¡El que tenga ojos que vea! Aspiran que Maduro entregue a «empresas occidentales» el petróleo venezolano

La solicitud está plasmada en carta enviada a Joe Biden firmada por autodenominados defensores de la democracia, entre quienes están Luis Vicente León, José Antonio Gil Yépez, Francisco Rodríguez, Ricardo Cusanno y Víctor Álvarez.

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

Entregar a empresas occidentales el petróleo venezolano es una de las propuestas que quedó plasmada en la solicitud que hizo un grupo de 25 personajes públicos de oposición al presidente de Estados Unidos, EEUU, Joe Biden, a través de una misiva. En el texto piden además, a la administración gringa, retomar las negociaciones con Venezuela para atender la supuesta «crisis humanitaria»; así como «estabilizar el mercado petrolero» y evitar la desoccidentalización del país.

En la carta difundida por el presidente de la encuestadora Datanálisis, y uno de los firmantes de la misiva, Luis Vicente León, los suscritores de la misma hacen énfasis en la necesidad de que empresas petroleras trasnacionales regresen al país. Limitan la intervención del Estado al recibimiento de regalías y los impuestos correspondientes. De igual forma plantean que estas acciones permitirían relanzar a Venezuela como un proveedor seguro de hidrocarburos para el mercado occidental en el marco del conflicto entre Rusia y Ucrania.

«Exhortamos a llegar a acuerdos que permitan el regreso de las empresas petroleras occidentales y otras empresas privadas para rejuvenecer el sector petrolero venezolano, lo cual generará empleo y promoverá la producción local. El gobierno venezolano debe permitir que estas empresas administren los proyectos petroleros, sus contratistas, y los ingresos por exportaciones, al tiempo que recibirá la regalía y los impuestos correspondientes. Las empresas aportarán tecnología y capital al sector», dice la carta firmada, entre otros, por los economistas José Guerra, Francisco Rodríguez y Feliciano Reyna.  

Agregan además, en la misiva suscrita por dos expresidente de Fedecámaras, Jorge Botti y Ricardo Cussano, que «con el regreso de las empresas occidentales la producción de petróleo venezolano puede aumentar significativamente en unos meses y más todavía el próximo año. El petróleo venezolano, que hasta ahora ha sido vendido exclusivamente a China con importantes descuentos, debe estar disponible en los mercados estadounidenses y mundiales para contrarrestar el efecto de la guerra de Rusia contra Ucrania»

En esa narrativa prooccidental, señalan «Venezuela puede contribuir nuevamente a la seguridad energética del mundo libre y potencialmente ayudar a moderar los precios de los combustibles. Venezuela está en el hemisferio occidental. Los acuerdos razonables pueden contribuir con la seguridad energética de Occidente».

En la misiva parecen retomar, con algunas diferencias, uno de los seis puntos de los acuerdos suscritos en septiembre de 2019 entre el Gobierno nacional y la oposición venezolana en la Mesa Nacional de Diálogo por la Paz, referidas al intercambio de petróleo por alimentos y medicinas.

«Asimismo, cualquier acuerdo petrolero —incluyendo las aportaciones obligatorias al fondo endógeno— deben contribuir a mitigar la crisis humanitaria, facilitando medicinas, alimentos y combustibles, así como otros bienes y servicios necesarios para garantizar los derechos a la salud, la educación, la alimentación y la calidad de vida de la población a través de mecanismos libres de corrupción que involucren acuerdos entre el gobierno y la oposición».

Política interna

Los firmantes de la misiva reconocen que las «sanciones económicas y la política de máxima presión» que viene ejerciendo Estados Unidos desde hace casi 10 años contra Venezuela «no lograron sus objetivos». Además dicen «75% de los venezolanos rechaza contundentemente las sanciones sectoriales y apenas 10% quiere que se mantengan. Es claro que este tipo de sanciones no han beneficiado al pueblo venezolano».

También abordaron aspectos de garantías políticas internas.  En ese sentido dicen: «En Venezuela hemos pedido a Nicolás Maduro que acepte reformas políticas y electorales significativas y que continúe con la liberación de presos políticos. El gobierno debe reconocer que los acuerdos no pueden limitarse al ámbito económico. También hemos planteado a la oposición en Venezuela la necesidad de unificarse en torno a principios básicos y realistas que sustenten posibles acuerdos. Hemos instado a la oposición a no ser rehén de las voces extremistas que solo perpetúan el doloroso statu quo».

Defensores de los gringos

Los 25 firmantes además de mantener durante años una postura de rechazo a la Revolución Bolivariana, varios de ellos son defensores de la privatización o intervención del sector privado en las empresas estratégicas y estatales.

De hecho Alejandro Sucre, quien figura primero en la lista, un inversionista, en octubre de 2021 decía que EEUU, Canadá y la Unión Europea, debían «declarar algo más audaz y creativo. Deben poner alguna posibilidad de levantar sanciones a operaciones de ciudadanos venezolanos que inicien proyectos de privatización para el rescate de empresas del Estado. Este levantamiento de sanciones puede ser separado de las negociaciones de México (…)», señalaba en ese entonces en un artículo reseñado en El Universal.

