Néstor Rivero Pérez

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El 11 de mayo de 1830 la última Legislatura constituyente de la Gran Colombia, el Congreso Admirable, y que fuese convocada por el Libertador, culminó sus sesiones, y con ellas la posibilidad de reconstituir el magno Estado regional creado por la espada y genio del Padre de la Patria.

Escollos
La magna y postrera asamblea grancolombiana estuvo presidida por Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho, y factor de unidad entre voluntades disímiles en medio del cuadro de ambiciones personalistas, injerencia diplomática de los imperios de la época -especialmente el naciente EE. UU.-, y los regionalismos de las élites de comerciantes y terratenientes que adversaban el ideal de unión
continental suramericana, por cuanto les restaba control doméstico sobre el territorio y la población.

 

Situación inmediata

Al momento de instalar la corporación, el 20 de enero de 1830, el Libertador consideraba posible salvar a la Gran Colombia, logrando que asistiesen diputados de los tres departamentos de la Gran Colombia. De 18 venezolanos electos, se hicieron presentes ocho, entre ellos Pedro Briceño Méndez, José Laurencio Silva y Antonio José de Sucre, quien la presidiría. En todo caso, la inicial renuencia del círculo paecista de Caracas y Valencia de mantener a Venezuela como parte de la unión grancolombiana, lograría imponerse sobre el resto de las provincias y la voluntad de los jefes civiles y militares de cada localidad quienes -a excepción de José Tadeo Monagas-, desconocieron la autoridad de Bolívar y dieron apoyo a la separación de Venezuela.

En Nueva Granada

Otro tanto sucedió en Nueva Granada, donde círculos santanderianos terminarían por quitar la vida a Antonio José de Sucre, a quien consideraban sucesor y continuador directo de los proyectos del Libertador, logrando, tras la renuncia definitiva de Bolívar en mayo de 1830, la escogencia de Domingo Caycedo como nuevo mandatario de Colombia. De este modo se abrieron las puertas al retorno de Francisco de Paula Santander, desterrado en 1829 por su intervención en el
magnicidio del 25 de septiembre de 1828, y quien regresará en 1832
para asumir la Presidencia de Nueva Granada.

Sesiones
Con los grupos de poder de Venezuela reunidos en el Congreso de Valencia -que reconfirmó al general José Antonio Páez como Presidente encargado de la República y puso como condición para cualquier negociación con Bogotá la expulsión del Libertador-, el Congreso Admirable elaboró una Constitución que ofrecía escaso margen de maniobra para una federación, por cuanto consagraba el Estado unitario, en momentos en que la tendencia a la disgregación lucía irreversible. Próximo a salir de Bogotá con la idea de exiliarse, el Libertador dirigió un mensaje a la nación: “Colombianos. Hoy he dejado de mandaros. Veinte años ha que os he servido en calidad de soldado y magistrado. En este largo período hemos reconquistado la patria, liberado tres repúblicas, conjurado muchas guerras civiles, y cuatro veces he devuelto al pueblo su omnipotencia, reuniendo espontáneamente cuatro Congresos Constituyentes”.

Dificultad de constituir un pueblo”

De acuerdo al investigador Alexis González G., el Libertador se jugó su última carta en su propósito de preservar la existencia de la Gran Colombia: “Convoca un Congreso Constituyente al cual dio la denominación de “Admirable”; el mismo se instala en Bogotá el 20 de enero de 1830 y es presidido por el Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. Asisten al Congreso 47 diputados, ante los cuales presenta… su Mensaje al Congreso Constituyente… en el cual… reconoce las dificultades que implica la tarea de ‘construir un pueblo’…” (http://servicio.bc.uc.edu.ve]. Una vez instalado el magno cuerpo, le solicitó “una nueva Constitución”. Culminó de este modo el Libertador Simón Bolívar su misión de estadista continental, dejando la simiente de Patria Grande, que la posteridad ha venido reivindicando.

 

Sinópticos 

1825
Murió “la Mujer de la Revolución”

La patriota paraguaya Juana María Lara, quien actuó de correo del ejército insurgente, fue la primera mujer que llegó el 15 de septiembre de 1811 al cuartel revolucionario para festejar el triunfo de la causa patriota. De una corona de flores que ella entregó a un oficial revolucionario, fueron tomados los colores para el diseño de la bandera del Paraguay. La Mujer de la Revolución falleció tal día como hoy en Asunción, capital de Paraguay.

1858
Tratado de Antímano

Este día en el curso de la Revolución Azul, comandada por José Tadeo Monagas -en contra el gobierno de J. C. Falcón-, se firma el Tratado de Antímano, para una tregua con los gobiernistas de Manuel Ezequiel Bruzual. El prócer oriental había lanzado su Manifiesto a la nación el 20 de marzo de 1868 y tras una recia campaña militar, sus fuerzas toman Las Adjuntas y Antímano. La guerra prosigue hasta el 25 de junio, con el triunfo de los azules. Monagas toma el control del país.

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