Néstor Rivero Pérez

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El 27 de noviembre de 1992 unidades de la Fuerza Aérea Venezolana (hoy Aviación Militar Bolivariana) alzaron su vuelo en una segunda intentona ese año contra el segundo Gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP).

Diez meses antes, cuerpos del Ejército, liderados por el comandante Hugo Chávez Frías, habían insurgido contra el Mandatario en repudio a las políticas fondomonetaristas aplicadas por el régimen, su dócil plegamiento al orden geopolítico del Departamento de Estado de Estados Unidos y la fiera represión con la cual respondió aquella administración al reclamo masivo del pueblo, conocido como el Caracazo, en febrero de 1989.

 

Tres fechas

Creada mediante decreto del 17 de abril de 1920, e inaugurada su escuela el 10 de diciembre siguiente en Maracay (Aragua), la Fuerza Aérea Venezolana ha transitado desde su fundación las distintas coyunturas y períodos de la historia nacional. Así, el 27 de noviembre de 1992, oficiales afines e integrantes del movimiento bolivariano (el cual había estallado en forma insurreccional el 4 de febrero anterior bajo el liderazgo del comandante Hugo Chávez Frías), numerosos oficiales y las tropas, se resistían a que se los utilizara, siguiendo los esquemas castrenses del Pentágono y la Escuela de las Américas, como instrumentos de contención interior y represión antipopular.

Dando continuidad al primer grito uniformado del 4-F, los insurrectos del 27 de noviembre se manifestaron contra el bloque de poder tradicional del país bajo la presidencia de CAP. Este último venía aplicando desde febrero de 1989 un programa de medidas económicas en materia cambiaria, comercial, de liberación de precios y privatización de empresas públicas, que estableció para Venezuela el Fondo Monetario Internacional.

 

 

Plan de maniobras

Según relato del comandante Wilmer Castro Soteldo (actual Ministro de Agricultura y Tierras), el plan de maniobras quedó definido el día anterior, el 26, en el teatro de la Comandancia de la Aviación. Consistía en “tomar prisionero a un grupo de generales que iban a servir de rehenes para llevar adelante la toma del poder, que se suponía se iba a consumar con un grupo de infantes de Marina, el cual aterrizaría en el aeropuerto de La Carlota”.

A su vez los insurgentes preveían movilizar tropas de custodia de La Carlota, empero una delación frustró gran parte del plan, y quedaron desactivados componentes fundamentales para el cabal logro de sus objetivos.

  

En La Carlota

Los militares rebeldes con apoyo civil procedieron a la toma de la Base Aérea de La Carlota, retuvieron al comandante de la Aviación y al resto del comando, aunque al poco tiempo se iniciaron combates con funcionarios de la Disip y cuerpos militares leales al Gobierno de CAP.

Igualmente en los cielos de la base se suscitó un combate aéreo entre naves insurrectas y F-16 manejados por pilotos pro gobierno mucho mejor equipados que los rebeldes, no obstante los aviadores alzados salieron con vida.

  

Base Libertador

El comando de la Aviación insurrecto se estableció el día 27 en la Base Aérea Libertador de Palo Negro (Aragua). Ya al final de la jornada, vista la insuficiencia de apoyo de otras guarniciones y el agotamiento del parque, más de un centenar de insurrectos emprendía retirada aérea hacia Perú, donde permanecerían en condición de exiliados.

  

Sinóptico

1865

José Asunción Silva y su canto “Nocturno”

Este día nació en Bogotá, Colombia, José Asunción Silva, quien, junto al nicaragüense Rubén Darío y el cubano José Martí, integra la primera generación que introdujo la corriente modernista en la poesía hispanoamericana.

Silva innovó en la métrica del verso, impuso musicalidad y la estética de los símiles, y contribuyó así a la nueva escuela a la que dio nacimiento Rubén Darío con su libro Azul, cuya primera edición data de 1888.

Fue designado secretario de la legación colombiana en Caracas en tiempos en que acá gobernaba Joaquín Crespo. El nombramiento le permitió amistarse con los redactores de las revistas caraqueñas El Cojo Ilustrado y Cosmópolis e integrarse a sus tertulias literarias.

Sin embargo, una disputa con su jefe de legación, así como lo reducido de los ingresos pecuniarios, le hacen renunciar y regresar a Bogotá en enero de 1895. El viaje de retorno lo hace en el vapor Amérique, el cual naufraga frente a la costa de Barranquilla. Y si bien el poeta salvó la vida, perdió con su equipaje textos que llevaba para su publicación.

Rubén Darío y José Asunción Silva al romper ambos con la “marcialidad” del romanticismo inauguraron en Nuestra América un estilo centrado en la musicalidad y en un tipo de sensibilidad que ya asomaba con los románticos en el oficio de construir versos.

De la producción de Silva quedan libros como Intimidades, Poesías varias y el más conocido, el Libro de versos.

El modernismo también se extendió a la prosa con autores como José María Vargas Vila y Manuel Gutiérrez de Nájera.

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