Néstor Rivero Pérez

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El 30 de octubre de 1892 nació en la región de Calabria (Italia) Ángelo Siciliano, quien tras migrar a EEUU e iniciarse en el fisiculturismo, alcanzaría celebridad mundial con su nuevo nombre de Charles Atlas, y a quien durante el siglo XX se le tuvo como poseedor del “cuerpo perfecto”, en términos de musculatura y agilidad deportiva.

Burlas y alfeñiques

Habiendo arribado a sus ocho años a la zona neoyorquina de Brooklyn (EEUU) con sus padres, Ángelo se vio forzado a trabajar de pequeño para aliviar los requerimientos de un hogar de escasos recursos. Y la palpable debilidad de su contextura física que rayaba en lo anormal, le presentaba como especie de enfermizo, haciéndole en ocasiones objeto de burla y atropellos físicos por otros chicos del barrio. Años después, cuando la celebridad tocaba sus puertas, en los relatos sobre su historia personal aparecía un chico en especial, que continuamente cometía abusos con el débil Siciliano. Y dicha anécdota merece ser recordada, por cuanto en escuelas, parques y otros sitios de reunión de infantes, eventualmente se suscita la agresión verbal o mediante el “coscorrón” que disimuladamente puede propinar algún líder adolescente negativo, contra el cráneo de un niño más pequeño y flaco.

 

Cambio de vida

Así todavía en pubertad el futuro Charles Atlas, en una ocasión en que la población estadounidense celebraba la “Noche de Brujas”, se vio golpeado con brutalidad por otro y según su propio relato, resolvió dar un giro a su existencia para tallarse una musculatura que le protegiese frente a cualquier agresor, decidiendo ir al gimnasio de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA), que desde finales del siglo XIX operaba en Brooklyn, a la vez que instaló en su casa una barra de pesas. Varios meses de práctica y contemplar a otros en gimnasios, incluso observando los desplazamientos de un tigre en el zoológico, le hicieron percatarse de que los músculos se desarrollan de un mejor modo “oponiéndolos y presionándolos justamente contra otros músculos”, desistiendo así de las barras, e iniciándose con un sistema de cuerdas que él mismo diseñó y que le permitían un movimiento acompasado de los “dedos, manos, piernas y muslos” (Wikipedia), notando pronto el fortalecimiento de su musculatura y subiendo de peso. Los cambios en el aspecto físico comenzaron a sorprender a quienes le conocían.

 

¿Narciso o Galeno?

Y fueron precisamente sus contertulios habituales del gimnasio YMCA, cuyo local continuamente visitaba, quienes en virtud de su nueva apariencia, comenzaron a llamarlo “Atlas”, en alusión a una estatua cercana, de modo que halagado por el sobrenombre, Siciliano adelantó los trámites legales para adquirir su nuevo nombre como Charles Atlas. La alta capacidad prensil que el ejercicio continuo dio a sus dedos, hizo que se le contratase en un circo para exhibir el poder de sus apéndices. De este modo en 1922 gozando de cierta popularidad y con su imagen difundida por medios impresos, Charles Atlas se vio reconocido por la revista Cultura Física, como el individuo “más perfectamente desarrollado del mundo”.

Arte y negocio

Al paso de las décadas, aquella aventura que se inició como simple medio de autoprotección ante el riesgo de agresión por muchachos de mayor robustez, se transformó en una empresa de fisiculturismo que escalaría a nivel mundial, acompañada de historietas y una vasta red publicitaria, que haría de una modalidad de gimnasia que por entonces contaba con reducidos ejercitantes,  en disciplina cuyo desempeño se constituyó en “la esperanza de millones de debiluchos acosados por los burlistas” (https://www.cienciahistorica.com). Así, el método de la Tensión Dinámica establecido por Charles Atlas.

Método isométrico

De este modo Atlas confirmó que sin sofisticados equipos puede cultivarse y desarrollarse musculatura, manteniéndose “una postura concreta durante varios segundos, hasta que la propia fatiga del músculo no permita mantenerla más” (https://www.abc.es). A esto dio Charles Atlas el nombre de “Tensión Dinámica”, su célebre método.

Sinóptico

1996

El Fiscal Valiente

Este día nació en Caracas Danilo Baltasar Anderson, fiscal del Ministerio Público, quien al momento de su desaparición física en 2004 mediante atentado, instruía el expediente de unas 400 personas involucradas tanto en el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, como en delitos ambientales. Su imagen de honestidad, responsabilidad y arrojo, le dio a conocer como el Fiscal Valiente, al tomar a su cargo denuncias que a otros funcionarios les resultaban poco gratas. Danilo investigaba banqueros, generales, dueños de medios de comunicación y altos opositores comprometidos en la desestabilización del país. Tras el abominable hecho criminal que cobró la vida del doctor Anderson, se inició una violenta e igualmente abominable campaña de descrédito contra sus ejecutorias y su memoria, con el propósito de hacerlo ver como funcionario venal y quien poseía en su vivienda una caja fuerte con gruesas sumas y joyas obtenidas por vías turbias.

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