Néstor Rivero Pérez

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El 14 de julio de 1816 murió en el presidio La Carraca, de Cádiz (España), Francisco de Miranda, quien junto con el Libertador Simón Bolívar forma el binomio de venezolanos universales, por la resonancia de sus hechos y pensamiento.

Curtido en guerras

Había nacido en Caracas en 1750 y, cuando aún la generación que debía conducir la Guerra de Independencia de Venezuela no terminaba de ver la primera luz, ya Miranda alcanzaba celebridad al frente de tropas en el norte de África, sirviendo a España; en Pensacola (Norteamérica), a favor de la Independencia de Estados Unidos, y en defensa de la Revolución Francesa, al frente de divisiones del Ejército del Norte.

Peregrino y perseguido

Ante los prejuicios de castas de la sociedad colonial, que negaban a su hijo el derecho a integrar el cuerpo de milicias de Caracas, por ser “hijo de un comerciante y una panadera”, don Sebastián de Miranda decide en 1770 enviar a su hijo Francisco a la Península, para hacer carrera militar. Sin embargo, a sus 27 años Miranda fue denunciado por sus opiniones y debió escapar de la posesión española de Cuba a EE. UU., para librarse de la orden real de detención y el proceso de la Inquisición, que le acusaba de propalar herejías. En su peregrinar por Europa será recibido con benevolencia por monarcas ilustrados, sabios y grandes artistas de la época.

Hombre de biblioteca

Apenas con adentrarse el lector a la vida del personaje, empiezan a asomar rasgos del inquieto hurgador en las páginas de los libros y recopilador de conocimientos: El memorialista que por cada sitio donde pasaba recogía información, datos curiosos y de interés acerca del modo de organizarse el Estado, el trazado de aceras y colocación de monumentos, costumbres de los habitantes y, de modo muy especial, el registro de información respecto a las bibliotecas. Así, dice Lautico García: “En el caso de las bibliotecas, la conducta de Miranda era especial. En cada uno de los lugares… pedía noticias… para luego examinarlas. Llegó a visitar 34 bibliotecas principales, unas públicas, otras particulares, en conventos, palacios y residencias que en conjunto tenían dos millones ciento 33 mil volúmenes” [En Tomás Polanco Alcántara: Miranda]. Al respecto es útil recordar una expresión de Daniel Florencio O’Leary, inserta en algún pasaje de sus Narraciones: “sus batallas más grandes fueron libradas con su pluma”. Dígase hoy que tanto escribió sobre los sitios visitados, y con tal gracia, que la Unesco le reconoce a finales del siglo XX, como “el gran memorialista de su época”.

Grandes concepciones

En los apuntes de Miranda se encuentran observaciones sobre educación, la mujer, las reformas penales de Césare Beccaría (De los delitos y de las penas). Miranda fue el primero en concebir los términos “Colombia” y “colombianos”, y “Colombeia” e “Incanato”, para la gran nación que desde el río Missisippi hasta Cabo de Hornos, debía surgir de las colonias españolas una vez lograda la independencia -con proyectos elaborados de las instituciones que debían funcionar en el futuro gran Estado. Tales ideas prendieron en Simón Bolívar y José de San Martín.

Última etapa

Tras fracasar en sus expediciones libertadoras de 1806 sobre costas de Coro y Ocumare, con sus naves el Bacchus y el Leander, Miranda regresa a Londres, de donde hará su viaje definitivo, en 1810, a Caracas. Al año siguiente será figura central en la declaración de la Independencia de Venezuela, asumiendo el Poder Ejecutivo, en circunstancia insostenible frente a la reacción española contra la I República. Detenido la noche del 30 de julio de 1812 por patriotas exaltados, cae en manos de los españoles la madrugada siguiente. Luego de ser trasladado de La Guaira a Puerto Cabello, y de aquí a Puerto Rico, fue finalmente remitido a
Cádiz, donde se le recluye en el penal de las Cuatro Torres (arsenal de La Carraca). Allí, mientras preparaba su fuga con ayuda de amigos ingleses, muere de un ataque de apoplejía a sus 66 años.

Sinópticos

La consigna de “Sembrar el petróleo’

El 14 de julio de 1936, Arturo Úslar Pietri escribió su editorial titulado “Sembrar el petróleo”, durante la transición de la Venezuela Agraria a la Petrolera. Por entonces el país desconocía el potente influjo del modelo unirrentista de los hidrocarburos sobre los hábitos de consumo y desmesurado anclaje a la importación de bienes, en detrimento de la producción endógena.

1789
Pueblo de París asalta La Bastilla

Este día se produjo la acción desencadenante del ciclo conocido como la Revolución Francesa. La toma de La Bastilla descubrió el inmenso poder de la movilización y agitación de calle, que se mantendría por los siguientes años, hasta 1799.

1811
Primera izada oficial del pabellón tricolor

Este día se enarbola por primera vez en forma oficial, el tricolor patrio, en acto encabezado por Francisco de Miranda y los dos hijos de José María España, mártir de la causa emancipadora.

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