Ese día se proclamó, no se firmó.

Néstor Rivero Pérez

Un día como hoy, 5 de julio de 1811, el primer Congreso de Venezuela, el cual se había instalado el 2 de marzo de ese año, aprobó la Declaratoria de Independencia de Venezuela. El magno suceso tuvo lugar en la Capilla de Santa Rosa (ubicada en el actual Palacio Municipal, esquina de Las Monjas, Caracas).

De Capitanía a República
De este modo la antigua Capitanía General adquirió el carácter jurídico de República de Venezuela, sirviendo de guía al resto de los países suramericanos en su destino político, al romper el nexo que le ataba como colonia a la Península Ibérica, si bien ya Haití se había proclamado República al separarse de Francia y abolir la esclavitud desde 1804.

Barras y decisión
La decisión de ese 5 de julio fue estimulada principalmente por la Sociedad Patriótica, cuerpo de agitación política republicana, que sesionaba en la actual esquina de Sociedad, y que realizaba campañas periodísticas y de tertulia acompañadas con movilizaciones de calle. Las barras del Congreso continuamente se veían ocupadas por jóvenes que voceaban a favor de la declaratoria de independencia. Resultó crucial la jornada de la Sociedad Patriótica del 3 de julio de 1811, donde intervino Simón Bolívar.

El gran personaje
Entre Isidoro López Méndez, Martín Tovar Ponte, Francisco Rodríguez del Toro (el Marqués) y Juan Germán Roscio y otros diputados comprometidos con la voluntad liberadora, brillaba como principal patrocinante Sebastián Francisco de Miranda, motor de la Sociedad Patriótica y cuyo historial como Precursor y perseguido de las autoridades españolas se hacía sentir en las sesiones del Congreso.

Miranda en la jornada
El fraile e historiador Juan Antonio de Navarrete, testigo de los acontecimientos, describe la escena de ese 5 de julio en la Plaza Mayor de Caracas y que tuvo por centro a Francisco de Miranda: “En el mismo sitio donde el verdugo quemó y pisó su retrato, tremoló (Miranda) la bandera”. A Miranda se le comisionó junto a Lino de Clemente la misma tarde del 5, para proponer la bandera definitiva de Venezuela. Así, el Precursor resultó el gran vencedor de la jornada. Fueron sus argumentos los que orientaron la discusión: La independencia es un problema de orden público, era una necesidad internacional, no causaría trastorno social, y el país estaba preparado para ella.

El acta
El acta de la declaración, fue redactada con intervención protagónica de Juan Germán Roscio. En lenguaje que expresa erudición y doctrina iluminista, y pese a guardar silencio respecto a la institución de la esclavitud, el acta recoge principios de tolerancia y el anhelo de felicidad. “…No queremos establecer nuestra felicidad sobre la desgracia de nuestros semejantes, miramos y declaramos como compañeros de nuestra suerte, y partícipes de nuestra felicidad, a los que, unidos con nosotros por vínculos de sangre, lengua y religión, han sufrido los mismos males”.

Territorio y habitantes
Ese día, un diputado proindependentista expresaba algunas dudas acerca de la escasez de población de Venezuela para declarar su independencia, contrastando el caso con EEUU. “Miranda contestó: ‘El país [EEUU] mostraba una superficie dos veces la nuestra’…”. Respecto al riesgo de las migraciones dijo Miranda: “En Francia solo emigraron los nobles (…) Nosotros no tendremos sino emigración de algunos españoles” (Sesión del día 5 de julio de 1811 / Tomás Polanco Alcántara, Miranda, 2004).

Sinópticos
1522
Murió Antonio de Nebrija

Nebrija fue autor de la primera Gramática Castellana conocida, la cual contribuyó a la expansión del castellano en el marco de la conquista de América y las Filipinas. Oriundo de Alcalá de Henares, Nebrija dedicará a su terruño natal el poema “Salve, parva domus”. Voraz lector desde su infancia, Nebrija confesará años después que le dominaba el deseo de “aprender nuevas cosas de los grandes maestros del Humanismo, cuya fuente era a la sazón Italia, e… introducir nuevos métodos en las universidades españolas, sobre todo en la enseñanza del latín, cuyos ‘autores estaban ya, muchos siglos había, desterrados de España” (https://www.nebrija.com). En 1481, al tiempo que enseñaba en Salamanca, dio a la publicidad su primera obra Introductiones Latinae, donde expone su apreciación para la reforma del latín, en querella con lo que él estimaba la entronización de la barbarie en el habla de la Península. Once años después dará a conocer la Gramática de la lengua castellana. Habiendo entrado en polémica con casi todos sus colegas de Gramática en la universidad, por las carencias de estos en los temas sobre los cuales disertaban, Nebrija se vio aislado en los círculos académicos, trasladándose en 1514 a la Universidad de Henares como catedrático de Retórica. Cabe indicar que la Gramática Castellana fue publicada en 1492, el mismo año en que los Reyes Católicos expulsan a los moros de España e inician la expansión colonial de la Corona con los viajes de Cristóbal Colón, imponiéndose el castellano como lengua en las poblaciones sometidas.

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