Néstor Rivero Pérez

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El 27 de noviembre de 1951, una expedición venezolana encabezada por el coronel Franz Rísquez Iribarren, alcanzó el lugar donde nace el río Orinoco. En 1498 Cristóbal Colón registró en su diario de a bordo, incidencias de su tercer viaje al Nuevo Mundo: “atravesé por esa boca adentro y luego hallé tranquilidad, y por acertamiento se sacó del agua de la mar, y la hallé dulce” [https://www.meer.com].

Río atrayente

También en los inicios del siglo XIX, el barón Alejandro de Humboldt, en su obra Viaje a las Regiones equinocciales, dejaría constancia de su exploración a la cuenca que a través del brazo Casiquiare, conecta el Orinoco con el río Negro. Y en la segunda parte del siglo XIX, Julio Verne escribió su novela El soberbio Orinoco. Distintos estudiosos de la novela Robinson Crusoe colocan en la desembocadura del Orinoco la isla descrita por la pluma de Daniel Defoe.

Empeño inconcluso

De acuerdo a Jorge M. González, el francés Jean Chaffanjon realizó entre 1884 y 1886 dos incursiones en la selva, en pos de los nacientes del Orinoco, alcanzando hasta “el raudal Waika, también conocido como Peñascal, bajo cuyas piedras mana el Orinoco, lejos aún de la meta deseada” [Las fuentes del Orinoco y la expedición cuya meta fue encontrarlas / En: https://www.meer.com].

 

La trama y los proyectos

A mediados de noviembre de 1950, el presidente de la Junta Militar de Gobierno, Carlos Delgado Chalbaud, hacía saber al oficial e ingeniero militar Franz Rísquez Iribarren, los planes de la Junta encaminados a “realizar el estudio del inmenso territorio del sur venezolano (…) en entrevista llevada a cabo el 9 de noviembre de 1950” [http://escritosdeunsalvaje.blogspot.com]. Pocos días después, el 13 de noviembre, se consumó el secuestro y magnicidio de Delgado Chalbaud. “Al año (…) Rísquez Iribarren recibió del Ministerio de la Defensa, la orden de iniciar la organización de la exploración, “que desde el primer momento la consideré múltiple, difícil y agotadora” [Ibídem].

La voz del propio Rísquez

En su libro Donde nace el Orinoco, Risquez asienta: “La Expedición que comandé en ningún momento tuvo el más mínimo punto de… aventura, o con el hecho novelesco, antes por el contrario la certeza en la importancia que significaría para Venezuela la coronación del objetivo propuesto, nos dio en su plan, organización, estatutos, reglamentos, etc, la categórica convicción de que no fracasaría la expedición… ya que no existían los imprevistos. La expedición era un esfuerzo venezolano, una empresa venezolana, y con objetivos venezolanos anhelados durante 425 años y esperado por nuestra tierra y por nuestra ciencia” [http://escritosdeunsalvaje.blogspot.com].

Después de tres décadas

En las postrimerías de los años ochenta, integrantes de la Fundación Terramar  llegarían hasta la región de Parima. Y al evocar un relato de Pablo Anduze sobre el descubrimiento de 1951, uno de los expedicionarios de la Terramar, Jorge M. González, habría de recordar el relato de Anduze: “El piso de la selva circundante estaba revestido de hojarasca, musgos, helechos, y en el lecho naciente había heliconias en profusión. Allí brotaba, de un manantialito, límpido como un cristal, reflejando colores con debilidad y dulzura, lento y perezoso, el gigante que más adelante se convertiría en el quinto río de America” [https://www.meer.com].

Sinóptico

1992

Aviadores bolivarianos contra el Puntofijismo

Este día unidades de la Fuerza Aérea Venezolana (hoy Aviación Militar Bolivariana) alzaron su vuelo en una segunda intentona de ese año, en el marco de una intentona armada revolucionaria en contra del II gobierno de Carlos Andrés Pérez. Diez meses antes, cuerpos del Ejército liderados por el Comandante Hugo Chávez Frías, habían insurgido contra dicho mandatario, en repudio de las políticas fondomonetaristas aplicadas por dicho régimen, su dócil plegamiento al orden geopolítico del Departamento de Estado de EE. UU. y la fiera represión con la cual respondió aquella Administración al reclamo masivo del pueblo, conocido como el Caracazo, en febrero de 1989.

Entre quienes se insurreccionaron este día de noviembre de 1992, destacaron el general Francisco Visconti Osorio y los vicealmirantes Luis Cabrera Aguirre y Hernán Grúber Odremán, además del comandante Wilmer Castro Soteldo -actual Ministro de Agricultura y Tierras-, entre otros.

Según este último, el plan de maniobras quedó definido el día anterior, 26, en el teatro de la Comandancia de la Aviación, y consistía en “tomar prisionero a un grupo de generales que iban a servir de rehenes para llevar adelante la toma del poder, que se suponía se iba a consumar con un grupo de infantes de Marina, que venían en una aeronave que aterrizaría en el aeropuerto de La Carlota”.

A su vez, los insurgentes preveían movilizar tropas de custodia de La Carlota, empero una delación frustró gran parte del plan, quedando desactivados componentes medulares de la insurrección.

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