Buscan acercamiento con cantantes de reguetón y trap: Debemos escucharnos, dice Ernesto Villegas

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

El reguetón y el trap, géneros musicales controvertidos y que causan disgusto en un sector de la sociedad, por la mayoría de sus letras con contenidos explícitos sobre sexo, degradación de la mujer y machismo, es altamente consumido por jóvenes y un grueso de la población. Esta realidad no escapa al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, que está buscando enlaces con jóvenes que forman parte de esta movida cultural,  «para escucharlos y para que escuchen nuestras críticas y nuestras preguntas, y para que ellos también formulen su crítica y sus preguntas sobre las políticas culturales». 

La información la dio a conocer el titular de la cartera de Cultura, Ernesto Villegas, en entrevista que concedió a finales de octubre a Diario VEA, en donde destacó que para ello están estableciendo enlaces con la secretaria de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (JPSUV), Grecia Colmenares.

Villegas comentó que no se puede rechazar ni negar estos géneros sin conocerlos mejor, porque son «una realidad. Hay que tratar de aproximarse. Vamos a aproximarnos a ese mundo. Estoy buscando enlaces con los muchachos que hacen vida en ese mundo, para encontrarnos, reunirnos, para escucharlos, para que escuchen nuestras críticas y nuestras preguntas, y para que ellos también formulen sus críticas y sus preguntas sobre las políticas culturales. Eso se parece un poco a los católicos que se convierten a la iglesia evangélica; seguramente algo está dejando de hacer la Iglesia Católica para que la gente busque creer en otra cosa».

Agregó que «hay que ver qué estamos dejando de hacer nosotros» para que esa música «se haya extendido de tal manera, que no haya identificación con otras cosas, con alternativas».

Camino a una visita a Las Tejerías, estado Aragua, previa conversación en la Casona Cultural Aquiles Nazoa, indicó que con el diálogo con ese sector se «pueda modificar un poco o mucho, no sabemos, lo que a uno le horroriza, que es el machismo, la cosificación de la mujer, esas cosas, el incentivo al consumo de las drogas, la inversión de los valores, los antivalores».

-Incluso en algunas actividades vinculadas a la Revolución se ven presentaciones con este tipo de música y hay quienes lo critican…
-No sé si con las actividades del partido. Sé que hay un tema con las redes sociales, que tienen una trampa cultural, que entonces la música también tiene tendencia. Para que un contenido tuyo se pueda hacer viral, tienes que usar esa música que está en tendencia, y esa música es una música alienada, comercial, con unos determinados valores; de pronto hay quienes colocan esa música para lograr viralidad en su propio contenido. Ese es un entrapamiento en el que estamos. De pronto si pones otra música no tienes llegada. Es una culebra que se muerde la cola, esa, de las redes, pero es una realidad. Tienes millones pegados a un teléfono, millones de chamos pegados a un teléfono, recibiendo contenido de una sola perspectiva.

–¿Qué está haciendo el ministerio en materia de redes?  

-Nosotros, por ejemplo, tuvimos la iniciativa de crear el canal Cultura Venezuela, que es el primer canal completamente dedicado a la cultura venezolana y a su dinámica en diversas disciplinas; entonces, es un sitio donde puedes echarle una mirada diversa a la cultura venezolana. Porsupuesto, está naciendo, es humilde todavía, pero es un paso y creando tu propia plataforma de contenido. Es un lugar donde músicos, pintores, artesanos dramaturgos, pueden colocar sus contenidos. Por ejemplo, tenemos embajadas de Venezuela que utilizan esa herramienta para sus páginas web, y embajadas de países extranjeros en Venezuela que también lo utilizan, de modo pues que con pasitos así pequeñitos, se va abriendo espacio. El que quiera ver algo de la cultura venezolana se mete ahí, canal CulturaVenezuela.com. Falta mucho, pero algún día había que comenzar.       

-¿Es muy temprano para ofrecer un balance de las actividades del Ministerio?
-Yo te digo que depende. Me doy por satisfecho, nada más con una que hicimos hace poquito, que fue la inauguración de la exposición que se llama «Arte y Reparación: Una cita con el Congo». Feliz, que una muestra africana que estuvo guardada en las bóvedas del Museo de Ciencias Naturales, ahora se haya expuesto en el Museo de Bellas Artes como merecía estarlo. Eso es una actividad descolonizadora, que a mí por lo menos me hace sentir supremamente feliz. Si alguien en el futuro, se acuerda de mí en este paso que estuve por este Ministerio, se acuerde por eso nada más, ya me bastaría.

-¿Por qué específicamente esa obra?

-Oye, porque es colocar en su sitio una parte de nuestras raíces, que las teníamos, digamos, maltratadas. Nosotros, por efecto del colonialismo, que es consciente o inconsciente, maltratamos nuestras raíces, cuando hablamos mal del indio, cuando decimos: «Estoy tirando flechas», cuando decimos: «Nos están negreando», todo eso es un maltrato a nuestras raíces. Cada vez que nosotros reivindicamos nuestra raíz, le estamos dando autoestima a nuestro pueblo, estamos haciendo justicia histórica, justicia cultural, y eso es, digamos, poderoso.

