Néstor Rivero Pérez

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El 20 de marzo de 2003, y alegando que Irak poseía un arsenal de “armas de destrucción masiva”, EEUU, con apoyo de un grupo de países en coalición, inició la invasión a la República de Irak. Luego de terminar la contienda, el gobierno estadounidense reconoció que se habían equivocado, por cuanto no se encontraron las “armas químicas” que sirvieron de pretexto para iniciar la guerra en aquel país, de mayoría musulmana.

Saddam

A sus veinte años, Saddam Hussein se afilió al partido socialista árabe Baaz, que postula el nacionalismo o unidad árabe, así como el laicismo. A comienzos de los años ’70, su influencia se hacía sentir en la política interna, teniendo gran peso en la decisión de nacionalizar el petróleo iraquí. En 1979, se convirtió en Presidente de Irak. En 1980 inició la guerra con Irán que se extendió hasta 1988. Y en 1990, reclamando a Kuwait como provincia iraquí, ocupó dicho territorio.

Excusas

En 2003 Irak se reponía de las desastrosas contiendas en que se había involucrado. Y en un momento en que EEUU daba una nueva vuelta de tuerca a su hegemonía mundial, tomando como motivo el derrumbamiento en 2001 del Word Trade Center (Nueva York), el Irak de Saddam es tomado como objetivo bélico de la Administración Bush (h) bajo tres imputaciones, las que al final nunca se comprobaron: Una, que este país del Oriente Medio poseía “armas de destrucción masiva; dos, que Saddan apoyaba al terrorismo, y tres, que se debía “llevar la libertad y la democracia” al pueblo iraquí.

Motivos verdaderos

Hacia 2003, los centros de poder estadounidenses habían llegado a la conclusión de que para sostener la hegemonía global se debía asegurar el control de los  yacimientos hidrocarburíferos del planeta, comenzando de modo simultáneo una estrategia de desestabilización contra países ricos en dicha materia prima y cuya sumisión no pudo darse por vías diplomáticas. Alan Greenspan, exdirector de la Reserva Federal de EEUU, desnudó en 2007, como verdadero motivo de la invasión de 2003, el deseo de EEUU por “controlar las reservas de petróleo y evitar que la Unión Europea o potencias emergentes como China e India, se acercaran a esas gigantescas reservas de petróleo”.

Invasión ilegal

Violentando la legalidad internacional y sin contar con mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, EEUU y un grupo de aliados proceden a la acción militar, incurriendo en un acto que Nicholas Girief tipifica dentro de los “Crímenes contra la paz”. Así, con “225.000 soldados, 800 tanques Abrams, 600 vehículos de combate de infantería”, amén de bombarderos, misiles Tomahawks, portaviones y tecnología satelital bélica de punta, se inició la destrucción de un país, que aún hoy hace sentir sus secuelas. La disparidad de los contendientes permitió a las fuerzas invasoras tomar Bagdad el 1° de abril de 2003. El 13 de diciembre fue capturado Saddam, quien tras un juicio irregular, sería ejecutado el 30 de diciembre de 2006.

Resultado inútil

En informe del inspector especial Stuart Bowen, ante el Congreso de EEUU, este señaló en 2006 que los sesenta mil millones de dólares destinados a la ocupación “no condujeron a resultados ‘positivos’…” Según Bowen, «El dinero se fue como el agua en la arena». En todo caso, el conflicto fue provechoso para las empresas del complejo armamentístico-tecnológico estadounidense, que descargaron stocks de sus depósitos. De otra parte la contienda dejó al país en condiciones muy debilitadas.

Sinóptico

1804

Expedición de Balmis

Este día arribó a Puerto Cabello, el médico militar español Francisco Javier Balmis, introductor en la Península Ibérica y el continente americano, de la técnica de la vacunación para la prevención de la viruela. Esta endemia diezmaba la población en distintas regiones del mundo, afectando seriamente a las colonias españolas de América.

Años antes, el médico británico Edward Jenner, observó con atención el repetido contagio por una res infectada con viruela visible en su ubre, y que se manifestaba en las manos infectadas de personas que ordeñaban. Jenner constató que la afección constituía una “variante leve” del terrible mal, y que inmunizaba a los humanos, sin que les acarrease a estos gravedad alguna. Así, el agudo observador descubrió cómo se producía la inmunización ante una enfermedad que se ofrece con “abultamientos… en la cara y el cuerpo de la persona infectada” Entretanto en España, Balmis, acucioso galeno de la Corte, y quien antes había traducido la obra de Jenner referente a la viruela, convenció al rey Carlos IV –quien había perdido a una de sus pequeñas hijas víctima de la viruela-, para llevar la vacuna a todos sus dominios en el mundo. Así, en 1806 se organiza la Expedición Filantrópica de la Vacuna, que llegó a Puerto Cabello tal día como hoy.

Ocho días después entra a Caracas, vacunando ese mismo día a 60 personas. Como secretario suyo fungirá el joven Andrés Bello.

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