Néstor Rivero Pérez

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El 6 de febrero de 1577 nació en la Roma de los Estados Pontificios (Italia) Beatrice Cenci, cuyo nombre alcanzó dramática notoriedad por haber sido condenada a muerte y ajusticiada a sus 22 años -bajo cargo de parricidio-, en un caso donde ella había sido víctima de abuso físico durante años por parte de su  padre, Francesco Cenci, a quien distintas crónicas definen como un “noble romano, vicioso y violento de gran riqueza e influencia” [https://www.britannica.com].

Incesto forzado

Numerosos relatos exponen la tesis según la cual Francesco Cenci acostumbraba abusar de Beatrice desde la niñez de esta y daba fuerte maltrato a los tres hijos varones. Francesco había sido detenido en distintas ocasiones y envuelto “en peleas, eventos sangrientos y episodios escabrosos, fue repetidamente juzgado y condenado, también por el delito de sodomía. El rango social y el pago de grandes sumas de dinero, lo que redujo significativamente su riqueza, le permitieron evitar lo peor” [https://ctxt.es/es].

Muerte a martillazos

Al tanto de que una de las denuncias contra él provenía de Beatrice, Francesco resolvió enviarla a un castillo suyo alejado de Roma, donde viviría la familia. Y en dicho castillo, los cuatro Cenci, víctimas del tiránico progenitor, se orquestaron para eliminarlo: Dos de los hermanos junto a su madrasta Lucrezia -también objeto de la sevicia de Francesco-, aprovechan un descuido del progenitor para golpearlo con un martillo hasta dejarlo sin vida. Otras versiones agregan que “mientras dormía (Francesco),  aturdido por el opio que había tragado mezclado con una bebida, a los cuarenta y ocho años de edad, fue asesinado por Olimpio Calvetti y Marzio Da Fiorano, conocidos como los catalanes, dos sirvientes de la fortaleza, con la complicidad de sus hijos Giacomo y Beatriz, y su esposa Lucrezia” [https://kripkit.com/].

¿Parricidio o justicia?

La trama fue develada por la policía papal mediante la técnica investigativa por excelencia en la época: La tortura en el potro. Así, los cuatro Cenci fueron llevados a juicio y condenados a muerte. De inmediato, la población, al tanto de las circunstancias y los abusos del de cuyus para con sus hijos, se ponen de inmediato del lado de Beatrice y sus hermanos, clamando por la no aplicación de la pena, y obteniendo que la misma fuese pospuesta. El caso, en manos del papa Clemente VIII, hizo evidente la rígida postura patriarcal que irrigaba a los grupos de poder de la época; algún tiempo antes, cuando la hija solicitó “al Papa, tomar los hábitos para librarse del progenitor, Clemente VIII le negó su permiso” [https://ctxt.es/es]. Giácomo Cenci murió descuartizado, Beatriz y Lucrezia decapitadas y el menor de los hermanos Cenci se vio condenado a remo perpetuo. Las propiedades de los Cenci pasaron a manos de familiares de Clemente VIII.

En la literatura

Sobre el caso Cenci, el cual involucró además de Beatrice y su padre, a los cuatro hermanos varones y Lucrecia la madrasta, han escrito autores como Percy B. Shelley, quien le dedicó el drama The Cenci: A Tragedy in Five Acts; Stephan Zweih incluyó en su libro El misterio de la creación artística, un capítulo sobre la justiciera parricida; Stendhal, por su parte, se refirió al tema en Crónicas Italianas. Y Alejandro Dumas envió a la imprenta en 1840 su obra Los Cenci. Entre los autores de óperas que llevan el epónimo de la homicida vengadora, destaca Alberto Ginastera, Berthold Goldsmichdt. Y en el lienzo destaca el trabajo de Guido Reni, quizá el de mayor celebridad, cuadro que muestra a Beatrice con su rostro de candor ladeado y que tanto ha favorecido su memoria ante la posteridad, cuando el lector se pregunta acerca si merecía o no la muerte por parricidio. Evidentemente Beatrice participó en el homicidio de su padre; empero, la Roma de Clemente VIII ejercía con énfasis la tradición del viejo Derecho, para el cual el pater-familias posee un poder desmesurado sobre el hogar, la ‘patria potestas’; y en uso de dicho privilegio podía incluso matar a cualquier miembro de su familia (esclavos, pero también hijos e incluso esposa en algunos casos)” [https://docs.google.com].

Sinóptico

1926

Nació Fabricio Ojeda

Este día nació en el pueblo de Boconó (Trujillo) Fabricio Ojeda, cuya actuación entre 1957 y 1958 al frente de la Junta Patriótica, resultó crucial para asegurar la alianza cívico-militar que determinó la caída del general Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958. En los años sesenta, Fabricio, ha de ofrecer en cartas, artículos de prensa o ensayos, sea desde el campamento guerrillero, o un rincón de la clandestinidad en Caracas o La Guaira, reflexiones sobre el panorama político venezolano, la necesidad de la unidad de los revolucionarios y su visión profundamente antiimperialista de la lucha política. Fabricio estaba convencido de la necesidad de un frente nacional para la liberación y un partido que aglutinase los cuadros de la vanguardia.

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