Néstor Rivero Pérez

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El 14 de noviembre de 1817 fue ejecutada en la Plaza Mayor de Santa Fe de Bogotá, la heroína Policarpa Salvatierra, a quien sus allegados nombraban como “la Pola”. Su muerte, confirmada por el Pacificador Pablo Morillo, se inscribe dentro de la política de retaliación y sofocamiento aplicado por el jefe expedicionario en sus operaciones contra las fuerzas republicanas en Nueva Granada. Dichas operaciones se extenderían al año siguiente al Oriente y el llano de Venezuela, donde su ejército conocerá sus primeras derrotas.

Pablo Morillo

Al frente de quince mil hombres, el general expedicionario había llegado de la Península Ibérica en abril de 1815, desembarcando en Carúpano y luego en Margarita, para marchar de seguidas a Caracas. Tenía instrucciones expresas del monarca Fernando VII de someter a la obediencia las colonias insurrectas. Y sin encontrar por entonces oposición en Venezuela, se dirigió a Cartagena de Indias, donde se atrincheraban frente al asedio, venezolanos y neogranadinos. Y tras una sostenida resistencia, se impondrá el número y cantidad de pertrechos de los realistas, quienes el 6 de diciembre de aquel año penetraron al interior de Cartagena de Indias, quebrando el sitio iniciado el 26 de agosto. Luego de asumir el control de la ciudad, Morillo dio inicio a un régimen de presidio y paredones, en castigo al obstinado carácter de quienes le resistieron.

 

En Santa Fe

No bien aseguró sus posiciones en Cartagena, Morillo se encaminó a Santa Fe de Bogotá con el mismo designio de hacer volver a la obediencia los valles centrales de Nueva Granada. Y aquellos patriotas que optaron por mantenerse en la capital, creyendo que el Pacificador procedería de modo condescendiente con la población civil, pagaron su candidez con la vida. Así en 1816 se verán condenados a la pena capital, entre otros, abogados como Camilo Torres Tenorio y Miguel De Ibáñez, el botánico Francisco José Caldas y el polímata Jorge Tadeo Lozano.

 

Mujeres de la Independencia

En Nueva Granada hubo, como en otras latitudes de Hispanoamérica, mujeres que conspiraron y se involucraron en la corriente histórica pro emancipación nacional. Entre otras destacaron Manuela Beltrán, cuya participación en el movimiento de los comuneros del Socorro en 1781, obraría como fuente de inspiración en los capítulos que se advendrían desde 1810. De su parte Juana Velasco de Gallo es recordada en Tunja, por el generoso y arriesgado aporte que haría en 1819, cuando al paso por dicha ciudad del Libertador Simón Bolívar, ante el espectáculo de una fuerza republicana, cuyos efectivos -provenientes de los llanos de Venezuela y el Casanare y habían cruzado el Páramo de Pisba-, se encontraban desprovistos de uniforme y padeciendo  frío-, ella, al frente de un grupo de mujeres les dotaría “de camisas y pantalones (…) Además de la ropa, esta mujer le regaló a Simón Bolívar su caballo El Muchacho, con el cual el Libertador resultó vencedor en Boyacá” [https://www.policia.gov.co].

La heroica Pola

Habiendo participado el 20 de julio de 1810, con apenas 15 años en el incidente del “Florero de Llorente”, en Santa Fe de Bogotá, detonante este del movimiento emancipador neogranadino, en adelante Policarpa mantuvo su compromiso activo con la causa republicana. Así, tras la salida de la capital del Ejército Patriota con rumbo a los llanos del sur ante la inminente llegada de Morillo con fuerzas muy superiores y mejor armadas, la Pola actuaría en la capital a favor de sus conmilitones, recibiendo y enviando sus mensajes al llano. Así, “compraba material de guerra, convencía a jóvenes y les ayudaba a adherirse a los grupos patriotas. Experta en espionaje, Policarpa se volvió rápidamente indispensable para la causa patriota. Trabajaba siempre al lado de algún compatriota, como su hermano Bibiano” [Wikipedia]. Informado Pablo Morillo de sus actuaciones, no titubeó en confirmar la condena al paredón de Policarpa, quien había sido denunciada por un antiguo patriota, siendo ejecutada un día como hoy.

Sinóptico

1796

Alejandro Próspero Reverend

El médico que atendió al Libertador Simón Bolívar en sus días postreros en Santa Marta, nació este día en Falaise (Francia). La tradición recoge una conversación del glorioso paciente, quien desde su lecho moribundo de San Pedro Alejandrino, interroga a Reverend: “¿Por qué vino Ud a América?”, “Vine en busca de la libertad que no encontraba en Europa”. En 1867 Reverend fue honrado por el Congreso Federal de Venezuela “con una medalla de oro y diamante, un donativo de diez mil pesos y el sueldo íntegro vitalicio como cirujano mayor del Ejército Libertador. En 1874 el gobernante Antonio Guzmán Blanco otorgó a Reverend una recompensa en dinero, el diploma de Ilustre Prócer de la Independencia y lo condecoró con el Busto del Libertador. Reverend obsequió a Venezuela el nódulo calcáreo encontrado en el pulmón izquierdo del Libertador”.

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