–¿Tienen alguna estadística de cuántos recursos han logrado recaudar para el Fondo de Protección al Trabajador Cultural en el marco de los conciertos de artistas internacionales que se han estado presentando en el país?

-Los que aportan no son los artistas, sino las productoras de espectáculos públicos. En este preciso instante estoy saliendo de una reunión donde pasamos revista a las estimaciones preliminares de lo que esta productoras deberían estar aportando al Fondo. No estoy en condición en este momento de dar esas cifras, pero sí reitero la obligación legal de que las empresas privadas que traigan artistas extranjeros para participar en espectáculos con cobro de entrada, pues tienen esa obligación legal de aportar al Fondo. Y no es un Fondo que sea para atender otras cosas que no sean las necesidades de los artistas venezolanos que demandan atención social y el financiamiento de proyectos culturales de artistas venezolanos, que tanta falta hacen.

-Arrancó la Navidad. ¿Cuáles van a ser las actividades macro del Ministerio de la Cultura para estas Navidades? ¿Qué agenda tienen preparada? 

-La verdad es que nos sumamos al inicio de la Navidad que dispuso el presidente Nicolás Maduro Moros, y estamos en esta ocasión creando un mecanismo de apoyo a los artistas venezolanos para promover su contratación en espectáculos públicos y privados; es decir, estamos invitando a los artistas venezolanos que así lo deseen, a grabar con nosotros mensajes; que ofrezcan sus servicios para la animación de fiestas, presentación en un concierto, para distintas actividades públicas, y también estamos ofreciendo el mismo servicio absolutamente gratuito a los artesanos venezolanos, especialmente a los jugueteros, para que promocionen sus productos tanto al detal como para las ventas o las compras de instituciones públicas y privadas, porque en Venezuela hay bastante talento y producción nacional, que puede servir para regalos corporativos y para los niños y niñas que merecen un juguete esta Navidad.

–Usted estuvo en septiembre en la conferencia de la Unesco y ahí propuso crear mecanismos de protección cultural ante las medidas coercitivas, ¿Cuál fue la respuesta del organismo?, ¿cómo puede Venezuela impulsar esta iniciativa y cómo sigue el bloqueo afectando a la cultura?

-Quedó en las actas de esa sesión plenaria, el planteamiento de Venezuela, y eso es muy importante; esta es una conferencia que se ha realizado apenas dos años en toda la historia, hace 40 años en México, en el año ’82 y ahora en 2022, en el mismo México. Este planteamiento venezolano fue formulado en distintas instancias y en la última, que es la plenaria. En algún momento la Unesco tendrá que encarar este fenómeno, porque así como en el año ’54 elaboró una convención para la protección del patrimonio cultural en caso de conflicto armado, pues se está haciendo cada vez más cotidiano el uso de las medidas coercitivas unilaterales como arma de guerra, y sus efectos en la cultura son cada vez más evidentes. En el caso venezolano, las heridas están (…) Las dificultades que ha confrontado el pueblo venezolano, las han confrontado sus artistas, sus cultores y sus creadores; la dificultad que ha tenido el Estado venezolano para comercializar su petróleo, por ejemplo, afecta la capacidad para cumplir absolutamente con todas las necesidades que el ámbito cultural demanda; sin embargo, los artistas, los cultores, los creadores, también han mostrado una capacidad impresionante de reinvención y de adaptación con éxito a circunstancias adversas.

–¿Sigue afectando el bloqueo, a pesar de que debido a la mediática, mucha gente siga pensando que no existe el bloqueo porque vienen artistas, y piensan que el país está lleno de dólares? 
-Que tú puedas, por ejemplo, celebrar tu cumpleaños, no quiere decir que tengas absolutamente satisfechas todas las necesidades que durante el año se te presentan. Lo que sí hay es un salto cualitativo en la apreciación de la realidad y del futuro. Venimos de un momento en que la gente estaba sumamente golpeada en su ánimo, en su expectativa; entonces, este despertar en las subjetividades ayuda también a hacer realidad la recuperación en aquellos ámbitos donde todavía no se ha sentido plenamente.  

–La cultura es esperanza, es paz, es amor. ¿Qué mensaje le da al pueblo venezolano en esta época?
-No puedo hacer otra cosa que felicitar al pueblo venezolano, sin caer en el chovinismo; quizás a cualquier otro pueblo lo hubiesen ya obligado a rendirse, en cambio el venezolano no se da por rendido y es una cosa impresionante; por eso tiene derecho el pueblo venezolano a celebrar sus Navidades, a darse un respiro de alegría, de felicidad, de celebración. Eso no quiere decir abandonar la lucha y que no persistan heridas, que no persistan dolores. El Libertador Simón Bolívar, en las circunstancias más difíciles siempre encontró tiempo para echar un pie, para echar un baile; era un gran bailador y hasta poeta, porque escribió Mi delirio sobre el Chimborazo hace 200 años. Entonces, sin la cultura no hay vida, sin ese componente subjetivo que acompaña al ser humano, incluso la vida no tendría sentido.