Derecho a elección de gobernantes y construcción de la paz
Guido Jorge Zuleta Ibargüen
Después de la II Guerra Mundial, el 20.06.1945, expresando: “Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra” se firma la Carta de creación de las Naciones Unidas.
Como referencia ético-política se firma en la ONU (10.12.1948) la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Donde se declara: “La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas”. Criterio que intenta favorecer el diálogo político para resolver conflictos y construir la paz. Aunque existen esas declaraciones, la humanidad ha seguido un camino de violencia, como manifiesta en Alerta Roja, desde la ONU, en la Cumbre Climática 2021, su secretario general Antonio Guterres.
Desde Nuestra América este 2021 cumpliendo el derecho humano a elegir sus gobernantes se realizan elecciones en varios países, entre ellos Nicaragua, Perú y Venezuela. Aunque asumen la vía democrática, han sido asediados por acciones obstruccionistas: falsas noticias para denigrar a candidatos, medidas coercitivas, invasiones paramilitares e intentos de magnicidio.
En este contexto se activan acciones diplomáticas como la creación del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de la ONU (2021).
Desde la Diplomacia de los Pueblos, el papa Francisco se une al esfuerzo: “Si se quiere un verdadero desarrollo humano integral para todos, se debe continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra… hay que asegurar…el infatigable recurso a la negociación, los buenos oficios y el arbitraje como propone la Carta de las Naciones Unidas…Que Dios inspire ese sueño en cada uno de nosotros. Amén”. (Encíclica Fratelli Tutti. 3.10.2020).
Hoy las comunidades intentan impulsar, en los procesos democráticos de Nuestra América, la conciencia ética para construir la paz, con cuidado de la gente y la Madre Tierra.
