Luis Roa

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Cabo Verde es un pequeño país situado en la parte occidental del continente africano, conformado por un territorio que lo comprende, 13 islas e islotes, que albergan a 550.000 habitantes. La sal es el único mineral que tiene y solo le alcanza para su subsistencia y el turismo, que venía presentando un repunte; pero últimamente ha venido cayendo paulatinamente. Un país de muchas limitaciones y, además gobernado por una elite venal sin escrúpulos, salpicado por el narcotráfico y la corrupción; es la que pretende entregarle al diplomático venezolano Alex Saab a los gringos. Su secuestro le ha caído como anillo al dedo para estos crápulas, que jamás habían sido tomados en cuenta por el imperio más grande del mundo; hoy caen de rodillas ante sus imposiciones, de quienes han recibido dinero, y la promesa de construcción de costosas infraestructuras, prerrogativas, etc; con el compromiso de permitir la extradición a su país a Alex Saab; cuyo delito es servir de puente ante varios países y de esta forma salir del cerco económico y financiero, que mediante el bloqueo y las criminales sanciones el gobierno de los EE.UU. pretenden ahogarnos.

Para los EE.UU. no existen las leyes, ni los tratados, ni los organismos internacionales, para hacer los que le venga en gana; de esto existe todo un historial. De concretarse la extradición se crearía un precedente negativo de inmensas repercusiones en el derecho y las relaciones internacionales. Cabe destacar que el acusado es un diplomático, que goza de inmunidad; aparte que se está valiendo de un tercer país para cometer la felonía. Lo más deleznable es que no existen elementos de juicio, para ser secuestrado, violarle sus derechos humanos y en donde su arribo a ese país lo hizo en forma circunstancial, a través de un vuelo, por allá en junio del 2020, al quedar sin gasolina el avión en que viajaba, fue confundido para el momento de la captura; sin saber de quién se trataba. Luego se da su arresto sin que mediara una notificación de interpol. Como debe ser un procedimiento de esta naturaleza.

Con su detención y con lo que le pretenden hacer se le está violando el tratado de la Convención de Viena. Que establece en forma tácita, que cualquier controversia relativa a los tratados deben resolverse por medios pacíficos y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional. Con su secuestro se le está pisoteando el más mínimo respiro legal que le asiste. El Comité de los Derechos Humanos de la ONU como garante en mantener la justicia y el respeto a las obligaciones emanados de los tratados, salió en su defensa, que Cabo Verde debía abstenerse de extraditar a EE.UU. a Saab; luego salió un Tribunal de esos que se arrodillan ante cualquier postura imperial, diciendo que el país africano no está obligado a cumplir esa solicitud de la ONU. No crean que la situación interna en ese país es fácil, ha despertado dentro de la ciudadanía una ola de protestas condenando esa feroz arremetida, inédita en la historia de ese país. Otro organismo que emitió su opinión fue la Cedeao; un Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica Estadal de África Occidental, del cual Cabo Verde es firmante (1991), junto a 15 países, rompió el silencio y salió a emitir su sentir, actuando como supranacional, en el sentido que emite un pronunciamiento a percatarse que Cabo Verde como Estado no responde ante la violación de los derechos humanos que recae sobre el secuestrado; ordenando su no extradición a EE.UU.; sino su liberación inmediata por arbitraria e ilegal y le concedió el pago de 200.000$ por la violación de los DDHH en Cabo Verde. No han cumplido con nada. Todo esto en el marco de ilegalidad; que se mueve su secuestro, al no estar contemplado como delito dentro de su constitución y sus leyes. Al menos la defensa le ha facilitado el traslado a una clínica donde le han tratado viejas dolencias y un cáncer que lo acosa.

En todas estas el Departamento de Justicia de EE.UU. no da el brazo a torcer en continuar presionando al Tribunal Constitucional de Cabo Verde, para que no aplique sus instrumentos legales, en medio del pantanal que se mueve los órganos de justicia y en el mismo gobierno existen algunas voces disonantes que se resisten a que allí se cometa alguna injusticia. Los “ofrecimientos” monetarios del Departamento de Estado gringo siguen en pie. Hasta una cuantiosa suma de 400 millones de dólares para construir un complejo infraestructural para los embajadores.

Si EE.UU. actúa como gendarme del mundo, invadiendo países, aplicando bloqueos y sanciones, quitando y poniendo presidentes. Nos haremos la siguiente pregunta: ¿Para qué diablos existen los tratados, los convenios y los organismos internacionales si son letra muerta por la primera y poderosa potencia del mundo? Para nada. ¿Entonces para que existen? Nos atreveríamos a decir. Debería ser eliminado y sustituido por organismos similares donde converjan todos los países a que diera lugar, sin exclusiones, ni limitaciones de ningún tipo y donde sus decisiones se respeten.

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