Esposa de Alex Saab: También nos tienen secuestrados como familia

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Camilla Fabri hizo presencia en la Plaza Bolívar, de Caracas, donde se brindó un acto de solidaridad con el diplomático raptado por EEUU. Fotos Tuiter

VEA / Ildegar Gil

Los rasgos físicos de Camilla Fabri denotan, apenas se le observa, su parentesco extracontinental. Su acento al pronunciar cada palabra, también. Nació en Italia, hace 26 años, según refieren portales que siguen su huella por ser la esposa de quien es: Alex Saab.

Estar ante hombres y mujeres que la retratan con sus miradas pudiera no serle incómodo, pues, -según las mismas fuentes-, ejerció el modelaje y, además, es una profesional de la televisión en su Roma natal.

Tal pasantía, seguramente, reforzó el coraje al que debió apelar este domingo 17 de octubre en la plaza Bolívar, de Caracas, capital de la República Bolivariana de Venezuela, para ante decenas de personas enarbolar la bandera por la causa del cónyuge secuestrado, el día anterior, por policías de Estados Unidos quienes viajaron a Cabo Verde con la misión exclusiva de llevarlo a suelo gringo.

En el país africano, otrora colonia de Portugal, permaneció 491 días luego de ser ¡también secuestrado! el 12 de junio de 2020 cuando la tripulación del avión que lo trasladaba a Irán hizo un alto para robustecer de combustible la aeronave.

Marcada y emotivamente afectada, fue emboscada por una voz que momentáneamente exponía -al mismo tiempo-, tristeza, molestia y dignidad. Mucha dignidad, mientras improvisaba y leía al unísono. Una voz en la que se apoyó para revelar que el secuestro de su esposo va más allá de lo individual, porque es el secuestro de toda la familia dado que «somos y siempre hemos sido una familia, muy, muy unida. Y como él está secuestrado, nosotros también lo estamos como familia».

El maltrato al grupo sanguíneo ha desbordado las decisiones judiciales. Reveló que viajó a Cuba orientada por la intención de establecer contacto con la embajada de Cabo Verde en La Habana, obteniendo por respuesta que ella y sus hijas (2 y 4 años) «son personas no gratas», impidiendo «ver a su papá. No nos permitieron nada. Nos negaron cualquier derecho como se lo negaron a él».

Rodeada de sus camaradas y de una brisa que insistía en batir sus finas y tupidas hebras rubias, fue enérgica para condenar el atropello imperial contra el marido torturado. «Esto», dijo en relación al rapto, «ocurrió cobardemente. A espalda de sus abogados y de nosotros».

Una hermana del diplomático, la única permisada por el régimen caboverdiano para acercarse a él, fue quien transmitió la noticia. Más allá de suponerse que la medida le fue comunicada, aunque fuese informalmente, la verdad es que se enteró cuando «el día de ayer fue a visitarlo y no habían ya los cien guardias que siempre rodeaban el lugar donde lo tenían secuestrado. Un guardia le dijo, simplemente, aceleraron la extradición».

Reiteró que los cancerberos son unos cobardes, faceta que emplearon en todo momento para negar el acceso de alimentos al sitio en el que estuvo confinado en el archipiélago, situación que se repitió contra «su equipo médico y sus abogados».

Ataviada de lo que se muestra como una férrea convicción, puntualizó que «lo que más le molesta a Estados Unidos, es que Alex Saab jamás se doblegará. Jamás», recibiendo una salva de aplausos de quienes en la plaza mayor de la ciudad le mostraban plena solidaridad.

Exaltó que seguirán «en la valentía y en la tranquilidad de los pueblos dignos del mundo. Por Venezuela y por el Gobierno legítimo de Nicolás Maduro», siendo centro de una nueva y ruidosa ola del sonido que dejan las palmas al batirse unas contra otras. «La verdad prevalecerá», añadió.

Destacó que el nacido en Barranquilla tiene la fortaleza «de la verdad y la inocencia».

Agradeció el apoyo popular que evitó el asalto de la soledad en el seno familiar, para con el desierto de la soledad. seguidamente leer una carta que Alex Saab envió al pueblo venezolano, dejando en claro -entre otras cosas-, que no tiene vocación ni intenciones de suicidarse.

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