pase al niño para acá». Efectivamente, ahora es que comprueba que se trata de una afección pulmonar. 
Sin menoscabo y con voz regia se dirige a la mujer: «Esto es una crisis de asma, ¿trajo medicamentos y mascarilla?, a lo que replicó la progenitora sorprendida: «No doctor, nunca me imaginé que era una crisis asmática, él no padece de eso».
Esta vez, el médico remitió: «Señora, debe acostumbrarse a traer todo, esto es un hospital público, aquí nunca hay nada», y se burla del exhorto del presidente Nicolás Maduro. Por su parte, la madre, ya indignada, indicó: «Lo siento, discúlpeme, le reitero, no sabía qué íbamos a necesitar».
No obstante, en un intento de salvar las agravantes palabras, el médico, viendo las condiciones del infante, y la molestia de la madre, dijo: «Vaya a enfermería para que solo le coloquen el esteroide». 
Desmotivada, caminó junto con su hijo, con la orden, ya negada. Al llegar al cubículo, una enfermera muy amable, preguntó: «¿Trajo la mascarilla y las medicinas?», respondió de nuevo, «no»
La sanitaria se dirigió al estante, que inundado de insumos va a reventar. Tras la búsqueda la sorpresa invade. Regresa al mesón con todos los implementos necesarios y junto con estos, los fulanos, medicamentos y la reclamada mascarilla que ya le había sido negada.
En ese momento se preguntó: «¿A cuántos niños se les viene negando el acceso gratuito con la misma excusa?, esto es un hospital público, aquí nunca hay nada».

4 pensamientos sobre “¡Sí había medicinas! pero las negaron al niño con crisis asmática

  1. Saludos este asunto de que nunca tienen insumos eso es desde siempre, porque el personal administrativo incluyendo los médicos se roban hasta los equipos para hacer los exámenes de placa, tomografía Y todo lo que puedan

  2. A todos: cuando se presenta en una mergencia,se preguntea el Nombre del médico y sus colegas de turno,para luego colocarle en la denuncia que se haga x «negligencia de atención Médica», igual cuando se nos indique que» NO HAY INSUMOS».Hay que acabar con este mal

  3. No generalicen al acusar a todos los médicos. Soy Especialista adscrito a ese Hospital desde el 2000,viajando a diario de Aragua a Caracas, tratado a las patadas por casi todos los Directores del mismo, pero mis ganas de servir pudieron más. Hasta que en 2019, al regresar de un reposo médico me encontré con la sorpresa de una suspensión de sueldo y un procedimiento de destitución. Muchas veces no son los profesionales de la medicina los que fallan, hay mucha desidia de los directivos que sólo quieren figurar por ser cargos políticos

    1. Gracias por tomarse el tiempo para escribir. Bueno conocer su experiencia. En este caso, la autora no generaliza, todo lo contrario, más bien esta particularizando sobre algunos profesionales de la salud que no le brindaron a su hijo la atención adecuada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!