Pedro Estacio

@Urgentess

Entiendo que no es nada fácil escribir, porque siempre, al hacerlo, estaremos buscando ese equilibrio entre el permanente pensar y el sentir, entre la mente y el corazón, lo cual no es nada nuevo, porque viene ocurriendo desde hace mucho tiempo atrás.

Lo que suele ocurrir, es que en ocasiones el peso de la fría razón prevalece y en otra circunstancia, el sentir, la pasión, conmueve al razonamiento y lo vence.

Lo fundamental, al menos para mí, es que sea el equilibrio el que logre que las opiniones muy razonadas y argumentadas tomen el camino que, por lo general, siempre estará necesariamente adornado por el sentir, ya que somos parte de una humanidad que integra ambas partes. Todo esto es apreciable en la más sencilla discusión y en la más grande asamblea de personas.

Por eso es comprensible cuando molesta en los pensionados y trabajadores revisar los bolsillos a la hora de adquirir bienes y también puede ser entendida la posición oficial cuando habla de las bajas finanzas y de las agresiones externas que al final impactarán la economía de toda la nación.

Lo que nunca será entendido, por más argumentación que exista, es por qué se carece de la información necesaria de modo que ella permita procesar, entender al menos, los mecanismos de las diversas gestiones que acompañan a un gobierno determinado y más a uno como el revolucionario y bolivariano.

Así, es más que común observar la carencia de sencillas acciones sobre una determinada situación que afecten a una comunidad. Hay sencillos ejemplos, nada matemáticos, como la existencia de huecos en muchas calles a los que casi nunca llegan los operativos y a otros sí. Hoy utilizan drones para encontrar las fallas.  Esto es aplicable a muchos sectores como el agua, la electricidad, la contaminación sónica del ambiente, el transporte, la seguridad policial, las reparaciones de otros servicios, los precios del comercio y mucho más que no tienen la debida correspondencia, como sí ocurre en otros sectores.

Entonces tenemos por un lado necesidades y por el otro acciones destinadas a superarlas, pero que parecen nunca coincidir, salvo cuando encontramos en ellas el componente humano que es el que determina las características de cómo van a ser las cosas y de acuerdo a intereses preestablecidos, si es razonable generar una acción o si la misma ocurre movida por el sentir.

Y no se crea que esto es nuevo. Los casos EE. UU, OTAN, Rusia, China, Corea del Norte, Irán, Latinoamérica, el Caribe, el petróleo, carbón, gas, oro, tierras raras, el agua, la migración, los seres humanos, todo eso está allí. Le podrán poner los nombres que sean, harán la caracterización que más les convenga a unos y a otros, pero el pensar y el sentir estarán allí y lo que tienen que hacer los seres humanos, realmente humanos, es buscar darle el equilibrio que necesitamos todos en este y otros países del mundo.

¡Es algo como para que no nos perdamos y podamos nadar hasta una orilla de doradas arenas!

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