Néstor Rivero Pérez

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El 4 de octubre de 1892 falleció en La Guaira, Juan Antonio Pérez Bonalde, máximo exponente del romanticismo lírico venezolano. Su Vuelta a la patria, así como Flor y El canto al Niágara, integran el repertorio de la más exquisita poética universal. Murió a los 46 años de edad.

Peripecias

Para numerosos críticos “después, de Andrés Bello, fue –J. A. Pérez Bonalde-, en el siglo XIX, el poeta más alto y cosmopolita de la historia del país” [https://radio.otilca.org]. En todo caso, la Caracas en que nació Pérez Bonalde, la del siglo XIX, se veía envuelta en el encrespamiento de la pasión política, al punto que en distintas ocasiones las diferencias políticas se medían por la vía armada. Y en medio de la agudización cíclica de la crisis económica por el descenso drástico de los precios del café en el mercado internacional, en perjuicio de una economía monoexportadora como la venezolana de la época, la corriente liberal que aupaba la candidatura presidencial de Antonio Leocadio Guzmán contaba con prosélitos como Ezequiel Zamora y José Francisco Rangel (El Indio), Rafael Flores (El Calvareño). Y en un contexto social caracterizado por la transición entre el esclavismo y las relaciones feudades de servidumbre, con su secuela de analfabetismo, salubridad paupérrima en el campo, paludismo y tuberculosis, con sus expresiones de desarraigo, era fácil que descollasen figuras del contraorden social, como los bandidos Dionisio Cisneros, Martín Espinoza y la figura novelada del Santos Zárate-. Algunos de estos personajes terminaron ajusticiados por tribunales conservadores. Y, en este cuadro, la familia de Pérez Bonalde decide en 1861 exiliarse en Puerto Rico.

 

Idiomas

En la isla, el bardo de 15 años aprende inglés, alemán, francés, italiano, portugués, latín y griego. Ello le será muy útil cuando años después se aboque a la traducción de textos de otros idiomas al castellano, recibiendo encomios sus versiones de obras del estadounidense Edgard Allan Poe y del alemán Heinrich Heine. El vate, quien regresó a Venezuela en 1864, tras la terminación de la Guerra Federal, transcurrirá a partir de entonces los siguientes seis años en su patria, resolviendo exiliarse en 1870, luego del acceso al poder del general Antonio Guzmán Blanco. Su dominio de idiomas le ayudó a ganarse la vida diseñando textos de propaganda comercial en varias lenguas, para la empresa Lahman y Kemp, de Nueva York; en ese período producirá lo mejor de su creación personal.

Vuelta a la Patria

Tras un pesaroso exilio de seis años, el vate se percata que sus seres más queridos ya no están; y solo le queda llevar flores a la tumba de su madre. En este poema, el paisaje del retorno a Caracas se mezcla con las imágenes de la montaña, ramajes y silbido de las aves, que el poeta grabó de niño. Y así, al contemplar en la distancia las elevaciones que distinguen la costa de su patria, se conmueve: “¡Tierra! grita en la proa el navegante / y confusa y distante, / una línea indecisa / entre brumas y ondas se divisa. / Poco a poco del seno / destacándose va del horizonte, / sobre el éter sereno / la cumbre azul de un monte; / y así como el bajel se va acercando, / va extendiéndose el cerro…”.

 

Romanticismo melancólico

La opinión según la cual el autor de Flor es “el precursor de la moderna poesía venezolana” [https://radio.otilca.org], encuentra asidero en el empeño y logros del vate en cuanto a su “frecuente hallazgo de la precisión verbal”. Y su lirismo romántico que circunda la nostálgica evocación de lo perdido “lo acercan más al posromanticismo que al modernismo” [Ibídem].

Ese estado de ensimismamiento…”

Vuelta a la patria es la producción lírica más famosa del poeta Juan Antonio Pérez Bonalde; fue publicada por primera vez en el libro Estrofas (…) El poema comienza cuando el poeta viene de regreso [a Venezuela en 1876] y el barco se acerca (…) Una vez que pisa el suelo [La Guaira] …emprende en coche el viaje de ascenso hacia la ciudad añorada (Caracas)… y las imágenes naturales son asociadas con los más alegres tiempos de su vida pasada; de pronto, ese estado de ensimismamiento se ve interrumpido cuando el cochero le advierte la presencia de la ciudad; entonces el poeta se emociona y siente un súbito deseo de apurar la marcha para entrar en contacto con los suyos…” [https://www.scribd.com].

Sinóptico

1226

Francisco de Asís, primer ecólogo de la historia

El 4 de octubre de cada año se celebra el Día de San Francisco de Asís, cuyo fallecimiento acaeció, según distintas fuentes, el día anterior, figura cimera del cristianismo medieval en la localidad italiana de Asís. San Francisco fue un místico y renovador religioso italiano y a quien la historia conoce como San Francisco de Asís y cuya devoción para con numerosas especies de la escala zoológica le han acreditado como el santo patrono de los animales. De hecho, en homenaje a su obra se estableció en 1929 el Día Mundial de los Animales.

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