Néstor Rivero Pérez

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El 31 de agosto de 1964, el linaje canino “Mucuchíes”, fue declarado como Perro Nacional de Venezuela, en homenaje al ejemplar “Nevado”, que acompañó a Simón Bolívar durante varias campañas militares y perdió la vida lanceado en uno de los combates de la Guerra de Independencia.

¿Leyenda o historia?

De acuerdo a relato oral del tiempo de la Guerra de Independencia, a poco de iniciar la Campaña Admirable de 1813, desde San Antonio del Táchira y a su paso por localidades de la Cordillera andina con rumbo al centro de Venezuela, el entonces brigadier Simón Bolívar se detuvo en la población de Mucuchíes, pernoctando en la casa de un vecino, quien a la mañana siguiente le obsequió un ágil canino de gruesa cola blanca, el cual había atraído la atención del héroe caraqueño. Sumamente agradado con el gesto del labrador andino, en adelante el Libertador habría de tener a Nevado -nombre con el cual bautizó al llamativo perro-, como fiel acompañante en sus largas marchas y campañas, hasta que el animal perece, de acuerdo a versiones, como resultado de heridas recibidas en la Batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821-. “Se cuenta también que el can era negro azabache, con orejas, lomo y cola blancos, toque que recordaba a la cresta nevada de los páramos andinos y motivo de su característico nombre. Así, el ávido can correteaba de lado a lado del alto caballo de guerra de Bolívar por campos y ciudades” [https://es.wikipedia.org].

“Nevado”, ¿rehén de Boves?

En la batalla de La Puerta, escenificada el 3 de junio de 1814 y a tono con un nuevo relato acerca de Nevado, este y su cuidador, el indio Tinjacá, quedaron prisioneros del asturiano José Tomás Boves, quien sabedor del valor que Nevado poseía en los afectos del Libertador, en vez de ordenar su inmediata muerte, optó por mantenerlos con vida. Pensaban los jefes enemigos “que a través del perro iban a poder atrapar a Bolívar” [https://es.wikipedia.org/wiki/Mucuchíes]. La apremiante condición del Libertador tras la batalla de La Puerta y su posterior exilio en Cartagena y el Caribe hasta 1816, le separarían por varios años de su apreciada mascota andina. El reencuentro se daría hacia 1820 cuando Tinjacá y Nevado una vez más estarían al lado del Padre de la Patria, aunque la historia no recoge el lugar en que se toparon por segunda vez, en tiempos en que ambas fuerzas, patriotas y realistas, se disponían a entablar las negociaciones del Armisticio. En todo caso, hasta su último día Nevado habría de permanecer al lado del Libertador.

Adiós a Nevado

Tras la culminación de la Batalla de Carabobo el 24 de junio de 1824, y según tradición oral “(…) dos soldados se acercaron a Bolívar para comunicarle la noticia de que Tinjacá estaba mal herido, y también Nevado. Se cuenta que Bolívar lanzó su caballo al galope hasta el sitio en la llanura donde le habían señalado que se encontraban. Pero al llegar, Tinjacá miró al Libertador… y solo pudo decirle: “¡Ah! Mi General… ¡Nos han matado al perro!”. Bolívar vio a Nevado y quedó sin palabras. El historiador de Mérida, Tulio Febres Cordero, relata que en los ojos del Libertador brilló una gran lágrima de dolor” [https://es.wikipedia.org/wiki/Mucuchíes].

Misión Nevado

En el año 2008, durante la Presidencia del Comandante Hugo Chávez, un estudio sobre la raza canina Mucuchíes, indicaba que en el territorio nacional apenas quedaban algo más de cien especímenes de la misma; “Con esa realidad, el Comandante Hugo Chávez creó una fundación para su protección y más adelante una Misión (…) a la Misión Nevado se le asignó la tarea de preservación y promoción de la raza Mucuchíes, para garantizar la existencia de este patrimonio histórico y cultural. El plan incluye las áreas asistencial, infraestructura, científica, sociocultural, tecnológica y logística” [http://www.cavim.com.ve].

Sinóptico

1870

María Montessori

Este día nació en Chiaravalle (Italia) la médica y educadora cuyo método educativo se inscribe dentro de las primeras corrientes constructivistas del aprendizaje, desarrolladas en el curso de los últimos 120 años. La actividad e ideario de Montessori, su tesón y convicciones, abrieron espacio protagónico a la mujer en la modernización de sistemas educativos. Su lema principal y que ella colocaba en los labios del niño era “Déjenme hacerlo solo”, fomentando su maduración del conocimiento. Así, con prácticas que recuerdan tópicos socioculturales de Lev Vigotsky, de quien no pudo tener noticias, así como la psicología evolutiva de Jean Piaget, Montessori implantó en varios lugares de Italia su establecimiento La Casa dei Bambino, donde se procuraba el ambiente más grato para el proceso infantil de absorción del saber. Entre 1907 y 1913 Montessori escribió tres de sus libros fundamentales: La casa de los niños, El método de la pedagogía Montessori y Antropología pedagógica. María Montessori murió en Noordwijk (Países Bajos), a sus 82 años, en 1952.

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