Venezuela consolida su industria petrolera en un escenario marcado por la agresión multiforme

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La estatal petrolera cerró con ingresos de 6.230 millones de dólares, ya en noviembre de 2023 se había alcanzado un incremento de 11% de la producción de crudo. Foto Prensa Presidencial

VEA / Prensa Presidencial

Desde finales del año 2014, Venezuela es objeto de una inusitada agresión que, a través de medidas correctivas unilaterales, ha agravado significativamente la situación económica y, por ende, ocasionado severos daños a la población con la intención de propiciar un cambio de régimen.

Definidas por el presidente de la República, Nicolás Maduro, como un esquema de «genocidio económico», las ilegales sanciones –impuestas por el gobierno de Estados Unidos- han estado dirigidas, entre otras, a la industria petrolera como un método para «sacar a Venezuela del circuito económico del mundo», donde ocupa un papel protagónico en la «ecuación energética» al consolidarse como una potencia mundial por sus reservas probadas en petróleo y gas.

Las ilegales sanciones perseguían cerrar las fuentes de financiamiento de la economía nacional, para ello se concentró en dos áreas clave: limitar el ingreso de recursos externos, bloquear la deuda soberana al impedir negociarla en mercados financieros; y desplomar la producción petrolera, cerrando así la fuente nacional de ingreso de divisas.

En 2015, cuando surgen indicios de guerra económica y bloqueo internacional, la producción petrolera cayó 87% a raíz de la escasez de financiamiento y el cierre «de las puertas de todos los equipos petroleros», fundamentalmente en materia de partes y piezas necesarias para el mantenimiento de la maquinaria.

En este sentido, su nivel más bajo se ubicó en 339.000 barriles diarios en junio de 2020 frente a los 2,5 millones de barriles diarios generados en enero de 2015, de acuerdo con datos presentados en el Mensaje Anual a la Nación, correspondiente al año 2023.

La producción petrolera también registró descenso. Hasta 2022, Venezuela dejó de generar 3.993 millones de barriles, lo que se tradujo en una pérdida de 323.000 millones de dólares.

«Nada más en los mísiles que cayeron en la industria petrolera, dejaron de ingresar al país 323.000 millones de dólares, esto a veces poco lo explicamos al país (…) Hay que hacer un esfuerzo superior para que toda Venezuela tenga conciencia de lo que hemos pasado cuando nos caían bombas al lado y se abrían boquetes. Un genocidio económico se ha cometido contra Venezuela», aseveró el Jefe de Estado.

Estas medidas extorsivas, por tanto transgreden las normas internacionales, derivaron en la inclusión de 39 buques nacionales y 30 buques internacionales relacionados con el sector energético en el listado de activos sancionados por Washington, refieren cifras del documento Los números del bloqueo 2014-2023, elaborado por el Observatorio Venezolano Antibloqueo.

De esta manera, Venezuela se sitúa como el cuarto país con más buques sancionados con 69, detrás de Rusia que suma 88.

En el período 2015-2022, Venezuela se convirtió en el sexto país con más organismos públicos y empresas privadas sancionadas, considerando que además de la industria petrolera, sus filiales y activos, el sistema financiero público (Banco Central de Venezuela, Banco de Venezuela y Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, por mencionar algunos) también ha sido sancionado.

A septiembre de 2022, medidas coercitivas unilaterales pesaban sobre 154 entidades y empresas venezolanas.

En términos de descenso del PIB, las pérdidas del sector público y privado ascendían a 642.000 millones de dólares, en el período comprendido entre 2015 y 2022.

Los datos corresponden al valor de producción no realizada, es decir, productos no fabricados, ventas no concretadas, servicios no prestados y salarios no cancelados, producto del impacto de las ilegales sanciones sobre la economía nacional.

Precisamente, sobre la gravedad de las medidas coercitivas unilaterales, en febrero de 2021, la relatora especial de la Organización de Naciones Unidas, Alena Douhan, afirmó que «constituyen una violación al Derecho Internacional», así como al principio de igualdad soberana de los Estados.

«El efecto devastador de las sanciones impuestas se multiplica por la extraterritorialidad y el sobrecumplimiento que afectan negativamente a los sectores públicos y privados, a los ciudadanos venezolanos, a las organizaciones no gubernamentales y a las empresas de terceros países», puntualizó en el contexto de sus conclusiones preliminares sobre el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos, de fecha 12 de febrero de 2021.

Particularmente, la falta de maquinaria, repuestos, combustible, alimentos y medicinas, sumado a la migración de personal calificado a causa de la asfixia económica a la que está sometida venezolana, tiene «un impacto enorme en todas las categorías de derechos humanos, incluidos los derechos a la vida, a la alimentación, a la salud y al desarrollo».

No obstante, aún en un escenario de guerra híbrida, no solo la industria petrolera, sino la economía general de Venezuela presenta resultados auspiciosos de cara a los nuevos tiempos.

«A la acción de agresión multiforme de Estados Unidos, debemos responder con una acción estratégica flexible, de defensa y contraataque que evite que el bloqueo siga haciendo daño a nuestra Patria (…) Debemos responder con audacia y creatividad, adaptando, flexibilizando nuestro marco jurídico y administrativo, adaptándonos a las amenazas sancionatorias, a complejas y cambiantes circunstancias», enfatizó el presidente de la República, Nicolás Maduro.

Una expresión concreta de la recuperación sostenida de la economía nacional es el crecimiento superior al 5% del PIB en el año 2023, siendo el mayor de América Latina y el Caribe.

En el período 2023, la actividad petrolera aumentó 12,99% en el tercer trimestre, gracias al incremento del 14,60% de la extracción de petróleo crudo y gas natural, lo que generó un aumento de exportaciones petroleras de 60,46%.

«Nuestra industria Petróleos de Venezuela, aún bloqueada, demostró la fortaleza de sus capacidades internas que conllevaron a superar las adversidades creadas por el bloqueo ilegítimo», recalcó el 15 de enero ante la Asamblea Nacional (AN).

La estatal petrolera cerró con ingresos de 6.230 millones de dólares, ya en noviembre de 2023 se había alcanzado un incremento de 11% de la producción de crudo.

Actualmente, la producción de petróleo de Venezuela está por encima de los 900 mil barriles y las proyecciones apuntan a que superará los 1,2 millones de barriles diario este 2024, de acuerdo con cifras difundidas por el ministro del Poder Popular para el Petróleo, Pedro Tellechea.

De esta manera, representaría un incremento del 52,2% respecto al año 2023, cuando promedió 783 mil barriles de petróleo diarios.

Dadas la demanda de hidrocarburos derivada del crecimiento económico, este año la meta apunta al incremento de la producción petrolera, así como al reimpulso de las relaciones entre Petróleos de Venezuela (PDVSA) y empresas del mercado internacional, en esta última ya existen avances concretos con la española Repsol; la francesa Maurel & Prom; y National Gas Company (NGC) de Trinidad y Tobago.

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