¡Urgente: 3.000 hits! Miguel Cabrera completó otro capítulo de una leyenda inigualable en el beisbol

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Es el único que, además de esa cifra de imparables, ha conectado 500 jonrones o más y lograr la triple corona de bateo. Foto Internet.

VEA / Juan Cermeño

Desde el 11 de mayo de 2021, cuando bateó dos hits contra Reales de Kansas City, Miguel Cabrera está convertido en el venezolano con más imparables en Grandes Ligas. En esa ocasión arribó a 2.878 para dejar atrás los 2.877 de Omar Vizquel. Ahora con 3.000 fijó otro hito en su brillante campaña.

Es el primer criollo en el club de los que han explotado esa cantidad de cohetes, el número 33 que arriba a esa cifra en toda la historia de la gran carpa, también pasó a formar parte de un grupo más selecto, el de aquellos que en ese total incluyen 500 o más cuadrangulares lo que, tomando en cuenta al aragüeño apenas han logrado siete peloteros y, además, es el único que a esas dos cantidades le agrega la conquista de la triple corona de bateo.

El imparable 3.000 del aragüeño se lo conectó este sábado 23 de abril, seis días después de cumplir 39 años de edad, al lanzador venezolano,Antonio Senzatela en su primer turno, en el primera presentación del partido en la caja de bateo, en el inning inicial del choque contra los Rockies de Colorado.

Miguel Cabrera, “Miggy” o “El Tigre Mayor”, como también se le conoce en el ambiente del beisbol, se unió a Hank Aaron que conectó 755 jonrones y totalizó 3.771 imparables, Alex Rodríguez (696 y3.115), Albert Pujols (663 y 3.237), Willie Mays (660 y 3.283), Rafael Palmeiro (569 y 3.020) y Eddie Murray (504 y 3.255), lo que dice mucho de la magnitud de lo conseguido por el pelotero venezolano.

Hace tiempo Cabrera ya estaba convertido en el venezolano de mejor desempeño en las Grandes Ligas y, en general, es uno los peloteros más sobresalientes en todas la historia de ese beisbol como lo demuestran sus logros, en once ocasiones ha sido seleccionado para el Juego de Estrellas: 2004, 2005, 2006, 2007, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015 y 2016, en dos oportunidades obtuvo el campeonato de jonrones de la Liga Americana (2008 y 2012), a  la que también encabezó par de veces en carreras impulsadas (2010 y 2012), obtuvo cuatro títulos de bateo en el nuevo circuito (2011, 2012, 2013 y 2015), Jugador Más Valioso del mismo (2012 y 2013), también logró el Premio Hank Aaron (2012 y 2013), que se otorga al mejor bateador de cada liga de acuerdo a la votación de aficionados y representantes de los medios de comunicación social, igualmente fue premiado con siete bates de plata (2005, 2006, 2010, 2012, 2013, 2015 y 2016).

Antes de firmar para el beisbol estadounidense con Marlins de Florida, el 2 de julio de 1999, con apenas 16 años de edad, ya mostraba destellos de la gran figura en que llegaría a convertirse: “Alto (1,92 m), delgado, rapidez en las manos, mucha fuerza, lanza con exactitud, el bate su mejor herramienta, un show, swing con fuerza y rapidez. Gran sentido del juego. Puede jugar SS (campocorto) y mover a 3B (tercera base) al tiempo”, escribió en su reporte Louie Elijaua, uno de los scouts que envió el equipo para evaluarlo antes de firmarlo para el beisbol de Grandes Ligas, después que Miguel Ángel García, cazatalentos de la organización para Latinoamérica, lo captara a través del personal que tenía destacado en la zona central del país.

Por su parte, Rolando Petit, ojeador que siguió las andanzas de Miguel Cabrera por los estadios de beisbol desde que tenía 13 años sostuvo que “Era un pelotero fácil de evaluar, tan especial que no podía falla”; mientras que García, quien observó por primera vez a Miguel cuando intervenía en la liga paralela con Tigres de Aragua expuso que le impresionó como ejercitaba su swing: “Siendo diestro empezó a batear del medio a la derecha y eso no es normal a esa edad. A veces hay que recordárselo a los profesionales. Y él lo hacía a los 14”, señaló en una entrevista publicada por triangulodeportivo.com.

