Néstor Rivero Pérez

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El 5 de mayo de 1775 nació en la localidad de Fuentesecas, provincia española de Zamora, Pablo Morillo, quien alcanzaría renombre como soldado intrépido y disciplinado durante la guerra que España hubo de sostener entre 1808 y 1814 contra el ejército napoleónico, alcanzando los grados de general y mariscal de campo. Asimismo se destacó al frente del Ejército Expedicionario enviado por Fernando VII, en las campañas ejecutadas entre 1815 y 1820, con el vano empeño de someter a Venezuela y a Nueva Granada.

Trafalgar y Bailén

A sus 13 años de edad se enlista como integrante de la Infantería de Marina, donde interviene en las acciones del Cabo de San Vicente de 1797 y Trafalgar en 1805. En esta última resultó herido. Morillo actuó también como marino en el sitio de Tolón y en Cerdeña y Cataluña. En 1808 interviene en la Batalla de Bailén, estratégico triunfo de las fuerzas españolas que por entonces combatían contra el ejército napoleónico, el cual había invadido la Península Ibérica. El propio general en jefe español Francisco Javier Castaños, observó desde entonces que Morillo continuamente se encontraba en los puestos de mayor riesgo y con gran disciplina en el combate, lo que le labró sólido prestigio como guerrero. En 1809 rinde las fuerzas francesas en Vigo (Galicia), y es uno de los jefes vencedores en la importantísima acción de Puentesampayo de 1809. En 1813 Morillo ejecutará las primeras operaciones de la Batalla de Vitoria, la que obligó a Napoleón a la petición de paz. Allí Morillo también terminará herido.

¿Pacificar las Colonias?

Fernando VII designó a Morillo como jefe del Ejército Expedicionario destinado a restablecer el régimen colonial en Tierra Firme americana. Acá, las huestes de José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales, actuaban con insubordinación frente a las autoridades designadas por la Metrópoli. A la muerte de Boves en diciembre de 1814 en Urica, Morales mantuvo una inicial desobediencia ante el capitán general de la Venezuela realista, Juan Manuel de Cagigal. Muchos seguidores del régimen monárquico en Venezuela comenzaron a mudar de simpatía, al enterarse de las medidas impuestas por Pablo Morillo para «restablecer la autoridad del Rey» y asegurar la manutención de sus tropas. Obviando la destrucción en que había quedado la Costa Firme con la Guerra a Muerte de 1814, el Pacificador impuso la confiscación de «habas, frijoles, maíz y hasta las semillas destinadas a la siembra de conucos; todo era presa de los comisionados, además de ser cargo de los pueblos alimentar las partidas que llevaban para auxilio de este saqueo disfrazado» [Juan Manuel Cagigal, Memorias Sobre la Revolución de Venezuela, pág 157].

Retorno a España

En 1820, a propósito del Armisticio y el Tratado de Regularización de la Guerra, suscritos con el Libertador en Santa Ana de Trujillo, Morillo regresó a España, donde se le nombrará Capitán General de Castilla la Nueva y luego de Galicia En esta última posición recibió con deferencia a una delegación venezolana, integrada por Carlos Soublette y D. F. O’Leary. En 1836, durante la I Guerra Carlista, Morillo apoyó a la reina regente María Cristina, madre de Isabel II. Su deteriorada salud le llevaría finalmente a tratarse en Francia, donde ha de fallecer el 27 de junio de 1837, en situación de estrechez económica «dejando a su viuda sin bienes y con cinco hijos menores» [Antonio Rodríguez Villa, El teniente general Don Pablo Morillo, Madrid, 1908].

“…Los pícaros insurgentes”

“Había en Caracas un joven insensato (demente) llamado Barreto, que era la lástima de los juiciosos y la diversión de los muchachos e ignorantes. Terciada una mala capa con que acostumbraba andar, se puso por delante y con descompasados alaridos gritaba ‘Viva don Pablo Morillo. Ya llegó el día de acabar con todos los pícaros insurgentes‘ (…) este clamor me hizo prevenir a Morillo de que aquel infeliz era un insensato y cuando esperaba una contestación propia, la suya (de Morillo) fue: ‘Compañero, los niños y los locos dicen las verdades’ (…) Yo castigaré a los pícaros como corresponde (…)” [Juan Manuel de Cagigal, Ibídem].

Sinóptico

1821
Murió Napoleón Bonaparte

Tras imponerse como Primer Cónsul en 1799 y luego como emperador en 1804, Napoleón tendrá su derrota final en 1815 en la Batalla de Waterloo. Capturado por los ingleses, estos le trasladan prisionero a la isla de Santa Elena (Atlántico sur), donde habría de fallecer víctima de cáncer en el estómago. Según numerosos historiadores, Napoleón fue el más grande capitán de tropas que haya conocido la historia; querido por sus generales y soldados, llevó la zozobra a las monarquías absolutistas, desde España hasta la Rusia zarista. Como estadista, suprimió la servidumbre en los países por él dominados; dio vida al Código Civil,  el cual en su honor fue denominado Código Napoleónico. A su vez impulsó la instrucción pública.

2 pensamientos sobre “Tal día como hoy nació Pablo Morillo, héroe en España y verdugo en las colonias americanas

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