Néstor Rivero Pérez

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El 10 de febrero de 1755 falleció en París Charles Louis de Secondat de la Brède, el Barón de Montesquieu, autor de El Espíritu de las Leyes, obra cuya lectura es fundamental para la comprensión del modelo de República donde impera la democracia formalmente regida por tres ramas del Poder Público: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Dicho modelo dio pie al Estado de Derecho liberal, correspondiente con el surgimiento del capitalismo y sus principios orgánicos.

Frente al absolutismo

Montesquieu encarna un pensamiento político y jurídico que se opone a la monarquía absoluta, la que imperaba en Europa desde los comienzos de la Edad Media, y que trasplantada a la América y otras regiones periféricas, gobernaba sus colonias por medio de virreyes, capitanes generales y gobernadores. Para el autor de El Espíritu de las Leyes, el perfecto desempeño de una sociedad atendía a que a todos se les brindase la misma oportunidad para acceder a una posición, sin hurgar en la condición dispar y desigualdad entre los opulentos y los miserables. El centro de las cavilaciones para Montesquieu era la superación del absolutismo.

Poder tripartito

Montesquieu, cuya obra ha tenido repercusión de primer orden en el estudio del Derecho constitucional dentro de todas las universidades del mundo, elaboró un discurso de filosofía jurídica, para el cual democracia consiste en asegurar el funcionamiento de un Poder Ejecutivo en manos del “monarca constitucional”; un segundo poder, el Legislativo, que vigilaba al primero, y un tercer poder, el de los tribunales, que debe operar sin apremio de los otros dos. Empero, la fuerza social de la historia, desnudará la concepción de la República y el Estado de Montesquieu, mostrándola dentro de una preciosa fachada de formalismos que, al lado de reivindicaciones como el Debido Proceso, elude todo debate en torno a la función social del Derecho y rol de las leyes para reducir la desigualdad e infelicidad entre los seres humanos.

Rigor de la razón

El rigor lógico de El Espíritu de las Leyes dio impulso inusitado al liberalismo político que insurgía como alternativa frente al anciano régimen. El libro dotó de un programa a quienes, en territorios como Estados Unidos, propugnaban en 1776 su separación de la metrópoli, y, en la propia Europa, nutrió de un proyecto a quienes planteaban frente al absolutismo. La obra contiene asimismo uno de los asertos del Derecho moderno, ”la libertad es el derecho de hacer todo lo que las leyes permiten, de modo que si un ciudadano pudiera hacer lo que las leyes prohíben, ya no habría libertad, pues los demás tendrían igualmente esta facultad”.

Insuficiencias de Montesquieu

Renovador en sus ideas como proveedor de doctrina para la deslegitimación del absolutismo y el orden feudal, Montesquieu es, de otra parte, la constatación de insuficiencias del Estado liberal cuando, de cara al nuevo orden de clases urbanas mayoritarias -el proletariado fabril-, carezca de respuesta a la demanda de estas de ser incluidas dentro del bienestar material de la modernidad. Así el modelo de sociedad creado por la revolución industrial y la democracia representativa clásica, excluyen la participación y protagonismo de las mayorías.

Crítica a Montesquieu

“La Revolución francesa, que tuvo gran influencia en el imaginario que rodea las independencias latinoamericanas, legó en nuestros territorios conceptos como República o libertad. La igualdad, en cambio, desde la perspectiva actual, parece más lejana en una región lastrada por ese determinismo del que hablaba Montesquieu, que condenaría a los pueblos a unas leyes e instituciones que generan una distribución muy desigual de la renta. Desigualdad que entre otros muchos males, hace imposible la fraternidad entre unos pocos muy ricos y muchos muy pobres” [https://blogs.iadb.org].

Sinópticos

1720

Halley, nombrado astrónomo real

Matemático, físico y astrónomo, Edmundo Halley, hombre de ciencias fue un adelantado en el conocimiento del espacio exterior. Amigo de Isaac Newton, animó a este para escribir su monumental Principia Matemática, donde este “recoge sus descubrimientos sobre mecánica y cálculo”. Halley fue el primero en calcular la órbita de un cometa” el de 1682, “anunciando que era el mismo que había sido visto en 1531 y 1607, y anunciando que volvería a pasar en 1758”. A dicho cometa hoy se le conoce con su nombre. “Entre sus obras destaca el tratado científico la Synopsis astronomiae cometicae, (…) En la obra aplicó las leyes de Newton a todos los datos disponibles sobre los cometas y demostró matemáticamente que estos giran en órbitas elípticas alrededor del Sol” (https://www.buscabiografias). Además de estas aportaciones Halley atinó en aspectos como “el catálogo de los cielos del sur”, los métodos para medir la distancia al Sol a través del tránsito de planetas… y la aceleración secular de la Luna” [https://www.astromia.com].

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