Néstor Rivero Pérez

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El 24 de septiembre de 1782 nació en Caracas José Félix Blanco, presbítero de destacada función en numerosos capítulos de la Guerra de Independencia y del período republicano hasta su muerte en 1872. Combatió a las órdenes del Libertador Simón Bolívar, Santiago Mariño, José Antonio Páez, Carlos Manuel Piar y Luis Brion. Blanco ejerció como administrador de las Misiones del Caroní y otros cargos administrativos. Como recopilador y editor, su obra resulta fundamental para el estudio del período emancipador.

 

El 19 de abril

Según reseña publicada en 1868 por el periódico caraqueño El Federalista, el 19 de abril de 1810 el padre Blanco “fue actor con Roscio, Madariaga y otros, en la deposición de [Vicente de] Emparan. En 1811 fue nombrado capellán del ejército republicano que operó en el occidente del país.

 

Las Misiones

Manuel Carlos Piar, tras cruzar el Orinoco llega a San Félix el 7 de febrero de 1817, se adelantó a todo pronóstico y comprendió el significado de controlar las Misiones del Caroní, auténtico granero donde se surtía el ejército realista. Tras hacer prisioneros a los monjes capuchinos que dirigían las Misiones, Piar designa al padre José Félix Blanco como administrador de las Misiones, aunque pronto comenzarán desavenencias entre ambos, por ripostar Blanco los usos despóticos de aquel en el trato a subalternos.

 

Con Bolívar

Apenas adentrarse el Libertador en Guayana en abril de 1817, se comunica con Blanco, quien le expresa su inmediata lealtad. Bolívar le confirma en la administración de las Misiones; empero Blanco presenta su renuncia y Bolívar le responde: “Yo le pido a Ud que por favor, sufra y calle, como lo hacemos todos por el bien de la patria. …Muy pronto ha de variar nuestra situación”, animándole a que sortee las dificultades con el general Piar. Tras el juicio y fusilamiento del héroe de San Félix, Blanco prosigue al frente de las Misiones, de donde extraerá granos, cuero de ganado y mulas que le pedía Bolívar, para negociar en el Caribe la adquisición de armamentos.

 

Recopilador
Si bien durante los años de 1824 a 1829 se publicó la colección de Cristóbal de Mendoza y Francisco Javier Yanes, se dio comienzo a la primera edición de cartas y documentos, en vida del Libertador y aportando este muchos documentos, dicho trabajo era incompleto y adolecía del orden cronológico en las publicaciones. Así, la colección titulada “Documentos para la Vida Pública del Libertador de Colombia, Perú y Bolivia”, cuya recopilación y ordenación en 15 volúmenes coordinó el presbítero Blanco -con ayuda de Ramón Azpurúa-, y que fue editada durante el mandato de Antonio Guzmán Blanco- constituye un esfuerzo excepcional que, al lado de las Memorias de O’Leary, aportan textos que de otra manera habrían desaparecido para la comprensión de la Guerra de Independencia.

Carácter elevado

“Su brillo cuanto más reposado tanto más bienhechor y fecundo fue, en la confusión de los combates y en los cuidados de la administración, como entre las turbulencias peligrosas de los indisciplinados caudillos que, con sus malas pasiones o por inexperiencia, ponían en riesgo a cada paso el buen éxito y la honra de la causa americana. En la paz y en la guerra su carácter elevado [el de José Félix Blanco], sus vastos conocimientos, su tacto en las situaciones dificultosas, la serenidad de sus principios, su constancia inalterable y sobre todo su honradez e integridad, le colocaron siempre en puestos… que era… prueba bastante del alto concepto con que le honraba aquel que nunca se engañó del juicio” [Ramón Azpurúa, Biografías de hombres notables de Hispanoamérica, Tomo I, pág 189].

  

Sinóptico

1541

Paracelso: Medicina moderna

Este día falleció en Salzburgo (Alemania), Theophrastus Phillippus von Hohenheim, quien ya adulto decidió hacerse llamar Paracelso. Habiendo nacido en Suiza, dedicó su existencia a la exploración de nuevos métodos en la Medicina y la Química que le consagraron como uno de los iniciadores de la ciencia moderna.  El nombre “Paracelso” significa “parecido a Celso”, en tributo al notable enciclopedista y tratadista de Medicina Celso, quien vivió en la Roma del siglo I.

Así como un océano vacío requeriría para volver a llenarse, de miles de millones de tobos con agua y el empeño de innúmeras generaciones de cargadores, así la mente de Paracelso demandaba cada día nuevos conocimientos, sosteniendo que “El saber no está almacenado en un solo lugar, sino disperso por sobre toda la superficie de la Tierra”. Tras observar el tratamiento de pacientes en distintas regiones del mundo, concluyó en que era necesario mantener al enfermo “en una ‘higiénica’ expectativa” (https://medicoplus.com). Paracelso postulaba la investigación y ensayo “el conocimiento sobre las enfermedades se consigue… por la observación y la experiencia que proporciona el permanecer al lado del lecho del enfermo” (https://dialnet.unirioja.es). Paracelso murió a sus 47 años.

 

 

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