En ese sentido Cabrera en una ocasión sostuvo que “Mi tío David me enseñó a batear la bola al right field, eso es lo que me ha mantenido arriba”. Fue su primer entrenador, desde que apenas tenía cuatro años de edad, el hermano de su madre había jugado en las ligas menores de Estados Unidos y en el circuito profesional de Venezuela. Muchos consideran que una de las principales cualidades del pelotero maracayero es la naturalidad de su juego, al fildear o batear, quizás a eso contribuyó el hecho de que su casa colindaba con un estadio que lleva el nombre de su tío David Torres, separado el hogar de la instalación deportiva por una pared que con frecuencia Cabrera saltaba para ingresar por encima del techo del dogout de la primera  base, así que el estadio era como una extensión de su casa.

Inicio de la cuenta a la fama

La carrera de Cabrera en el beisbol confirma el acierto del reporte del cazatalentos, Louie Elijaua, especialmente en aquello de que “el bate su mejor herramienta, un show, swing con fuerza y rapidez”.

Debutó en las Grandes Ligas el 20 de junio de 2003, apenas contaba con 20 años, dos meses y dos días de edad (nació el 18 de abril de 1983), contra Rayas de Tampa. En su primer turno recibió ponche y también falló en los tres siguientes, pero el juego se extendió a once innings (igualado 1-1) y en su quinta aparición conectó su primer imparable, contra el experimentado lanzador Al Levine, un cuadrangular de dos carreras para el triunfo de Marlins, así comenzó la cuenta que ahora va por 3.000 imparables.

Esa primera temporada, en la que comenzó a intervenir cuando ya llevaba tres meses de acción, jugó en 87 partidos y conectó 84 imparables, mientras que en la siguiente (2004) totalizó 177 incogibles, tomando parte en 160 encuentros, ratificando su capacidad de concentración y madurez al momento de presentarse a tomar turno.

Apenas en su tercera temporada (2005) logró su segunda mejor cifra de imparables en un año, 198, y en la tres siguientes campañas agregó 195 (2006), 188 (2007), 180 (2008) y nuevamente elevó los números a 198 (2009), segunda ocasión que ha logrado ese total.

La producción ofensiva del toletero aragüeño mantuvo su ritmo en 2010, cuando golpeó 180 incogibles, que aumentó en la temporada siguiente con 197, preámbulo de la de 2012 en la que consiguió su tope de hits en una campaña, 205, año en el que también logró la triple corona de bateo con 44 jonrones, 139 carreras impulsadas y .330 de average, una hazaña que nadie concretaba en las Grandes Ligas desde 1.967, sin dudas la mejor temporada del criollo. En 2013 estuvo cerca de los dos centenares de cohetes con 193 y la siguiente explotó 191.

No obstante, el jugador empezaba a ser víctima de las lesiones, especialmente en rodillas y espalda, lo que también se reflejó en su producción ofensiva con 145 imparables en la temporada de 2015, subiendo a 188 en 2016. Desde entonces ha bajado considerablemente con 117 (2017), 40 (2018), 139 (2019), 51 (2020) y 121 (2021), en esta dos además de las lesiones también actuó contra Cabrera la pandemia y cuarentena por covid-19, ya que los calendarios de juego fueron reducidos y eso le restó posibilidades de arribar a los tres mil con anterioridad.

El próximo año será el último del contrato del venezolano con Tigres de Detroit, ya ha dejado ver que con el mismo cerrará su carrera como jugador, aunque tiene opciones para continuar con ese equipo, pero según ha manifestado en los años más recientes ha tenido que jugar con dolor por sus lesiones.

Conseguidos los 3.000 hits su siguiente meta será el Salón de la Fama, hacia el que no se avizoran obstáculos.

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