En agosto de 2019 cuando el régimen estadounidense bloqueó todas las propiedades del Gobierno nacional en territorio gringo, el economista y exdiputado José Guerra, quien ahora firma la misiva a Biden, aseguraba que la medida imperial exceptuaba «la importación de medicinas, alimentos y el envío de remesas». Hecho que no fue así.

El opositor, quien apoyó activamente las guarimbas del año 2017, justificaba además la medida imperial al asegurar que buscaba «disuadir» a empresas de China, Rusia e India, para que revisen cualquier tipo de transacción con representantes de Maduro: «India todavía está comprando unos 200.000 0 300.000 barriles de petróleo a Venezuela. Si esa plataforma de pago pasa por EE.UU., o utiliza la banca de EE.UU., van a tener problemas», citaba en aquel año el portal de derecha La Voz de América.

A continuación la carta completa

Los abajo firmantes, líderes cívicos, académicos y económicos de Venezuela, defensores de la democracia, nos dirigimos muy respetuosamente al presidente de Estados Unidos y a los representantes del gobierno de dicho país, involucrados en la política exterior hacia Venezuela.

Hacemos un llamado al gobierno de Estados Unidos a seguir impulsando negociaciones sustantivas y productivas para resolver la crisis venezolana, e instamos al gobierno de Venezuela, a los partidos políticos de oposición y a la Plataforma de Oposición Unitaria, a retomar sin demoras los procesos de negociación. No hay más tiempo que perder.

Las sanciones económicas y la política de máxima presión no lograron sus objetivos.

Si bien las sanciones económicas no son la raíz de la emergencia humanitaria en Venezuela, han exacerbado gravemente las condiciones para el venezolano promedio. La gran mayoría del pueblo vive en la pobreza, con inseguridad alimentaria y expuesta a severas deficiencias de salud. La electricidad, el saneamiento y la calidad del agua presentan un estado de profundo deterioro. Las negociaciones deben colocar los temas humanitarios al centro y avanzar en su solución con la urgencia que ameritan.

Sugerimos que las negociaciones político-institucionales y económicas se basen en éxitos incrementales, creando confianza y buena voluntad para nuevos acuerdos. Estas deben seguir la ruta de lo posible, sin plantear posiciones extremas que otras partes encuentren imposibles de aceptar.

75% de los venezolanos rechaza contundentemente las sanciones sectoriales y apenas 10% quiere que se mantengan. Es claro que este tipo de sanciones no han beneficiado al pueblo venezolano.

Solicitamos al gobierno de EE. UU. que negocie posiciones para el mejor interés del pueblo venezolano y que supere las presiones políticas internas en EE. UU., que, hasta ahora lamentablemente, han obstaculizado el avance de las negociaciones.

En Venezuela hemos pedido a Nicolás Maduro que acepte reformas políticas y electorales significativas y que continúe con la liberación de presos políticos. El gobierno debe reconocer que los acuerdos no pueden limitarse al ámbito económico. También hemos planteado a la oposición en Venezuela la necesidad de unificarse en torno a principios básicos y realistas que sustenten posibles acuerdos. Hemos instado a la oposición a no ser rehén de las voces extremistas que solo perpetúan el doloroso statu quo.

Exhortamos a llegar a acuerdos que permitan el regreso de las empresas petroleras occidentales y otras empresas privadas para rejuvenecer el sector petrolero venezolano, lo cual generará empleo y promoverá la producción local. El gobierno venezolano debe permitir que estas empresas administren los proyectos petroleros, sus contratistas y los ingresos por exportaciones al tiempo que recibirá la regalía y los impuestos correspondientes. Las empresas aportarán tecnología y capital al sector.

Asimismo, cualquier acuerdo petrolero —incluyendo las aportaciones obligatorias al fondo endógeno— deben contribuir a mitigar la crisis humanitaria, facilitando medicinas, alimentos y combustibles, así como otros bienes y servicios necesarios para garantizar los derechos a la salud, la educación, la alimentación y la calidad de vida de la población a través de mecanismos libres de corrupción que involucren acuerdos entre el gobierno y la oposición.

Con el regreso de las empresas occidentales, la producción de petróleo venezolano puede aumentar significativamente en unos meses y más todavía el próximo año. El petróleo venezolano, que hasta ahora ha sido vendido exclusivamente a China con importantes descuentos, debe estar disponible en los mercados estadounidenses y mundiales para contrarrestar el efecto de la guerra de Rusia contra Ucrania. Venezuela puede contribuir nuevamente a la seguridad energética del mundo libre y potencialmente ayudar a moderar los precios de los combustibles.
Venezuela está en el hemisferio occidental. Los acuerdos razonables pueden contribuir con la seguridad energética de Occidente. Hacemos un llamado a otros líderes y partes interesadas, en Venezuela y en otros lugares, para que respalden públicamente esta carta.

Poner fin a la crisis en Venezuela y ayudar a construir el nuevo futuro del país, con pleno respeto al estado de derecho, las libertades económicas y la vigencia de los derechos humanos, nos compete —y nos beneficiará —a todos.

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