Néstor Rivero Pérez

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El 13 de abril de 2002, en horas de la mañana, comenzó la rebelión cívico-militar en contra del golpe de Estado que con patrocinio de la embajada de EEUU, Fedecámaras, el alto clero, medios comunicacionales y oficiales del alto mando militar, alteró el orden constitucional de la República por 48 horas.

En Fuerte Tiuna

Varios fueron los lugares del país desde donde insurgió la llama del restablecimiento de la constitucionalidad el 13 de abril, y que tomaría la calle para hacer valer el principio de soberanía y voluntad popular que había reelegido a Hugo Chávez como Presidente de la República, en los primeros comicios postconstituyentes de 1999. Aunque bien pueden identificarse dos escenarios cruciales: Caracas y Maracay. En la capital de la República hubo dos puntos hacia donde se movilizó la población caraqueña: Las entradas de Fuerte Tiuna y el Palacio de Miraflores. En este último, la Guardia Presidencial -que en todo tiempo guardó lealtad al Comandante Chávez-, inició el 13 contacto con líderes chavistas de la calle. Del mismo modo sucedió en Fuerte Tiuna de parte de los generales bolivarianos Wilfredo Silva y Jorge Luis García Carneiro, para reconstituir el orden democrático. Así, en Caracas, las grandes movilizaciones del pueblo se orientaron hacia Miraflores y Fuerte Tiuna, en una inédita insurrección que junto al descuadre de muchos comandos de tropa, contrarios al golpe de Estado, forzaron a los golpistas a deponer su postura, aceptando el retorno de la legitimidad, y con ella, de Hugo Chávez Frías como Presidente Constitucional.

La Placera

La otra plaza donde se definirá el retorno de la constitucionalidad y regreso de Hugo Chávez el día 13 de abril, fue la capital del Estado Aragua. En Maracay, el centro de gravitación político-militar se trasladó a las instalaciones de La Placera, sector de San Jacinto, donde funciona la Brigada 42ª de Paracaidistas. La multitud patriótica procedente de barriadas de Maracay, Turmero y otras poblaciones aragüeñas, congregada en torno a dichas instalaciones y que reclamaba la devolución del Comandante Hugo Chávez como Presidente legítimo, afirmó los ánimos para la Operación “Rescate de la Dignidad Nacional. Diez años antes, dicha unidad estuvo jefaturada por el Comandante Chávez durante el levantamiento patriótico del 4-F.

Del 11 al 13-A

A partir del 12 de abril en la noche, se inició un ciclo de retoma de contactos por líderes y colectivos con oficiales de Caracas y Maracay especialmente, quienes rebasaron el primer ambiente de desconcierto, y difundidas el mismo 11, mediante las cuales se presentaba como “pistoleros y asesinos de Puente Llaguno” al grupo de valerosos militantes bolivarianos que arma en mano repelían los disparos dirigidos por funcionarios de la Policía Metropolitana, involucrada en el golpe -además de francotiradores orquestados al plan de golpe de Estado que disparaban desde hoteles céntricos de Caracas contra la marcha, y uniformados de la extinta PM, contra simpatizantes del Presidente Chávez, congregados en Puente de Llaguno. A este despertar contribuyó el rechazo a las medidas dictadas el día 12 de abril por el autojuramentado Pedro Carmona Estanga, cuando dejó sin efecto la Constitución de 1999, disolvió los legítimos poderes públicos y dio inicio a una cacería de líderes chavistas. De este modo al grito “¡Queremos a Chávez! ¡Queremos a Chávez!”, una multitud que se agigantaba hora tras hora ese 13 de abril de 2002, rodeó el Palacio de Miraflores y el Fuerte Tiuna, haciendo recapacitar a los generales golpistas, quienes ante la fractura de la oficialidad, temieron una reacción que les liquidase a ellos mismos.

Pueblo y cuartel

El regreso del orden constitucional y reposición de Hugo Chávez como mandatario, tiene como su primer fundamento la unidad entre civiles y militares identificados con el proyecto contemplado en la Constitución de 1999. Y tanto en cuarteles como en las barriadas y urbanizaciones del país -como recuerda el profesor Ángel Prieto Coronado-, el Comandante Chávez supo encender en gruesos sectores el significado de la herencia del Libertador Simón Bolívar, y el empeño justiciero del propio Chávez, quien tras asumir la primera magistratura en 1999, comenzó a reivindicar los ideales del Libertador, herencia profunda en la conciencia venezolana.

“…Torrenciales muchedumbres”

“(…) la intuición… revolucionaria del pueblo, nos llevó hasta las guarniciones militares en varios sitios del país, para probar, y vaya en qué momento, la unidad cívico-militar… y soberanía popular. La noche del 12, en la 42ª Brigada de Paracaidistas en Maracay y en Fuerte Tiuna, el pueblo pedía a gritos ‘liberen a Chávez, liberen a Chávez, liberen a Chávez’. Pasadas las 11:00 pm, Chávez fue sacado de Fuerte Tiuna y el sábado 13 de aquel abril inolvidable, explotó el poder comunal en torrenciales muchedumbres por todos los costados de la patria” [Agustín Prieto / http://www.aporrea.org].

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