VEA/ Irving Guanipa Ojeda

Cada cuatro años los ojos se proyectan sobre un mismo escenario donde se realizarán los Juegos Olímpicos, ninguna otra actividad genera tanto interés en el mundo como la Fiesta del Deporte Universal, ya que representan el verdadero símbolo de unidad, paz y esperanza, no solo en los atletas sino los millones de seguidores de las competencias deportivas preferidas.

Desde el mismo comienzo del paso del hombre sobre la tierra, en tiempos inmemoriales, las competencias deportivas marcaron un hito imborrable para todas las sociedades sin importar las tendencias políticas, religiosas, sociales o de cualquier índole. El espíritu deportivo ha prevalecido por siglos y es el factor fundamental para su presencia en la actualidad.   

«El olimpismo es una filosofía de vida que exalta y combina, en un conjunto armónico, las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu. Al asociar el deporte con la cultura y la educación, el olimpismo se propone crear un estilo de vida basado en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo, la responsabilidad social y el respeto por los principios éticos fundamentales universales», según reza el primer artículo de la Carta Olímpica.

Sin embargo en los últimos tiempos ese espíritu se ha visto manchado por diferentes circunstancias que los han oscurecido como algunos hechos en París 2024, en los que aspectos realmente significativos se han convertido en inesperados incidentes y generado el asombro del mundo entero.

En París los asistentes a los escenarios han sido testigos inertes como abucheos a los himnos nacionales de más de un país, como acaba de ocurrir en el encuentro entre los seleccionados de fútbol de Argentina y Marruecos,  en el que estos últimos no solo abuchearon el sagrado himno nacional de los argentinos sino que  después lanzó objetos a la cancha, después de un polémico resultado a favor de los marroquíes 2-1, sobre los monarcas mundiales de la actualidad. Finalmente el encuentro entre Francia y Argentina culminó en soberana reyerta tras la derrota y eliminación de la tropa «gaucha». 

Tras los incidentes sobre el terreno de juego, ante polémicas decisiones arbitrales o posibles agresiones entre los participantes de cualquier encuentro de conjunto, no solo se expone la vida de los atletas sino la de los mismos asistentes. 

En París 2024  los ejemplos se han hecho verdaderamente continuos y han manchado con mucho énfasis el espíritu deportivo; los valores fundamentales de la sociedad se han puesto en entredicho. 

Si bien es cierto que no se como aquellos de Múnich 1972, en el que se produjeron hechos sangrientos y causaron muerte de atletas  y con ellos habían buscado dejar atrás los realizados en suelo alemán en 1936, en la era de Adolfo Hitler, también es el hecho de que la política imperial se ha visto presente con objetivos indeseados.  

La posición del COI debe ajustarse a la realidad

Como ente rector del deporten olímpico el COI debe mantener la pulcritud en sus decisiones, sin parcialidades de ninguna especie ni aceptar presiones de ningún tipo, sin ser víctima de presiones de los países poderosos en detrimento de los que son menos favorecidos económicamente, a fin de darle la debida ubicación a los atletas, que a la larga son los más afectados en decisiones, como las de favorecer a Israel sobre Palestina, o la de Estados Unidos sobre Rusia, por solo poner dos ejemplos. 

En tal sentido Venezuela acaba de ser víctima de decisiones arbitrarias de voceros de los organizadores de los Juegos Olímpicos de París y del mismo organismo rector del deporte olímpico, ya que los primeros afectados fueron los boxeadores Omailyn Alcalá y Jesús Cova, quienes fueron impedidos arbitrariamente de llevar en el pecho de sus uniformes la bandera de Venezuela, también ocurrió con la corredora de aliento Joselyn Brea y con el pedalista Orluis Aular. Las presiones políticas se han visto reflejadas en la magna justa por simples caprichos de los más poderosos.

La pulcritud debe prevalecer en los Juegos, por cuanto hay casos de atletas transgéneros que participan y no son acusados ni siquiera amonestados, ya que los hombres que se identifican como transexuales y como mujeres tienen ventajas sobre las mujeres en términos de fuerza y resistencia, a pesar de la terapia hormonal para hacer que sus cuerpos se parezcan al sexo femenino. Esto se debe a que los hombres tienen por naturaleza un mayor volumen cardíaco y pulmonar, más masa muscular y un porcentaje de grasa corporal más bajo.

Comercialización indiscriminada

Para nadie es un secreto que la comercialización de los Juegos Olímpicos se ha hecho prácticamente indetenible de allí que cada cuatro años haya una seria disputa para montarlos; ya se conoce que los próximos serán montados en determinada nación y así los siguientes y posteriores. En este negocio realmente multimillonario los intereses económicos están muy por encima de los valores deportivos, de allí que las decisiones parecieran ser abismalmente alejadas de la realidad del hecho deportivo.  

error: Este contenido está protegido !!