Néstor Rivero Pérez

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El 3 de octubre de 1899 un Tribunal Arbitral  instalado en París (Francia), y cuyos miembros habían rechazado la presencia de Venezuela en sus sesiones, dictaminó que el Territorio Esequibo, con más de 159 mil kilómetros cuadrados, pertenecía a Inglaterra. Ese día se consumó uno de los despojos más ominosos por vía jurisdiccional contra un país periférico, de que se tenga conocimiento en las relaciones internacionales.

Exigencia infame

Se conoce como laudo el dictamen de un árbitro. Y a diferencia de la sentencia de un tribunal, que se sujeta a la ley y sus procedimientos, el laudo se somete a la voluntad del arbitrador. Inglaterra accedió ante EE. UU. a formar un tribunal arbitral de cinco personas para dar solución a la querella territorial con Venezuela, siempre que esta nación se hiciese representar por EE. UU., apuntando que no se sentarían a discutir la cuestión con ningún venezolano, y acordando que entre los cuatro integrantes designarían al Presidente del Tribunal.

Bocas del Orinoco

De este modo, los dos árbitros norteamericanos y los dos ingleses, nombraron al abogado ruso Frederick De Martens, presidente del organismo, y se abocaron a examinar el caso para dictar su fallo. De Martens manifestó su parcialidad en el litigio por la parte británica. Y los ingleses intimidaron a EE. UU. bajo la amenaza de que si la cuestión no se resolvía en la mesa, ellos tomarían todo el territorio hasta Upata y el Caroní. Así, Inglaterra, por un golpe de complicidades, expandió hacia el oeste el territorio de su colonia, la Guayana Inglesa, hasta la confluencia de los ríos Haiowa y Amacuro.

Oro del Yuruari

Mientras que para 1824 Inglaterra reconocía como su límite con la antigua Capitanía General de Venezuela -entonces integrada a la Gran Colombia-, el río Esequibo -y este lindero lo plasma el mapa de Agustín Codazzi de 1839-, a partir de 1840 Inglaterra inicia una política de corrimiento de la línea divisoria, al esgrimir la potencia europea el trabajo cartográfico de Robert Schomburgk, empleado del Ministerio de Exteriores Británico, y enviando colonos al lado oeste del río Esequibo. El corrimiento de la frontera, propósito claro de una potencia imperial, tenía un objetivo muy claro: Posesionarse de la región del Yuruari, donde desde 1740 se conocía la existencia de yacimientos con oro de 21 kilates.

Mallet Prevost

A sus 39 años, el abogado Severo Mallet-Prevost, abogado oriundo de México y de padre estadounidense, criado en Filadelfia -empero cuya madre era nativa de México- fue integrado a la representación de EE. UU. que debía defender ante los comisionados ingleses, el derecho de Venezuela sobre el territorio Esequibo. A dicha designación contribuyó el hecho de que Severo aprendió el castellano a la perfección, dedicándose por otra parte, al estudio detenido de la realidad latinoamericana. Y al constituirse el Tribunal Arbitral de París, este abogado quedó como secretario. De allí la propiedad con que expuso en su célebre escrito sobre el tema que centraba la actividad del Tribunal, fundamentando del modo más autorizado, la denuncia sobre el despojo de que se hizo víctima a Venezuela, como se sabe, discutiéndose sobre un territorio que formaba parte de Venezuela, y cuya titularidad se arrogaba Inglaterra, esta última potencia.

El Memorándum

Y así se refleja en el célebre texto conocido como Memorándum Mallet-Prevost, en el cual se lee “(…) el Presidente ruso del Tribunal -Frederick de Martens-, había acudido a los dos jueces norteamericanos para decirles que tanto él como los dos jueces británicos estaban ansiosos de que el Tribunal dictara un laudo unánime. Propuso como compromiso que el laudo fijase una línea fronteriza al este de la boca del Orinoco, la línea que fue en definitiva adoptada (…) Si los jueces americanos no la aceptaban [la línea], él votaría junto con los jueces británicos a favor de la línea reclamada por Gran Bretaña, la cual se convertiría así en la frontera, por voto mayoritario del Tribunal. Él (Mallet-Prevost) y el Juez Fuller estaban dispuestos a rechazar la propuesta. Sin embargo, el resultado por mayoría de votos… otorgaría a Gran Bretaña un territorio valioso del que Venezuela se vería privada” [Memorandum-Mallet-Prevost.-Testimonio-Otto-Schoenrich / pdf].

Sinóptico

1226

Murió San Francisco de Asís

Fue un santo que en propiedad merece ser reconocido como padre de la Ecología. Fundó una orden de estrictas prácticas mendicantes; murió en su natal Asís (Italia). Francisco estaba dotado de una sensible pluma, que se expresó en textos como el Cántico al Hermano Sol y Las Florecillas. Así, el 4 de octubre se celebra en templos de Caracas la Misa de los Animales; allí las mascotas y otros especímenes llevados por sus dueños y entre silbatos enjaulados y suaves ladridos de pequeños canes sostenidos con una soga, estos reciben el original bautizo de un párroco que convida a proteger los animales.

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