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Néstor Rivero Pérez

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El 9 de marzo de 1818, el joven prócer José Antonio Páez, tras haber acometido y tomado el día anterior la población de San Fernando de Apure, redacta el parte exponiendo detalles de cómo se dio la acción sobre el estratégico punto del llano apureño.

San Fernando se destacaba como punto de primer orden para el tráfico comercial y de personas, terrestre y fluvial del llano. Para 1818 el jefe llanero había reconocido y hecho jurar a su tropa la autoridad del Libertador como Jefe Supremo de la República.

Páez y San Fernando

Ubicada en un punto de la mayor importancia para el tránsito terrestre y fluvial entre el alto y el bajo llano, San Fernando adquirió relevancia desde principios del siglo XIX. Para 1818, ya era cruzada por senderos que conectaban Apure con Guárico y centro del país en el comercio pecuario. Ya convertido en caudillo regional gracias a sus heroicas acciones de la Mata de la Miel, Yagual, Mucuritas y su habilidad para sortear al adversario en sitios como el Paso de Quintero, el Centauro había logrado en 1818 atraerse peones y sumarlos a su caballería.

Su prudencia en el trato con dueños de hatos -quienes comenzaban a desligarse de los realistas- le granjeó la simpatía de estos como hombre del orden. Y San Fernando representaba una presea para JAP, en la afirmación de su jefatura militar.

Bolívar en el llano

El 30 de enero de 1818, el Libertador Simón Bolívar, procedente de Angostura y al frente de dos mil ochocientos hombres, se entrevista por primera vez con José Antonio Páez en San Juan de Payara.

El prócer llanero dejará un emotivo relato sobre el Libertador, quien “se encontraba en lo más florido de sus años”, destacando el fuego de sus ojos dentro de su figura de escasa robustez, dice, al compararle con el hombre del llano dedicado a rudas faenas. Traía Bolívar, recuerda Páez, la ciencia de la guerra que aparece en los libros, y que al lado de la fuerza física asegura las victorias (Autobiografía). De inmediato ambos acuerdan sorprender a Pablo Morillo en Calabozo, donde al frente de unos cuatro mil hombres había establecido el español su cuartel general.

El jefe realista suponía a Bolívar en Angostura, por lo que la sorpresa del 12 de febrero de 1818 -como preveía el héroe caraqueño-, se transformó para el Ejército Expedicionario en una completa derrota. Y por poco la acción de Calabozo no se convierte en la definitiva pérdida de Venezuela para las fuerzas españolas.

¿Aragua o San Fernando?

Mientras Bolívar dispone la persecución de los realistas en retirada, y les sigue hasta El Sombrero, al norte de Guárico, Páez, de acuerdo a D. F. O’Leary y Vicente Lecuna, insiste en devolverse para tomar San Fernando, pues sus caballos no poseían las herraduras para adentrarse hacia los valles centrales.

Bolívar, viendo con acierto el significado de la batalla de Calabozo de una parte, y el carácter de la fuerza llanera que por entonces expresaba indocilidad con las órdenes superiores, cede ante Páez. Este se devuelve con 400 hombres desde Calabozo hacia San Fernando -aún bajo control español-. Llega el 6 de marzo.

En la madrugada del 7 los realistas inician la evacuación; y, luego de varios combates, el Centauro toma posesión de la ciudad. En su parte del día 9 de marzo indica que tomaron 280 prisioneros, 40 piezas de artillería, buen número de fusiles y otros pertrechos, y que los realistas perdieron entre muertos y heridos cerca de doscientos hombres, mientras que el parte de los patriotas era de 58 heridos y 28 fallecidos.

Sinópticos

1821

Gravedad de J. Germán Roscio

Encontrándose en Trujillo, en los preparativos para la reanudación de hostilidades con los españoles y el comienzo de la Campaña de Carabobo, Simón Bolívar recibe la desalentadora noticia de que Juan Germán Roscio, vicepresidente de la Gran Colombia y uno de los baluartes civiles en sus proyectos continentales, se encontraba gravemente aquejado de salud y en peligro de muerte. Por ello, tras expresar su pesar, el mismo día, y ante el vacío administrativo que aquella situación representaba, designa al neogranadino Luis Eduardo Azuola para que asuma la vicepresidencia del gran Estado, que nacía en medio de las sesiones del Congreso de Cúcuta y los combates del Ejército Patriota en Venezuela y Ecuador.

2006

Octava estrella

Este día, diputados de la mayoría bolivariana dentro de la AN, solicitan en sesión, se incorporase “la 8ª estrella a la Bandera Nacional”, para dar cumplimiento a un decreto del Libertador Simón Bolívar del 20 de noviembre de 1817. Con dicho acto administrativo el Padre de la Patria quiso honrar el fervor patriótico de una Provincia, Guayana, que resultó crucial como base de operaciones en la empresa libertadora continental. Los recursos económicos de las Misiones, así como la capitalidad de Angostura, nexos con Apure, Barcelona y el Delta y la vía fluvial del Orinoco, abrieron curso a nuevos tiempos para la República

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