VEA / Yonaski Moreno

Una sala de conciertos de Lausana (Suiza) fue el escenario sobre el que por primera vez se escuchó lo que habría sido parte de la décima sinfonía del legendario compositor alemán, Ludwig van Beethoven.

La melodía está basada en notas que Beethoven dejó antes de morir en 1827, y fue terminada con ayuda del programa de inteligencia artificial ANN (Red Neuronal Artificial, por sus siglas en inglés) en apenas unas horas.

La partitura final, denominada BeethovANN Symphony 10.1,  se generó e imprimió a partir de un solo clic, poco antes de la actuación con la supervisión del diseñador de programas informáticos Florian Colombo, quien dedicó varios años de su vida a enseñarle al ANN cómo componer siguiendo el estilo del músico, reseñó actualidad.rt.com.

«Hay un toque de Beethoven ahí, pero en realidad es BeethovANN. Algo nuevo por descubrir», dijo Colombo.

«No sabemos cómo sonará», reconoció Guillaume Berney, director de la orquesta Nexus, minutos antes del concierto. «Es como ver un nacimiento», aseguró.

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